El Papa Francisco presenta su receta para la paz: diálogo, reconciliación y ecología

El Vaticano ha presentado su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz.

El Papa Francisco, en una imagen reciente AFP

Javier Martínez-Brocal

El Papa alerta en su tradicional mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de que las guerras comienzan «por la intolerancia a la diversidad del otro, que fomenta el deseo de posesión y la voluntad de dominio».

Se trata del texto que dirige a los jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, y esta mañana ha sido publicado por el Vaticano.

Según Francisco, la raíz de los conflictos grandes y pequeños es «el odio que instiga a destruir, a encerrar al otro en una imagen negativa, a excluirlo y eliminarlo . La guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo; y al mismo tiempo, la guerra alimenta todo esto».

Dice también que la vía de la reconciliación comienza cuando se aprende «a verse como personas» y no se encasilla al otro «en lo que pudo decir o hacer, sino que considera la promesa que lleva dentro . Sólo eligiendo el camino del respeto será posible romper la espiral de venganza y emprender el camino de la esperanza».

Es la clave del mensaje anual que lleva fecha del 8 de diciembre. Además de enviarlo a las embajadas, el Papa lo entregará en mano a los líderes que lo visiten a lo largo del año.

Como es lógico, en un segundo nivel de lectura, es una útil receta sobre cómo cultivar la paz en las relaciones humanas, desde una comunidad de vecinos, hasta la propia familia o la oficina.

«El conocimiento y la estima por los demás crecen en la escucha mutua , hasta el punto de reconocer en el enemigo el rostro de un hermano», dice Francisco. Los tres pilares de su propuesta de paz son el diálogo, la reconciliación y el respeto del medioambiente.

«El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación. No se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes», escribe.

«Muchas veces, en la oscuridad de guerras y conflictos, el recuerdo de un pequeño gesto de solidaridad recibido puede inspirar también opciones valientes e incluso heroicas, puede poner en marcha nuevas energías y reavivar una nueva esperanza tanto en los individuos como en las comunidades», recuerda.

El Papa , que en el mensaje recuerda su reciente visita a Hiroshima e Nagasaki, recuerda que «nuestra comunidad humana lleva, en la memoria y en la carne, los signos de las guerras y de los conflictos que se han producido, con una capacidad destructiva creciente, y que no dejan de afectar especialmente a los más pobres y a los más débiles».

Menciona a los «Hibakusha», como llaman en Japón a los supervivientes de los bombardeos atómicos. «Su testimonio despierta y preserva el recuerdo de las víctimas, para que la conciencia humana se fortalezca cada vez más contra todo deseo de dominación y destrucción», añade.

Este recuerdo, dice el Papa, «no sólo debe mantenerse para evitar cometer nuevamente los mismos errores y para que no se vuelvan a proponer los esquemas ilusorios del pasado», sino también para constituir «la raíz y sugerir el camino para las decisiones de paz presentes y futuras».

Francisco mira al futuro y avisa de que no puede haber paz si no hay «una relación pacífica entre las comunidades y la tierra, entre el presente y la memoria, entre las experiencias y las esperanzas».

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