El Papa pide oraciones por su difícil viaje a Myanmar y Bangladesh y revela el motivo que le impulsa

Reza con los fieles por las víctimas del atentado en la mezquita del Sinaí el pasado viernes

El Papa Francisco durante el rezo del Ángelus AFP
Juan Vicente Boo

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A pocas horas de emprender el vuelo nocturno hacia Rangún , el Papa Francisco ha manifestado el domingo que “esta noche inicio el viaje apostólico a Myanmar y Bangladesh”, el más difícil de los 21 realizados hasta ahora. Ante unas treinta mil personas reunidas en la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus, el Santo Padre ha añadido: “Os pido que me acompañéis con la oración, para que mi presencia sea signo de vecindad y esperanza para esos pueblos”.

Comentando el Evangelio de la fiesta de Jesucristo Rey del Universo, el Papa ha revelado el motivo cristiano de fondo que le lleva a visitar los dos países en cuya frontera común se desarrolla la tragedia de los rohingya, masacrados y expulsados por el ejército de Myanmar, que es el verdadero amo del país.

En el pasaje del juicio final , Jesucristo Juez acoge en el cielo a unas personas “porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era extranjero y me habéis acogido, estaba desnudo y me habéis vestido, estaba en la cárcel y vinisteis a visitarme”.

El Papa ha subrayado que ni esas personas generosas ni tampoco las egoístas que negaron su ayuda habían reconocido a Jesucristo en los hambrientos, los refugiados, los desnudos, la gente sin ropa o sin casa, etc.

Según Francisco, “esta parábola revela que el amor de Dios llega hasta el punto de encarnarse en nosotros. Pero no cuando estamos sanos y felices sino cuando pasamos necesidad. De este modo escondido, Él se deja encontrar y extiende su mano hacia nosotros como mendigo”.

El Papa ha insistido en que “Jesús revela que el criterio decisivo de su juicio es el amor al prójimo en dificultad”, y que

“al final de nuestra vida seremos juzgados según nuestro amor. Aquel mendigo, aquel necesitado, aquel enfermo que debía visitar, aquel encarcelado, aquel hambriento… es Jesús”.

En su saludo a los fieles, Francisco ha manifestado también su “gran dolor por la matanza en una mezquita del norte del Sinaí” , y ha confirmado que “continúo rezando por las numerosas víctimas, los heridos y toda esa comunidad tan duramente golpeada. ¡Que Dios nos libre de estas tragedias y sostenga los esfuerzos de quienes trabajan por la paz!”.

Al margen del texto escrito, el Papa ha añadido que en el momento del atentado “aquellas personas estaban rezando. Recemos también nosotros por ellos , en silencio”.

El Santo Padre ha dirigido un saludo especial “a la comunidad ucraniana, que recuerda la tragedia del ‘Holodomor’, la muerte por hambre provocada por el régimen de Stalin, con millones de víctimas”.

La gravedad de los temas a los que se refería resultaba más llamativa en el hermoso marco de la plaza de San Pedro, bañada por un sol de otoño y alegrada por la presencia de la valla que esconde las obras del Nacimiento y del abeto llegado de Polonia que será decorado la próxima semana. Empieza a notarse la cercanía de la Navidad.

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