El papa Francisco presidIendo hoy la audiencia general del miércoles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano
El papa Francisco presidIendo hoy la audiencia general del miércoles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano - EFE

El Papa pide que no haya «ninguna puerta blindada en la Iglesia»

Recuerda que «estamos en el umbral del Jubileo de la Misericordia». Se dirige a los peregrinos de lengua árabe: «Que Dios os proteja del mal»

Corresponsal en el Vaticano Actualizado: Guardar
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En la última audiencia general antes de su viaje a África, el Papa Francisco ha pedido el miércoles que no haya «ninguna puerta blindada en la Iglesia. ¡Todas abiertas!».

Ante más de treinta mil peregrinos, el Santo Padre recordó que «estamos en el umbral del Jubileo de la Misericordia», que dará comienzo en todo el mundo el 8 de diciembre pero se adelanta en la República Centroafricana al 29 de este mes, en que el Papa abrirá personalmente la puerta santa de la catedral de Bangui.

Siguiendo la línea marcada en el reciente Sínodo de la Familia, Francisco recordó que «la Iglesia está llamada a abrir sus puertas, para salir con el Señor al encuentro de sus hijos e hijas en camino, a veces desconcertados, a veces perdidos en estos tiempos difíciles».

Por ese motivo insistió en que «también las puertas de nuestras instituciones deben estar abiertas, para que todos podamos salir a llevar la misericordia de Dios, el perdón, que es el significado del Jubileo».

El Papa recordó que «todavía hay lugares del mundo en que las puertas no se cierran con llave, pero también hay otros en los que las puertas blindadas se han convertido en normales».

Con gran fuerza, el Santo Padre insistió en que «esto no puede ocurrir en la vida de la Iglesia. ¡Sería terrible! Una Iglesia que no es acogedora o una familia encerrada en sí misma deforman el Evangelio y vuelven árido el mundo. ¡Ninguna puerta blindada en la Iglesia! ¡Todo abierto!».

Francisco bajó al detalle de agradecer su servicio profesional a todos los porteros y porteras de edificios que saben ser amables con el visitante, dando a toda la casa «una imagen de humanidad y de acogida».

En esa línea trazó un paralelismo con el papel de servicio de todas las estructuras jerárquicas y organizativas, pues «la Iglesia es la portera de la casa del Señor. ¡No la dueña!».

Volviendo al significado de la puerta santa del perdón, el Papa insistió en que las puertas de la Iglesia «deben abrirse con frecuencia, aunque sea solo para ver si hay alguien que espera, y que no tiene ni el valor ni la fuerza para llamar».

Tras los atentados del viernes pasado en París, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua árabe y ha pedido a Dios que los «proteja del mal», tras pronunciar su catequesis durante la audiencia general de todos los miércoles. «Que el Señor os bendiga y os proteja a todos del mal», ha concluido en esta ocasión el Pontífice argentino en la plaza de San Pedro.

En su despedida de los fieles, el Santo Padre recordó que este viernes «se celebra la Jornada Mundial de los Derechos de la Infancia. Es un deber de todos proteger a los niños y anteponer su bien a cualquier otro criterio, de modo que nunca sean sometidos a formas de servidumbre o malos tratos».

Al mismo tiempo, pidió a la comunidad internacional «vigilancia atenta a las condiciones de vida de los niños, especialmente en países donde sufren riesgo de reclutamiento por grupos armados», que les convierten en «niños soldado»: carne de cañón o pequeños asesinos.

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