El Papa denuncia «la ‘desnaturalización’ de la Navidad, especialmente en Europa»

Advierte que «en nombre de un falso respeto a los no cristianos, se intenta marginar la fe»

El Papa, atento a la actuación del Golden Circus Reuters
Juan Vicente Boo

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Con su habitual claridad ante lo que no va bien, el Papa Francisco ha denunciado este miércoles que «en nuestros días, y especialmente en Europa, estamos asistiendo a una especie de ‘desnaturalización’ de la Navidad ».

Según ha explicado a miles de peregrinos, la maniobra consiste en que «en nombre de un falso respeto ante quien no es cristiano, muchas veces se esconde la voluntad de marginar la fe, eliminando todo tipo de referencia al nacimiento de Jesús ». Los ejemplos saltan a la vista en muchas ciudades del Viejo Continente, envueltos en publicidad oficial.

La primera Navidad, según el Papa, fue «sorprendente» pues Jesús «nace de una muchacha pobre y desconocida, que da a luz en un establo, con la única ayuda de su marido», y Dios anuncia el acontecimiento en primer lugar a los pastores, «marginados de la sociedad».

En esta última audiencia general del año, Francisco ha recordado que «el verdadero sentido de estas fiestas se encuentra en Jesús. Él es quien da sentido a todo lo que celebramos». Es la misma alerta formulada el pasado 17 de diciembre cuando advirtió: « Si quitamos a Jesús, ¿qué queda de la Navidad? Una fiesta vacía… ¡No quitéis a Jesús de la Navidad! ¡Jesús es el centro!».

Y ante la amenaza de la deriva comercial, el Papa ha recordado que el principal «regalo» no es dar cosas sino tiempo, atención y cariño: «Cuando acogemos a Jesús en nuestras vidas, nos convertimos en un don para los demás. Los cristianos nos intercambiamos regalos, porque el verdadero don para nosotros es Jesús y, como Él, queremos ser don para los demás, especialmente para los necesitados de atención y de ternura».

La Navidad original nos indica que «los primeros destinatarios de la venida de Jesús son los pequeños y despreciados, con los que establece una amistad que continúa en el tiempo. Con ellos, en cada momento, Dios desea construir un mundo nuevo en el que no haya más personas rechazadas, descartadas ni maltratadas».

La audiencia general, muy festiva, ha incluido una entretenida actuación del Golden Circus. Y Francisco se ha despedido felicitando «a los artistas y trabajadores por su grato espectáculo. ¡Igual que la belleza, el arte circense siempre nos acerca a Dios!»

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