Un plan de respuesta ante pandemias elaborado por el Gobierno de Zapatero desaconsejaba eventos públicos

Sánchez dejó pasar el 8-M para tomar medidas, semanas después del brote

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, con Pedro Sánchez Reuters

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El Gobierno de Pedro Sánchez c ontaba con un documento que sienta las bases para hacer frente a la irrupción de una pandemia . En él se advierte de la importancia de una actuación rápida para contener el contagio y de la necesidad de contar con una reserva estratégica de material sanitario.

Se trata del Plan de Preparación y Respuesta ante una pandemia de gripe, elaborado en 2005 por el entonces Ministerio de Sanidad y Consumo (con Zapatero en La Moncloa) y actualizado y ampliado en años sucesivos. Este documento estaba pensado para afrontar ese virus en cuestión, pero hay patrones claramente comunes con el coronavirus, como su rápida propagación, por lo que las medidas de prevención y alerta de aquel son extrapolables a la crisis sanitaria de ahora. Entre ellas se reseña la importancia del distanciamiento social, el aislamiento de los casos y las medidas de protección personal .

Así, el Anexo XIII a ese Plan, sobre medidas no farmacológicas para responder a la pandemia, contempla el adelanto de los periodos vacacionales, la cancelación de eventos públicos (cita expresamente cines, eventos deportivos, conciertos, visitas a museos), el cierre de iglesias, instalaciones de tipo recreativo, edificios públicos y grandes almacenes, la reducción del número de pasajeros en los medios de transporte público e incluso el establecimiento de un cordón sanitario en territorios insulares. El plan aconseja estas medidas en la fase 6 de la pandemia, es decir, en periodo pandémico (no de alerta, que serían las fases 3, 4 y 5) y en el nivel 3b, es decir, con el brote confirmado en España.

Dos semanas después

Si había duda de que los casos de la Gomera o Mallorca (principios de febrero) pudieran ser casos aislados y controlables, el día 24 de ese mes ya era algo notorio el brote en comunidades como Madrid, Valencia o País Vasco. Es decir, a finales de febrero España estaba en ese nivel 3b en el que habría que haber aplicado el distanciamiento social. Pese a ello, el Gobierno no tomó medidas contundentes hasta dos días después de la manifestación del 8-M , de varios encuentros deportivos, de la Mascletá valenciana, del congreso de Vox en Vistalegre o de la normal programación de películas o espectáculos en cines y teatros de toda España. Casi quince días después.

Ese 10 de marzo España se levantaba con la cifra oficial de 25 muertos y 1.500 contagiados que correspondían en realidad a un mínimo de una semana y media antes, pues todos ellos habían pasado ya por la fase de incubación, desarrollo de síntomas, análisis y obtención de resultados.

Cuando el virus llegó a España, el Ejecutivo ya era consciente de la rápida propagación y letalidad del Covid 19 por los acontecimientos sucedidos en China y después, en Italia . No era por tanto ninguna sorpresa que nos enfrentábamos a una crisis sanitaria de una envergadura en el mejor de los casos similar a la gripe aviar. El índice letalidad ha resultado mayor. La OMS ya había advertido de ello desde finales de enero. Los médicos de la Comunidad de Madrid recibieron el primer protocolo de actuación ante casos de coronavirus el 25 de febrero y el día 3 de marzo, en una circular interna, el Servicio Madrileño de Salud, dependiente de la Consejería de Sanidad, suspendía los congresos nacionales e internacionales de médicos y limitaba las reuniones internas a «aquellas que no supongan la afluencia de personas no habituales del centro sanitario». Es decir, cinco días antes del 8-M se instaba a evitar aglomeraciones de personas.

El documento elaborado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero propone el aislamiento de los casos, la cuarentena de sus contactos, medidas de distanciamiento social y medidas de protección personal a partir de la fase 4, desde el periodo de alerta pandémica.

«Todos los modelos matemáticos coinciden en sugerir que las estrategias para mitigar la pandemia que utilizan las medidas no farmacológicas (aislamiento, distancia y protección) pueden disminuir la transmisión sustancialmente , especialmente si se aplican de forma temprana, y que la combinación de estas medidas potenciará la eficacia de las mismas», señala el plan.

Apunta, además, que el análisis de los datos históricos de algunas ciudades americanas durante la pandemia de 1918 demuestra que aquéllas que pusieron en marcha estas medidas preventivas en fases tempranas «consiguieron reducir sus tasas de mortalidad un 50 por ciento» respecto a las que no lo hicieron.

Oportuno y precoz

«El momento elegido para iniciar las medidas no farmacológicas debe ser oportuno, es decir, debe ser lo suficientemente precoz para contener el número inicial de casos y lo suficientemente duradero para reducir la transmisión desde los primeros casos y retrasar en todo lo posible el brusco aumento de los mismos (...)», señala el escrito. Entre las medidas de distanciamiento social, el plan también contempla la restricción de los viajes a las zonas afectadas durante las fases de alerta pandémica, es decir, las fases 4 y 5, antes de primer brote. No fue hasta el 10 de marzo cuando el Gobierno suspendió los vuelos entre España e Italia , donde el coronavirus ya había irrumpido tres semanas antes.

El documento del Ministerio de Sanidad señala como «clave» del éxito de las medidas la rápida detección de los casos mediante « un sistema de vigilancia sensible y oportuno » en todo el territorio español, una red de laboratorios preparada para hacer frente a la confirmación rápida de los casos y la preparación de los servicios sanitarios ante los distintos niveles asistenciales ante la demanda de atención que surja, y el adecuado manejo de los casos y contactos.

Asimismo, recomienda el uso de mascarilla, «a partir de la fase 4» (alerta) a las personas que presenten «síntomas respiratorios compatibles con la gripe hasta que sean evaluados clínicamente «y a las personas que han estado en contacto cercano con algún caso hasta que se descarte la enfermedad».

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