El Papa pide ayuda internacional para el Líbano

Lamenta las consecuencias de la tragedia que ha asolado la capital del país de los Cedros y asegura sus oraciones por las víctimas

Imanes con la imagen del Papa se venden en los alrededores del Vaticano

Ángeles Conde

Tras el descanso del mes de julio, el Papa Francisco ha retomado la celebración de la audiencia general en este más que atípico verano. El Pontífice sigue impartiendo la catequesis de forma online desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. Ni fieles en la plaza de San Pedro ni tampoco en el Aula Pablo VI que, durante el mes de julio, se ha transformado en un salón de juegos y comedor para los hijos de los empleados del Vaticano que disfrutaron de los campamentos de verano que impulsó el Papa.

Francisco, como no podía ser de otra manera, se ha referido a la catástrofe que este martes asoló Beirut. Además de oraciones, el Pontífice, visiblemente apesadumbrado, ha pedido ayuda internacional para el Líbano : «Ayer en Beirut (martes), en la zona del puerto, unas fortísimas explosiones han causado decenas de muertos y miles de heridos además de una grave destrucción. Recemos por las víctimas y por sus familiares. Recemos por el Líbano, para que con el compromiso de todos sus actores sociales, políticos y religiosos pueda afrontar este momento tan trágico y doloroso y con la ayuda de la comunidad internacional pueda superar la crisis que está atravesando».

Para el pequeño país de los Cedros llueve sobre mojado. A la devastación provocada por las explosiones en el puerto, se unen varios problemas preexistentes como la pandemia de coronavirus que sigue extendiéndose ; la perenne crisis financiera y económica que ahora se agrava con la pérdida por la deflagración de toneladas de grano; la enorme presión que soporta por el más de millón y medio de refugiados, -principalmente sirios pero también iraquíes y palestinos-, que acoge un país de poco más de cuatro millones; y la nunca resuelta tensión con su vecino Israel. A todo ello, se añade con esta destrucción una muesca más al enorme padecimiento psicológico de una sociedad que todavía tiene muy presente la guerra que duró 15 años.

Durante esta catequesis el Santo Padre ha insistido en los estragos que ha provocado, provoca y provocará esta pandemia, especialmente, entre los más débiles y vulnerables. De nuevo, ha recordado que millones de familias atraviesan momentos de incertidumbre «a causa de los problemas socio-económicos que golpean especialmente a los más pobres». A partir de este miércoles, el Papa se propone emprender un ciclo de reflexiones diferentes, no las ha llamado «catequesis» como tal.

Francisco ha invitado «a afrontar juntos las cuestiones apremiantes que la pandemia ha puesto de relieve, sobre todo las enfermedades sociales». «Es mi deseo reflexionar y trabajar todos juntos, como seguidores de Jesús que sana, para construir un mundo mejor, lleno de esperanza para las generaciones futuras», ha concluido no sin antes invitar a todos los cristianos a seguir el ejemplo de Jesús como médico de las almas y los cuerpos y ofrecer lo mejor de cada uno a la sociedad. Por eso, ha animado a volver la mirada con confianza a Cristo y ha destacado que, hoy más que nunca, es necesario respetar unos principios que son los que siempre ha defendido la Iglesia como la dignidad humana, la subsidiariedad o la opción preferencial por los pobres.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación