El Papa «entrevista» en directo a los seis astronautas de la Estación Espacial Internacional

Le cuentan la extraordinaria belleza de un planeta en que no ven fronteras ni conflictos

Juan Vicente Boo

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«Buenos días… o buenas tardes, porque en el espacio nunca se sabe», ha sido el saludo del Papa Francisco este jueves a los seis astronautas de la Estación Espacial Internacional. El enlace por videoconferencia tuvo un aire muy espontáneo e informal, incluidas algunas pérdidas del contacto.

Siguiendo el precedente de Benedicto XVI en el 2011, el Papa ha ido haciéndoles preguntas sobre diversos temas, que el astronautas italiano Paolo Nespoli se encargaba de trasladar a sus compañeros rusos y norteamericanos a 400 kilómetros de altura sobre la Tierra.

Francisco quería saber los motivos que les han llevado a escoger ese trabajo, y el ruso Sergey Riazanskiy le ha contado que «mi abuelo era ingeniero jefe del Sputnik, y me encanta continuar llevando sus sueños a la realidad».

En respuesta a otra pregunta, el norteamericano Randolph Bresnik ha confesado que «lo que más me alegra cada día es ver la belleza del planeta, casi con los ojos de Dios. Verlo así toca el corazón a cualquiera. Nos movemos a 10 kilómetros por segundo y no vemos fronteras, no vemos conflictos».

La sonrisa de Francisco reflejaba su alegría por esa respuesta o por el descubrimiento de reflexiones inesperadas que ayudan a superar rigideces, como la del norteamericano Mark Vande Hei, según el cual desde el espacio «ves cosas que te parecen diferentes porque las ves desde ángulos distintos. Nosotros, sin gravedad, tenemos que decidir el ‘arriba’ y el ‘abajo’».

Joe Acaba, californiano de origen portorriqueño le ha saludado en español con un «Santo Padre, es un gran honor hablar con usted».

A la pregunta sobre el trabajo en equipo, el ingeniero Acaba ha respondido que «en la Estación Espacial Internacional trabajamos personas de muchas naciones: es un gran ejemplo de colaboración internacional. Nuestra diversidad nos hace más fuertes».

El Papa le ha comentado que, efectivamente, «sois unas Naciones Unidas en miniatura . Sí, la totalidad es más grande que la suma de las partes». Francisco se ha despedido diciéndoles que «me gustaría llamaros ‘queridos hermanos’, como representantes de la familia humana. Rezaré por vosotros, y vosotros, por favor, rezad por mí».

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