El Papa Francisco en la basílica Santa María la Mayor a su llegada a Roma
El Papa Francisco en la basílica Santa María la Mayor a su llegada a Roma - Afp

El Papa Francisco, en sus diez frases más polémicas

En sus casi tres años de Pontificado, sus frases concisas y coloquiales le han valido más de un disgusto

Madrid Actualizado: Guardar
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Pocas personalidades en el mundo tienen una exposición pública tan grande como la del Papa. Su agenda incluye numerosas reuniones oficiales, la homilía diaria en la casa Santa Marta y los mensajes de las audiencias públicas y el rezo del Ángelus. Todo ello, sin contar los viajes internacionales en los que el Santo Padre suele pronunciar una media de dos o tres discursos diarios.

El Papa Francisco además es un pastor cercano y muy espontáneo. Le gusta contestar las cartas que le escriben los fieles desde los rincones más olvidados del planeta contándole sus preocupaciones o alegrías o llamar por teléfono a las víctimas de pederastia que piden su ayuda.

Contra la propuestas xenófobas de D. Trump

Todo ello hace que el Santo Padre se refiera públicamente a muchos de los problemas que preocupan a la sociedad de hoy.

Algunas de ellas le han valido más de un disgusto como sus recientes declaraciones en contra de las propuestas xenófobas del candidato presidencial republicano Donald Trump. «Una persona que piensa en construir muros en lugar de puentes no es un cristiano. Eso no está en el Evangelio», aseguró el Papa, a bordo del avión que le trajo de regreso a Roma desde México.

«Genocidio armenio»

Hace poco menos de un año, el 12 de abril de 2015, el Papa Francisco se refirió a la masacre de armenios por el Imperio Otomano como «el primer genocidio del siglo XX», durante una misa en conmemoración del centenario de la matanza.

«Desde el siglo pasado, nuestra familia humana ha padecido tres tragedias masivas. La primera, conocida ampliamente como 'el primer genocidio del siglo XX', golpeó a vuestro propio pueblo», declaró el Pontífice durante el inicio de una misa en la basílica de San Pedro a la que asistió el presidente de Armenia, Serzh Sargsyan.

La reacción del gobierno turco no se hizo esperar y ese mismo día fuentes oficiales de Ankara declaraban que los comentarios del Pontífice habían causado "asombro" entre el Ejecutivo turco y provocado una "problema de confianza" en las relaciones con el Vaticano, según informó Reuters.

«Mexicanización de Argentina»

En febrero de 2015 el Papa envió una carta a un legislador amigo en Argentina y que abrió la caja de los truenos. En la misiva, de carácter privado pero que se hizo público, el Santo Padre mostraba su preocupación por el avance del narcotráfico en Argentina y le pedía a su amigo «evitar la mexicanización» del país.

«Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror», afirmó el Pontífice en la misiva, publicada en la página web de la organización no gubernamental La Alameda, que presidía el legislador. El Gobierno mexicano manifestó entonces su «preocupación y pesar» por «la estigmatización» que sufría su país con la frase del Papa.

Anticonceptivos

En su habitual encuentro con los periodistas a bordo del avión de regreso de México, el Papa también se refirió al uso de los anticonceptivos como una posible medida para evitar embarazos durante la epidemia de zika que azota a América Latina. el Santo Padre explicó que «el aborto es un crimen» pero en cambio tomar la decisión de evitar un embarazo por motivos excepcionales «no es un mal absoluto».

«Dos palmadas en el trasero»

En una entrevista al diario argentino «La Voz del Pueblo de Tres Arroyos» en mayo de 2015, Francisco reconoció que en la actualidad «los métodos de castigo a los chicos han cambiado, hay otra sensibilidad», a diferencia de la época de su infancia, cuando «te daban dos cachetazos y listo». «Siempre digo: Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el trasero no vienen mal», remarcó.

«No debemos ser como conejos»

Con un lenguaje coloquial y un tanto crudo, el Papa Francisco abordó durante el vuelo de Manila a Roma en enero de 215, un punto crucial en su preocupación prioritaria por la familia: aclarar que «la apertura a la vida es condición del sacramento del matrimonio», pero que «eso no significa que el cristiano se deba reproducir en serie».

El Santo Padre recordó que ni la moral católica ni la implosión demográfica requieren «que el cristiano deba hacer hijos en serie» y comentó haber regañado «a una señora embarazada del octavo hijo, que llevaba siete cesáreas y necesitaría otra: ‘Pero, ¿quiere dejar huérfanos a siete? Eso es tentar a Dios'»

El Papa relató haberle dicho que «eso es una irresponsabilidad. Y ella: ’No, yo confío en Dios’. Pero mira, Dios te da los medios para ser responsable. Algunos creen que para ser buenos católicos –perdonadme la palabra- debemos ser como conejos. No: paternidad responsable».

«Puede esperarse un puñetazo»

En un largo encuentro con los periodistas durante el vuelo de Colombo a Manila en enero de 2015, el Papa Francisco pidió vigorosamente respeto a las creencias religiosas de los musulmanes, señalando que ni la libertad de religión ni la libertad de expresión deben ser utilizadas para ofender a los demás. Sencillamente, «no se puede insultar la fe del Islam».

Sus palabra se producían una semana después del atentado al semanario parisino. Aun siendo consciente del riesgo de que se malinterpreten sus palabras, el Papa insistió en que es necesario pensar en los demás, especialmente en los temas que afectan más profunda o emotivamente a cada a uno. En tono informal, comentó: «Si alguien dice una palabrota sobre mi madre puede esperarse un puñetazo».

El Vaticano aclaró después que la frase del Papa no pretendía justificar el ataque si no recordar que debe haber límites a la libertad de expresión.

«Lobby gay»

En el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma en julio de 2013, el Papa Francisco afirmó que no juzga a los homosexuales, pero se mostró contrario al «lobby gay» que existe en el Vaticano. «En un 'lobby' no todos son buenos, pero si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla. El Catecismo de la Iglesia católica explica y dice que no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad», afirmó.

Monjas, «no solteronas»

En una reunión con 800 religiosas a principios de mayo del año pasado, Francisco habló sobre la castidad a la que están encomendadas. Aseguró «que amplía la libertad de la entrega a Dios y a los demás con la ternura, la misericordia y la cercanía a Cristo».

«Pero por favor, una castidad fecunda», pidió. «Una castidad que genere hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, tiene que ser madre y no solterona». Consciente de la contundencia de sus palabras añadió: «Perdonadme si hablo así, pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta fecundidad».

Cárceles, «un engaño social»

Durante su visita a la centro penitenciario CeReSo Nº3 en Ciudad Júarez, Francisco denunció «el engaño social de pensar que la seguridad y el orden sólo se logran encarcelando». La tranquilidad ciudadana se consigue más bien «afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social».

El Papa subrayó la conveniencia de crear «un sistema que podríamos llamar de salud social», una especie de medicina preventiva de la delincuencia, basada en la educación, el trabajo, etc.

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