Cristiano Ronaldo junto a sus dos hijos
Cristiano Ronaldo junto a sus dos hijos - ABC

Un prestigioso cirujano portugués tacha a Ronaldo de «basura moral» por recurrir a un vientre de alquiler

Gentil Martins, de 87 años y ex presidente de la Asociación Médica Mundial, la lía criticando al jugador del Real Madrid por tener gemelos a través de la gestación subrogada

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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Uno de los cirujanos más prestigiosos de Portugal, Gentil Martins, la ha liado con unas declaraciones que corren como un reguero de pólvora por las redes sociales y levantan la indignación de norte a sur. A sus 87 años, se ha descolgado con unas polémicas frases en las que arremete contra el gran icono del país, Cristiano Ronaldo, por elegir el método de la gestación subrogada para tener gemelos y prolongar la descendencia que inauguró con el pequeño Cristianinho, de siete años.

El médico, jubilado hace 17 años pero con gran peso entre sus colegas debido a su brillante trayectoria, no se andó con medias tintas y proclamó: «Es degradante tener hijos a través de un vientre de alquiler y privarlos de conocer a su madre biológica», en referencia a los contratos restrictivos que obligó a firmar el delantero estrella del Real Madrid a la mujer estadounidense (aunque de origen mexicano) elegida para dar a luz, tal vez la misma que en 2010, según las especulaciones de los diarios más sensacionalistas del Reino Unido.

No contento con semejantes perlas, el doctor Martins remataba la faena con una fulminante definición del aspirante a su quinto Balón de Oro: «Es basura moral». Y agregó: «Los vientres de alquiler constituyen un grave crimen y una gran tristeza. Ronaldo es un atleta inmenso, tiene mucho mérito. Pero no puede ser un ejemplo para nadie porque todo niño tiene derecho a disfrutar de una madre». De ahí saltó a dirigir sus dardos contra Dolores Aveiro, la madre de Cristiano: «La culpa la tiene ella porque esta mujer no le dio ninguna educación».

El Colegio de Médicos, del cual llegó a ser presidente (como también de la Asociación Médica Mundial), no se ha demorado a la hora de tomar cartas en el asunto. La investigación interna ya está en marcha y se le ha abierto expediente por mostrar tan alto grado de beligerancia.

Para colmo, no se redujo a estas palabras, sino que fue más allá y, sin que se sepa por qué unió la observación sobre CR7 a su consideración sobre los gays, afirmó con rotundidad y alevosía: «La homosexualidad es una anomalía, una desviación de la personalidad, como les pasa a los sadomasoquistas o a las personas que se mutilan».

Y aún se cubrió más de gloria cuando explicó: «A estas personas las trato como a cualquier otro paciente, pero estoy en contra de promover la homosexualidad, eso no lo acepto. Para que siga existiendo el mundo, es preciso que haya hombres y mujeres»”.

El órgano que vela por los derechos y deberes de estos profesionales que ejercen en la élite de la Sanidad se halla en una posición incómoda a causa de la actitud del que, hasta ahora, se distinguía como uno de sus miembros ilustres. Demasiada agresividad en su discurso, expresado en una entrevista a un semanario de gran tirada al otro lado de la frontera.

Verdadero terremoto

De hecho, el Colegio de Médicos sopesa ya hasta qué punto se excedió en el ejercicio de la libertad de expresión. Así lo reconoció su cabeza visible, Miguel Guimaraes, cuando aseveró: «Los médicos deben tener un comportamiento público adecuado a la dignidad de la profesión».

Incluso en las filas políticas aparecen también los detractores de un Gentil Martins que ha provocado un verdadero terremoto, además de convertirse en carne de tertulia radiofónica y televisiva.

Como prueba de que no ha dejado indiferente a casi nadie, ahí está la diputada socialista Isabel Moreira, quien no ha dudado en azuzar al Colegio Oficial para que actúe sin dilación y con mano firme: «Sus palabras violan la deontología médica y tienen consecuencias negativas, graves, gravísimas».

Ante la polvareda que se ha suscitado, el propio Martins ha salido a la palestra para dejar claro que nunca fue su intención llegar a ofender a Dolores Aveiro y que, en realidad, preferiría que no se hubiese generado esta polémica. Eso sí, mantiene su discurso intacto y exhibe que no ha tenido intención de recular en ningún momento. Además, confiesa sentirse estupefacto por la rápida propagación de sus palabras.

Por si acaso, quiso curarse en salud y manifestar: «Quiero insistir en una cosa. Lo que dije no tiene nada que ver con el reconocimiento de los excepcionales méritos deportivos de Cristiano Ronaldo ni con su generosidad para con distintas instituciones sociales y, especialmente, con niños que atraviesan grandes dificultades».

Asimismo, enfatizó: «Las barrigas de alquiler están totalmente permitidas por la ley, pero yo me muestro en absoluto desacuerdo con esa medida, tanto por haber sido pediatra como en mi faceta de ser humano». En relación a la homosexualidad, recalcó: «Para que quede claro, respeto a las personas que escogen esta opción sexual, pero yo estoy en contra de ella». Palabras de un doctor al que se consideraba modélico antes de generar esta controversia que no ha hecho más que comenzar.

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