Monseñor Javier Salinas este viernes en el Nuevo Seminario en Palma de Mallorca
Monseñor Javier Salinas este viernes en el Nuevo Seminario en Palma de Mallorca - ABC

El obispo de Mallorca afirma que dio un anillo a su excolaboradora con fines religiosos

El prelado, que se ha reunido este viernes con los consejos religiosos, niega la relación sentimental denunciada ante la Santa Sede y anuncia que seguirá al frente de la Diócesis

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El obispo de Mallorca, monseñor Javier Salinas, negó este viernes estar enamorado de una antigua colaboradora y explicó que los anillos que se habían intercambiado habrían sido un regalo hecho con una finalidad religiosa, después de crear ambos un grupo de oración. Dicho grupo estaba integrado únicamente por sus dos creadores y habría sido promovido por la exayudante de Salinas. Una periodista le preguntó directamente al obispo si estaba enamorado, y la respuesta del prelado fue: «No, qué le parece». En relación a la polémica surgida en estos últimos días por una supuesta «relación impropia» por parte del obispo, el prelado indicó que «es posible que haya gente que aproveche esto» para hacer una crítica de su gestión.

Asimismo, señaló que estaba sobrellevando con «paciencia» y con «coraje» la presión mediática a la que ha estado sometido.

El prelado hizo estas declaraciones momentos antes de reunirse con carácter extraordinario con el Consejo Presbiteral, el Colegio de Arciprestes y el Colegio de Consultores, para dar cuenta de la reciente denuncia presentada ante la Santa Sede por el marido de su exayudante, por una presunta «relación impropia» por parte del obispo. Salinas no habría informado antes sobre este asunto porque la congregación de obispos del Vaticano le había impuesto la pasada semana silencio sobre el tema. Ante un grupo de periodistas presentes en el Nuevo Seminario, el lugar previsto para el encuentro, monseñor Salinas negó que las alianzas que se intercambiaron su antigua ayudante y él llevasen inscrito el nombre de pila de ambos, como habían publicado algunos medios de prensa. El obispo añadió que la única inscripción que llevaban dichas alianzas era «caminantes».

Tras las reuniones de esta mañana, el obispo ha declarado posteriormente ante los medios que cree que cuenta con el apoyo de todos los integrantes de los diferentes consejos y colegios diocesanos. «En este momento yo soy el obispo de Mallorca y continúo siendo el obispo de Mallorca», ha añadido. Los periodistas presentes en el lugar han preguntado a varios de los sacerdotes que habían escuchado las explicaciones de Salinas si seguían manteniendo su apoyo al prelado. La respuesta prácticamente unánime por parte de los religiosos interpelados ha sido que así era.

Los antecedentes del caso se remontan al pasado martes, festividad de la Inmaculada, cuando el «Diario de Mallorca» adelantaba en su edición digital que monseñor Javier Salinas habría sido llamado recientemente a capítulo por la Santa Sede, por una cuestión de carácter estrictamente personal. Esa información inicial no entraba en más detalles, pero añadía que el Vaticano estaría sopesando ya el posible relevo del prelado. Horas después de la publicación de dicha exclusiva, el obispo presidió, tal y como estaba ya previsto, la misa celebrada en la catedral de Palma. A lo largo de su homilía, seguida con especial expectación e interés por los presentes, Salinas hizo referencia en diversos momentos a la necesidad de la «misericordia» y del «perdón».

Una vez acabada la ceremonia religiosa, el obispo entró en la sacristía, acompañado de una quincena de canónigos y de sacerdotes. En ese momento, les dio a conocer que era verdad que había ido a Roma, en donde permaneció entre el 2 y el 5 de diciembre, si bien añadió que el propósito de su viaje habría sido sólo el de reunirse con dos congregaciones, la de religiosos y la de obispos. Esta segunda congregación es la que interviene en el nombramiento o en el traslado de los prelados. La mayoría de miembros de la Diócesis desconocía, hasta el pasado martes, que Salinas se hubiera desplazado a la Santa Sede hace una semana. El único hecho que días atrás había llamado la atención de la Comunidad fue que el 3 de diciembre, festividad de San Francisco Javier, no se hubiera celebrado en el Palacio Episcopal la tradicional recepción con motivo de la onomástica del obispo.

Tras las primeras palabras aclaratorias de monseñor Salinas en la sacristía de la catedral, en pocas horas se pasó sin embargo de la sorpresa a la preocupación, cuando las nuevas informaciones publicadas el miércoles desvelaron, finalmente, que el marido de una antigua colaboradora del obispo había presentado una denuncia ante la Diócesis, la Nunciatura y la Santa Sede, por una supuesta «relación impropia» del prelado con la esposa del denunciante. Dicha acusación se apoya en un informe realizado por un detective privado. El dosier, de varias páginas, contiene diversas fotografías en las que se ve a la exayudante de Salinas entrando en el Obispado fuera del horario laboral y también aporta un listado de llamadas telefónicas. El trabajo no ofrece, sin embargo, una conclusión en ningún sentido.

Ante la incertidumbre creada por esas nuevas revelaciones, el obispo concedió el mismo miércoles una entrevista a la Cadena Cope. En primer lugar, negó haber mantenido algún tipo de relación inapropiada con quien fue su secretaria adjunta para Relaciones Institucionales entre septiembre y octubre de este año. La mujer dimitió de su cargo después de que su esposo hubiera presentado la mencionada denuncia. El matrimonio, que tiene tres hijos mayores de edad y pertenece a la nobleza mallorquina, se encuentra en estos momentos en vías de separación. La demanda formal de ruptura fue presentada por el esposo. En este segundo escrito, redactado en las mismas fechas que la denuncia contra el obispo, el hombre no alega ningun motivo para justificar la separación solicitada. Según desvela el diario Última Hora este viernes, el marido se habría reunido personalmente con el obispo hace un mes para hablar sobre todo este asunto.

En su entrevista en la Cadena Cope, Salinas tuvo palabras de agradecimiento para su antigua colaboradora, quien estos días sólo ha dicho que todo lo publicado hasta ahora es falso. «Esa persona cumplía perfectamente su labor», dijo el prelado. «Yo, en ningún momento, tengo conciencia de haber actuado en contra de la doctrina de la Iglesia», afirmó también. Igualmente, señaló que siempre ha trabajado «desde una actitud de confianza» y «de limpieza» con las personas con las que ha colaborado. Más adelante, el obispo indicó que la situación que está viviendo desde hace una semana le llena «de preocupación y de dolor», si bien quiso agradecer también los mensajes de apoyo recibidos.

El prelado sí reconoció que las noticias que se han publicado responden «a una serie de actuaciones que se han dado», si bien quiso matizar que «otra cuestión es la interpretación de los hechos». Por lo que respecta al citado informe realizado por un detective privado, Salinas señaló que «las fotografías o cosas que aparecen no dicen nada». A pesar de la polémica desatada, el obispo indicó que cuenta con la confianza del nuncio en España, monseñor Renzo Fratini, y añadió que no se planteaba por ahora su marcha voluntaria. «Quiero clarificar las cosas y demostrar a mi Comunidad que puedo continuar y que debo continuar esta misión», destacó. Aun así, también se mostró dispuesto a renunciar a su cargo si llegase al convencimiento de que no puede seguir adelante. De momento, la Santa Sede no se ha pronunciado aún sobre la denuncia.

La situación sigue siendo especialmente delicada para la Diócesis, a pesar de las explicaciones ofrecidas por el obispo, pues siguen apareciendo nuevas informaciones sobre el asunto. Así, Diario de Mallorca desvelaba ayer que el prelado y su antigua ayudante habrían intercambiado sendas alianzas con el respectivo nombre de pila grabado en ellas. Ambas personas habrían portado dichas sortijas durante varias semanas. Según el citado rotativo, monseñor Salinas habría lucido ese anillo junto a su sello episcopal, y sólo se lo habría quitado una vez que tuvo constancia de la denuncia presentada hace un mes.

En cualquier caso, no se descarta la posible renuncia de algún alto cargo, pues existe un cierto malestar entre algunos miembros de la curia diocesana por el hecho de que el obispo no les hubiera informado de la existencia de la mencionada denuncia en el momento en que fue presentada. Otra posibilidad que cobra fuerza en estas últimas horas es la de que el obispo decida finalmente presentar su dimisión en los próximos días.

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