El Papa Francisco, durante una audiencia con miembros del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en el Vaticano, esta semana
El Papa Francisco, durante una audiencia con miembros del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en el Vaticano, esta semana - EFE

El Papa conmemora en Suecia el 500 aniversario de la Reforma en un clima de reconciliación plena

La Federación Luterana Mundial le recibe el lunes con los brazos abiertos

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Al cabo de medio milenio repleto de guerras, de odio y de sangre, la conmemoración conjunta del 500 aniversario del comienzo de la reforma es un pequeño milagro y un ejemplo para el mundo. El encuentro religioso tendrá lugar el lunes en la catedral de Lund, en Suecia, al que seguirá un acto ecuménico en un polideportivo de Malmö.

El Papa Francisco será recibido con admiración y afecto por la Federación Luterana Mundial, organizadora de los actos junto con la Iglesia católica. No se trata de «festejar» nada. No es una «celebración» de la Reforma, sino la «conmemoración conjunta» de un acontecimiento que marcó tristemente la historia a lo largo de varios siglos hasta que el espíritu de reconciliación, iniciado por el Concilio Vaticano II y practicado por todos los papas desde entonces, ha conseguido cerrar antiguas heridas.

En vísperas del encuentro, el clima de entendimiento mutuo no puede ser más claro. En una conferencia de prensa conjunta en el Vaticano con el cardenal Kurt Koch, responsable de ecumenismo, el secretario de la Federación Luterana Mundial, Martin Junge, se volcó en elogios del papa Francisco, a quien recibirán con los brazos abiertos. Aunque la Reforma nació en Alemania, la comunidad luterana –formada por más de setenta millones de fieles- es hoy mundial, y ha elegido Lund por motivos ecuménicos.

El hecho de que Martin Junge, que es chileno, elogiase en perfecto español a un papa argentino, era otra señal de lo mucho que ha cambiado el mundo. El ecumenismo nació en Europa, pero el cardenal Bergoglio lo practicaba con entusiasmo en Buenos Aires con su estilo característico: el de la amistad personal con pastores evangélicos como Marcelo Figueroa, quien le acompaña el lunes en el avión, del mismo modo que el rabino Abraham Skorka y el líder islámico Omar Abboud le acompañaron en el viaje a Jordania, Palestina e Israel, donde terminaron fundiéndose en un abrazo frente al Muro Occidental de Jerusalén.

El camino de amistad que ha llevado a este encuentro fue iniciado por san Juan Pablo II, el primer papa que viajó a Alemania y los países nórdicos, y el único que ha visitado Suecia hasta el día de hoy.

Pero quien desmontó las barreras en el terreno teológico fue el cardenal Joseph Ratzinger, gran impulsor de la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, que puso fin a la principal controversia cuando fue firmada en Augusta el 31 de octubre de 1999 por el cardenal Edward Cassidy en nombre del Papa y por el obispo Christian Krause, presidente de la Federación Luterana Mundial.

Si aquel texto doctrinal, que forma parte del magisterio de ambas comunidades cristianas, puso fin a casi cinco siglos de polémicas teológicas, el faro que hoy orienta el camino es el documento «Del conflicto a la comunión», la «hoja de ruta» suscrita en 2013.

El programa del lunes en Suecia refleja el nuevo espíritu de buen entendimiento y de dar testimonio juntos.

A primera hora de la tarde tendrá lugar en la catedral de Lund la plegaria ecuménica conjunta, que incluye sendas homilías del obispo Munib Younan, presidente de la Federación Luterana Mundial, y del Papa Francisco, en presencia de representantes de iglesias reformadas y ortodoxas, y de la familia real sueca.

En ese acto religioso se pedirá perdón por las ofensas mutuas de los primeros cuatro siglos de separación y guerras, pero también se dará gracias a Dios por haber recuperado el espíritu de fraternidad a raíz del Concilio Vaticano II.

Es la primera vez que un centenario de la Reforma, iniciada el 31 de octubre de 1517 con la publicación de las 95 tesis de Lutero sobre las indulgencias, se conmemora sin polémicas y sin diatribas contra el papa de Roma. Esta vez, en cambio, será recibido con aplausos y será escuchado como líder espiritual y principal símbolo del cristianismo. Es la mejor puerta de entrada en el año del Quinto Centenario, que concluirá el 31 de octubre de 2017 en Wittenberg.

El simbólico acto de la catedral de Lund

Al acto religioso en la catedral de Lund seguirá a media tarde, en la cercana ciudad de Malmö, un encuentro ecuménico en un polideportivo con capacidad para diez mil personas que, en su mayoría, serán jóvenes.

Tanto el Papa como los líderes de la Federación Luterana Mundial asistirán al testimonio de héroes y heroínas que ayudan a los refugiados, socorren a otras personas y protegen la naturaleza, dando ejemplos de testimonio cristiano en servicio a los demás.

La entrada cuesta diez euros, y la recaudación se dedicará a actividades de ayuda de Caritas Internationalis a damnificados por la guerra en Alepo, y de su organización homologa, el Servicio Mundial de la Federación Luterana Mundial, a refugiados sirios en Jordania. Es el «ecumenismo de la caridad»: dar testimonio juntos de un mandato fundamental de Jesucristo.

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