Los premios Genio rinden homenaje en Bilbao a la creatividad publicitaria

La decimoquinta edición de los galardones, organizados por Vocento y entregados ayer en Bilbao, ha dado su reconocimiento a diez campañas que abren nuevos caminos

Foto de familia de los premiados Manu Cecilio

Carlos Benito

A bote pronto, a lo mejor puede parecer un poco exagerado llamar Genio a unos premios a la innovación en publicidad. Pero, luego, uno va viendo las campañas galardonadas en esta edición y se da cuenta de que no hay tantas áreas de la actividad humana donde se manifieste con más claridad la idea cegadora, ese chispazo creativo que permite ver las cosas de una manera nueva. Después hay que desarrollarlo a base de mucho trabajo, de eso no cabe duda, y también demostrar su eficacia en el mercado –porque en este sector, sin resultados, la brillantez se queda penosamente coja–, pero ahí sigue latiendo la visión original que ha dado vida a todo.

Los premios Genio, organizados por CMVocento y Scopen con el patrocinio de Dentsu y Kia y la colaboración de Estrella Galicia, llevan ya quince años reconociendo «la innovación de agencias, marcas y consultoras» que apuestan por abrir nuevos caminos en este campo siempre tan dinámico. En esta ocasión, la entrega de premios se ha celebrado en Bilbao, con una gala en el restaurante Eneko de Larrabetzu donde hubo genio... y también figura: el presentador Dani Delacámara se encargó de conducir la ceremonia con una buena dosis de «humor en defensa propia», porque, en fin, «vaya porquería de siglo que llevamos». Delacámara es un habitual de los Genio y también personaliza de alguna manera esa fluidez y esa espontaneidad tan meditada y trabajada que caracterizan a la mejor publicidad.

«Estos premios son una celebración de un sector, de una industria entera. Aquí está todo el mundo. Hemos venido a celebrar la imaginación, la creatividad, el genio, la ejecución... Es nuestro homenaje a la industria», resumió en su intervención Luis Enríquez, CEO de Vocento. El jurado ha valorado 235 piezas y ha seleccionado una panorámica que permite hacerse una idea de las múltiples estrategias que adopta el sector. ¿Algunas de esas ideas que sirven por sí solas para justificar el nombre de los premios? Ahí está, por ejemplo, la «oferta que no puede rechazar» que lanzó Madrid Fusión al actor Robert De Niro, un «menú impagable» confeccionado por cinco de los cocineros más prestigiosos del mundo a cambio de su implicación como inesperado 'influencer'. Era un ultimátum con un plazo de dos días y, por supuesto, sí que habría podido rechazarlo, pero no pudo resistir la tentación. O ahí está la «campaña versionada» de Ouigo en Spotify: si lo peor del 'streaming' es que un anuncio inoportuno te corte el ritmo, ¿por qué no grabarlo en seis estilos distintos y que se reproduzca el más adecuado a lo que estamos oyendo? Por lo menos, que la publi no nos corte el flamenquito, el rock o el reguetón.

Lola y los carteros

¿Y qué decir de 'Las estrellas del Camino', la galería de murales de gran formato que ha organizado Estrella Galicia en las últimas etapas de la ruta jacobea? Son retratos de personas implicadas en mantener los valores del Camino y se han convertido en un atractivo turístico en sí mismos. O, en fin, la «cancha de baloncesto que puedes comerte» de Burger King, un desafío para los 'gamers' que permite convertir una canasta complicada en una hamburguesa... real, claro. Estos cuatro ejemplos comparten el palmarés con campañas de la Fundación Mutua Madrileña, Calvo, Fotocasa, Banco Santander y Cruzcampo, por su campaña 'Con mucho acento'.

Esta 'resurrección' de Lola Flores para reivindicar la belleza de lo propio también mereció uno de los dos grandes premios, el correspondiente a Márketing, Comunicación y Uso de los Medios. De pocos anuncios se habrá hablado más en los últimos años que de ese alegato póstumo de La Faraona, que ha batido todos los récords de sentimiento positivo en las redes sociales, algo así como la contabilidad contemporánea del aplauso y los olés. El otro gran premio, el de Desarrollo de Negocio, ha ido a Correos por su campaña 'Vive donde quieras', por la que la empresa pública deja de presentarse como mera 'repartidora' y se reivindica como vertebradora de la España vacía, a través de esos 6.011 carteros rurales que también brindan servicios como el pago de recibos o las gestiones digitales. Después de ver todos los premios seguidos en la ceremonia, uno salía diciendo que sí, que claro que ahí hay genio. O, como diría Lola, mucho poderío.

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