El incendio forestal de Yeste ha quemado 1.260 hectáreas, 700 del parque natural del río Mundo
El incendio forestal de Yeste ha quemado 1.260 hectáreas, 700 del parque natural del río Mundo - EFE

Nuevos focos burlan el control del incendio de Yeste, que arrasa ya 2.700 hectáreas

Una parte considerable pertenece al parque natural de los calares del río Mundo y la sima

Yeste (Albacete) Actualizado: Guardar
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El padre de todos los incendios quemó en 1994 un total de 17.000 hectáreas de masa forestal en Yeste, municipio albaceteño golpeado ahora de nuevo por el fuego, que ha arrasado desde el pasado 28 de julio en torno a 2.700 hectáreas, de las que una parte considerable pertenece al parque natural de los calares del río Mundo y la sima. Aunque el enorme esfuerzo de los agentes forestales y de los militares permitió el sábado cercar a las llamas, la irrupción de dos nuevos focos ha generado desazón en las poblaciones afectadas y ha propiciado nuevos desalojos.

Oficialmente, el siniestro ha sido controlado casi en su totalidad por la ingente cantidad de medios humanos y técnicos empleados para combatirlo, pero la preocupación, que no entiende de partes oficiales, se ha instalado en los municipios de Yeste, Riópar, y Molinicos.

Lo que explica que la humareda que al mediodía del domingo cubrió el cielo del segundo causara desazón en los residentes y turistas de enclave, situado en el corazón del parque natural. Algunos vecinos se plantearon salir del pueblo y otros vaticinaron que la Guardia Civil ordenaría el desalojo. No fue así. En realidad, el fuego se encontraba a casi 30 kilómetros de distancia, acosado por 26 medios aéreos y 39 terrestres, pero el cambio de la dirección del viento propició la llegada del humo causante del desconcierto.

El miedo está más justificado, por la proximidad de las llamas, en Molinicos y en los núcleos de población del término de Yeste, donde varias aldeas han sido desalojadas. A instancia del Ayuntamiento se ha habilitado la residencia de estudiantes para alojar a un centenar de personas, en su mayoría ancianos, procedentes de la mismas, en las que permanecen escondidos jóvenes que se niegan a cumplir la orden, según asegura una fuente consultada, que destaca que el grado de indignación de los vecinos contra la gestión de la extinción del incendio ha llegado al límite.

De hecho, se ha convocado una concentración ante el consistorio a través de Facebook, Twitter o WhatsApp, armas de doble filo en esta crisis medioambiental. La escasez de noticias oficiales, derivada de una prudencia sobrevenida en mutismo, y los datos contradictorios, han generado una enorme confusión en las poblaciones afectadas, avivada por las redes sociales, donde, junto a informaciones veraces cohabitan noticias alarmistas e incluso teorías de la conspiración.

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