Pedro Cavadas

Los «milagros» de Pedro Cavadas, el doctor más elogiado de España

Premio ABC Salud 2018, este médico ha dado una segunda oportunidad a infinidad de pacientes

El doctor Cavadas reconstruyó el rostro y la mano de keniano atacado por una hiena Rober Solsona

No le gusta que le asocien con la palabra «milagro» , pues la Medicina no deja de ser una ciencia más o menos exacta, pero Pedro Cavadas (Valencia, 1965) se ha acostumbrado a la hipérbole y al elogio gracias a sus intervenciones. Este médico, especialista en cirugía reconstructiva , le ha dado una segunda oportunidad a infinidad de pacientes gracias a su pericia profesional. Y ahora recoge lo sembrado en forma de respeto y admiración.

De naturaleza optimista, el Premio ABC Salud 2018 dijo hace apenas un mes en ABC que «la Sanidad sin límite solo es posible en el país de los unicornios» . Cavadas conoce las dificultades de un oficio al que se dedica en cuerpo y alma, pues en su mesilla siempre descansan libros sobre su especialidad médica. « El 99 % de lo que leo es literatura de mi especialidad y libros de animales . Tengo que leerme todo los que se publica de una especialidad tan amplia como la cirugía reconstructiva y no me deja mucho tiempo para leer otra cosa», explicaba a la Agencia Efe en 2017, cuando todavía no era conocido para el gran público ni le llamaban de «El Hormiguero».

La trayectoria de Cavadas es mucho anterior a todo este reconocimiento. De hecho, en su haber está el primer transplante de cara realizado en España, y que culminó en 2009. Cavadas recibió a un hombre de 43 años que había perdido once años antes parte de sus rasgos faciales por la radioterapia. Fue operado en el Hospital La Fe de Valencia y trasplantado de lengua y la mandíbula.

Su primer «milagro»

Sin embargo, su primer «milagro» más o menos conocidos fue la reconstrucción del cráneo de un niño que hizo en febrero de 2007 . El paciente era un menor guatemalteco que al poco de nacer sufrió un accidente. En su momento no consiguieron cerrarle la fractura pero, más de una década después, la madre contactó con Pedro Cavadas y consiguieron dar al chico una vida mejor.

Es probable que, si contactaron con él, Cavadas contase en su haber con alguna operación más de mérito, pero quizá sea esta la primera de la que hay recuerdo por escrito en la gran hemeroteca de Google.

Ese mismo año (en noviembre de 2007 ), Cavadas se apuntó el primer trasplante bilateral de antebrazos y manos. La intervención se realizó en noviembre de 2007, en el Hospital La Fe de Valencia a una mujer colombiana de 47 años de nombre Alba Lucía. Ella sufrió una doble amputación como consecuencia de una explosión cuando realizaba un experimento químico y tras 12 horas de intervención y 5 meses de trabajo posterior consiguió recuperar la sensibilidad en ambas extremidades.

Un hombre «partido en dos»

Desde entonces, Cavadas ha encadenado numerosas operaciones de mérito. En todo este tiempo ha reconstruido un rostro afectado por un tumor, ha extirpado un tumor craneal gigante, ha transplantado una mano tras 10-12 horas amputada (esta última le proporcionó la admiración y el reconocimiento de la Armada estadounidense) y ha reconstruido, literalmente, a un hombre partido por la mitad tras corregir una separación de la columna vertebral y la pelvis.

Cavadas consiguió transplantar la mano a un marine y fue condecorado por la Armada de Estados Unidos. «Llevaba alrededor de diez u once horas de isquemia (falta de riego). Eso es mucho tiempo. Es cercano al límite de lo que se puede o no se puede hacer para reimplantar una mano», dijo el doctor ABC

De aquella operación, Cavadas dijo lo siguiente: «Hemos realizado una operación microquirúrgica en la que se ha utilizado hueso del peroné y piel de las extremidades inferiores para poder unir los restos de la pelvis a la columna lumbar. Se han llevado a cabo dos operaciones, la más compleja de ocho horas. La evolución del tratamiento ha sido excelente, el paciente ya es capaz de estar sentado y volverá en los próximos días a su país para seguir con su vida».

El paciente, Wilmer Arias, de 28 años , dijo de Cavadas que le había dado una segunda oportunidad. «Ahora puedo ir a la playa, estar tirado en un sofá, acostarme boca arriba, estar en silla de ruedas sin dolor todo el tiempo en mi cuerpo», comentó.

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