Sociedad

Un nuevo trampolín para que los jóvenes encuentren trabajo

La Fundación Princesa de Girona presenta el proyecto «Rescatadores de Talento», que busca mejorar el empleo juvenil e incidir en la movilidad geográfica

Madrid Actualizado: Guardar
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Hay esperanza para los jóvenes a la hora de acceder al mercado laboral. O al menos, eso es lo que pretenden desde la Fundación Princesa de Girona (FPdGi), que bajo el lema «¡Necesito que me necesiten!» ha presentado hoy su plataforma «Rescatadores de Talento». Un proyecto innovador que nace con la idea de mejorar la empleabilidad en los jóvenes, fomentando su movilidad laboral entre comunidades para que puedan ejercer en los campos en los que se han formado y especializado.

Cerca de un 43% de los jóvenes españoles, aseguran desde la fundación, se encuentran en paro. Una cifra que hace que España sea el tercer país de la OCDE con peores registros en cuanto a paro juvenil.

Y el segundo si se tiene en cuenta a las personas con titulación que no tienen trabajo. Además, según los datos de la FPdGi, casi el 65% de los jóvenes que trabaja lo hace con contratos temporales, es decir, que no disfrutan de estabilidad. En Europa, solo superan a España en este ámbito Eslovenia (73,6%) y Polonia (68,6%). Además, la asociación afirma que, desde el año 2010, el ritmo de contratación de jóvenes ha ido reduciéndose en un 1,2% año tras año.

Para solventar el desempleo juvenil nace «Rescatadores de Talento». «Con esta iniciativa, queremos dar a la gente válida la posibilidad de desarrollarse», asegura Francisco Belil, el presidente de la FDdGi, que reafirma además su compromiso de destinar 2,8 millones de euros en 2017 «a programas en beneficio de los jóvenes».

Para Belil, cada empresa debería destinar «por lo menos un 10% de sus gastos» a iniciativas destinadas a promover la juventud. A eso se comprometen las once empresas que están «totalmente implicadas con la plataforma», entre las que se encuentran Lidl, OHL, Acciona, Meliá o Banco Sabadell. Otras doce, como BBVA, Accenture o Allianz, lo hacen ofreciendo formación y oportunidades de empleo para los jóvenes a «rescatar».

Contra el adelgazamiento de currículums

Como afirma el presidente de la fundación, «Rescatadores de Talentos» es una plataforma «que va a ayudar a la empleabilidad de los jóvenes y en su movilidad geográfica». Jóvenes que, por otro lado, gracias a esta iniciativa no tendrán que adelgazar sus currículums ni ocultar su formación. Algo que sí que hizo Juanjo Hernández, ingeniero aeronáutico de 28 años en paro que saltó a la fama la pasada semana al hacer papiroflexia con sus títulos universitarios y de formación y ponerlos a la venta, «para que así sirviesen de algo».

«Hace cuatro años que acabé la carrera y desde entonces llevo buscando empleo en mi sector, sin éxito», explica a ABC. «Llegué a un punto en el que me estaba volviendo a plantear cualquier cosa, como volver a hacer mi currículum en blanco para que me pudieran contratar lo que fuese. Pero lo reconsideré, me dije que no podía volver a eso y que tenía que hacer algo diferente, rompedor, que fuese explosivo y que impactase».

Fue entonces cuando se le encendió la bombilla. Con una metáfora repleta de ironía. «Pensé que, ya que hasta ahora mis títulos no me han servido de nada, pues que por lo menos los podía aprovechar para sacarme algo de dinero», confiesa. La campaña enseguida se hizo viral, y a ella se adhirieron otros jóvenes, como Pedro Martín, de 29 años, licenciado en química y que tiene «hasta cinco currículums diferentes».

Aunque detrás estaba la FPdGi, que con el hashtag #TuTítuloSíSirve denunciaba la precariedad laboral y la falta de oportunidades para los jóvenes, a menudo considerados como «sobrecualificados» para determinados puestos que apenas requieren de formación. «Las empresas piden experiencia, pero no te dan la oportunidad de adquirirla», explica Hernández.

Los requisitos de los «rescatados»

Tanto él como Pedro Martín ya están adheridos a la plataforma como «rescatados», al igual que otros cuatrocientos jóvenes de todo el país. Para unirse a ella, únicamente hay que cumplir algunos requisitos: tener entre 20 y 30 años; estar legalmente autorizado para trabajar; acreditar una formación universitaria o de ciclo superior finalizada en los últimos cinco años, o que se esté estudiando en el último curso; tener disponibilidad para desplazarse a otras comunidades autónomas; además de estar en búsqueda de empleo o en condiciones precarias de trabajo.

La plataforma se divide entre «rescatados» y «rescatadores», donde entra el otro activo importante: las empresas. Y es que «Rescatadores de Talento» se presenta como un proyecto basado en dos factores diferenciales: las propuestas de movilidad para jóvenes, que puedan encontrar trabajo lejos de su comunidad, y la implicación activa de las empresas para solucionar el problema del paro juvenil. Además, desde la fundación también se asignan mentores para los eventuales «rescatados», a los que guían y ayudan en todo momento.

«La temporalidad y el subempleo son las dos características básicas del empleo joven», confirma Mónica Margarit, directora general de la FPdGi. «Queremos generar un movimiento social para la contratación de los jóvenes y esperamos poder llegar pronto a los 1.300 registrados en la plataforma», prosigue. «Las empresas se tienen que implicar para que no haya paro juvenil y evitar que nuestros talentos emigren a otros países», asevera por su parte Mireia Marimón, mentora de la FPdGi.

Un proyecto con resultados

Gracias a la labor de la FPdGi, varios jóvenes han conseguido encontrar un empleo. «Rescatadores de Talento» es el resultado de un amplio trabajo de campo, que comenzó con otra iniciativa, «Apadrinando el Talento». Gracias a ella, han encontrado trabajo personas como Juan Antonio González, un ingeniero industrial de Cantabria, de 28 años. «Estaba trabajando de camarero y no había manera de encontrar trabajo de lo que había estudiado. A través de una amiga me puse en contacto con la fundación y casi inmediatamente me asignaron un mentor que me enseñó a mejorar».

González pronto encontró un empleo acorde a su formación, en una importante multinacional, aunque en otra comunidad autónoma. El joven considera que el papel de la fundación fue clave en ello, y también que las compañías tienen que ampliar sus miras. «Las empresas tienen que confiar en los jóvenes. Deben mirar más allá, no verles solo como simples ‘becarios’ que trabajan por cuatro perras, sino como personas cualificadas, que tienen familias que se han esforzado en darle una carrera y que han trabajado de reponedores veranos enteros para poder pagarse los estudios. Hay que poner todo eso en valor y tomar conciencia de que no se debe estropear el mercado de trabajo».

Gracias a este programa, también encontró trabajo el pasado enero Laura Ponce, de 27 años y natural de Sevilla. Un «regalo de Reyes» que le permite trabajar en el campo en el que se especializó, el de la contabilidad y las finanzas. «No creía que la fundación me fuese a ayudar tanto como lo hizo», rubrica.

Testimonios que reafirman la puesta en escena de esta iniciativa, que es gratuita para los usuarios y que nace con un objetivo tan simple como complejo: que los jóvenes cualificados no tengan que «adelgazar» sus currículums y que puedan trabajar de lo que quieren. Aunque sea en otra comunidad.

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