Campaña por los cristianos en Siria

«No podemos comprar un arbolito, pero es un regalo estar juntos»

Los cristianos sirios celebran la Navidad con esperanza, pese a la emergencia humanitaria en la que se encuentra el país tras ocho años de guerra

Un árbol de Navidad en las calles de la ciudad siria de Homs ACN

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Las calles de Alepo dan la bienvenida a la Navidad. Es una bienvenida tímida tras ocho años de una guerra atroz que ha diezmado la comunidad cristiana y ha dejado a toda la población en emergencia humanitaria. Miles de familias se han quedado sin hogar, no hay alimentos y escasean los medicamentos. «Pese a la destrucción, Siria no se ha acabado, no ha desaparecido. Los cristianos preparan la venida de Cristo con muchas heridas en el corazón pero quieren sembrar la semilla de la alegría en los niños. Por eso montan los belenes y alumbran las calles», asegura el arzobispo siriocatólico de Alepo, Antoine Chahda, que ha pasado estos días por Madrid para presentar una campaña a favor de los cristianos sirios promovida por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

En 2011, los cristianos sirios suponían el 10 por ciento de la población (2,5 millones), pero en la actualidad apenas llegan a las 700.000 personas (el 4 por ciento del total). Durante estos años de conflicto, los cristianos han sufrido las consecuencias de la mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial y han sido blanco de la persecución de grupos terroristas como el Daesh y Al Qaeda.

«Con mucho ánimo»

Más de 11 millones de sirios se han visto obligados a abandonar sus hogares. Ocho años después muchos de ellos siguen desplazados tanto dentro como fuera del país. En el pueblo de Marmarita, en la región siria conocida como Valle de los Cristianos (en la frontera con Líbano), residen miles de familias desplazadas. «Las primeras navidades después del comienzo de la guerra no podíamos celebrar nada. Nos costaba la idea de cenar juntos, brindar, decorar la casa mientras estaban muriendo personas a nuestro alrededor», apunta Majd Jallhoum, una joven voluntaria en el Centro de San Pedro de la Iglesia católica melquita de Marmarita.

Un niño enciende una vela por la paz en Siria ACN

Tras la derrota del terrorismo y el inicio de la reconstrucción de Alepo y otras ciudades del país, las familias empiezan a ver el futuro con cierta esperanza. «Vamos a festejar la Navidad con mucho ánimo, en nuestra casa, por fin», explica Evon Hajjar. Su familia ha conseguido volver a Homs después de que su vivienda fuera reconstruida gracias al apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada. «No vamos a poner el árbol de Navidad porque es muy caro conseguir uno, los precios están altísimos por la crisis económica que vivimos, pero para nosotros es un enorme regalo el estar de nuevo juntos en casa», asegura Marwan, hijo de Evon.

Con esta campaña, que lleva por lema «Indestructibles en la fe», Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere poner en marcha 134 proyectos. Entre ellos, está la reconstrucción de casi un centenar de viviendas en Homs y Alepo y varios templos y catedrales. También pretende que los niños de 750 familias no les falte un alimento tan básico como la leche. Y por supuesto un pequeño regalo de Navidad, además de abrigo. «Quien no ha vivido una guerra no sabe lo que es esto, pero las familias cristianas no han perdido su fe y sobreviven en medio del sufrimiento gracias a la ayuda de la Iglesia», explica monseñor Chahda.

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