El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez (3d), preside la inauguración de la 106º reunión de la Asamblea Plenaria de los obispos en la que ha analizado las principales cuestiones de actualidad que preocupan a la Iglesia española.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez (3d), preside la inauguración de la 106º reunión de la Asamblea Plenaria de los obispos en la que ha analizado las principales cuestiones de actualidad que preocupan a la Iglesia española. - EFE

Los obispos creen que «el fundamentalismo» y «el laicismo» son «dos grandes peligros para la paz»

Recuerdan que «no se puede invocar la paz y por otro lado vender armas a quienes la van a usar contra poblaciones inocentes»

MADRID Actualizado: Guardar
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Una semana después de los trágicos atentados terroristas en París y el mismo día en que se conoció el secuestro de más de un centenar de personas en un hotel de Bamako, en Mali, el secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, recordó que tanto «el fundamentalismo» como «el laicismo» son «los dos grandes peligros para la paz».

Durante la rueda de prensa posterior a la Asamblea Plenaria, el portavoz de los obispos pidió «ser justos y sinceros» y «no poner en cuestión la fe de tantos millones» de musulmanes por «una minoría fundamentalista». A renglón seguido explicó que «los dos grandes peligros para la paz es el laicismo, que quiere excluir el hecho religioso de la pública y el fundamentalismo, que usa el nombre de Dios para causas o intereses humanos, incluso la violencia».

«Estas perturbaciones hay que desecharlas de raíz porque no se puede matar en nombre de Dios», insistió.

El secretario general, quien eludió manifestar la posición de la Conferencia Episcopal ante una posible intervención militar en Siria e Irak, sí reconoció estar a favor de la utilización de medios pacíficos acogiéndose al derecho de defensa e injerencia humanitaria. En este sentido, también reclamó a la comunidad internacional una postura coherente. «No se puede invocar a la paz y apoyar por otro lado la venta de armas a manos de quienes la van usar perturbando el orden internacional y afectando a poblaciones indefensas e inocentes», aseveró.

El temor a que la figura jurídica del refugiado se convierta en un coladero de terroristas, el portavoz recordó que se trata de una «conquista de los derechos humanos» en la que no «se debe generalizar por alguna cuestión particular". "No se puede asociar refugiado a delincuente», insistió Gil Tamayo.

PROGRAMAS ELECTORALES LAICISTAS

En la misma línea que el presidente de la CEE, el cardenal Ricardo Blázquez, en su discurso de bienvenida a los obispos a la Asamblea Plenaria el pasad lunes, el portavoz recalcó este viernes que en la Iglesia «no hay preocupación» por las iniciativas anunciadas por algunos partidos políticos en sus programas electorales.

«La Iglesia está muy a gusto en el actual sistema democrático, cuyo marco constitucional plantea un Estado aconfesional pero que reconoce una relación de cooperación con la Iglesia católica y demás confesiones religiosas. El hecho religioso está presente en los ciudadanos y en consecuencia tiene una dimensión social, además la mayor parte de los votantes apunta a sus hijos a la clase de Religión, recordó Gil Tamayo, quien añadió que «hay que saber entender los lenguajes» en la campaña electoral.

VALLEJO BALDA, «MUY DOLOROSO»

Sobre el sacerdote que permanece encarcelado en el Vaticano, Lucio Ángel Vallejo Balda, el portavoz aseguró que ha sido un hecho «muy doloroso». «Manifestamos nuestra especial cercanía al Papa en estos momentos de dificultad», afirmó. Pese al daño producido, el secretario general apuntó que los documentos filtrados «son fruto» del interés del Papa por "poner remedio y hacer limpieza" en las cuentas del Vaticano.

«En el caso de Malí, que nuestra mirada de comprensión y de solidaridad, abarque también la situación que están sufriendo en Oriente Medio y otros países. No nos acostumbremos nunca al sufrimiento de los inocentes ante esta plaga que es el terrorismo», ha pedido el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo.

En la rueda de prensa final de la Asamblea Plenaria de los obispos, que ha tenido lugar esta semana, Gil Tamayo ha trasladado el rechazo de los prelados a la violencia y ha advertido de que «nunca la imposición de las ideas puede justificarla».

Además, ha señalado que es «una perversión del hecho religioso usar el nombre de Dios» para perpetrar estos actos terroristas y ha expresado el deseo de los obispos de que se haga un esfuerzo por que «se imponga la justicia y la paz». Finalmente, ha asegurado su oración por las víctimas.

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