La DGT opta por desplegar más controles y no endurecerá las sanciones por consumo
El hombre que consiguió que entre los conductores españoles calase el mensaje en condicional de «si bebes, no conduzcas» reconoce hoy por hoy que no hay mucho que hacer para evitar que la gente siga manejando su vehículo tras haberse tomado alguna sustancia incompatible con la conducción, sea alcohol, drogas o psicofármacos. Pere Navarro, director general de Tráfico, aceptó ayer que su mandato no va a estar marcado por un aumento de las penas por este delito, sino que su apuesta es el incremento de controles por drogas y alcoholemia en las carreteras españolas. «No tengo claro que la solución sea subir las penas. En algún momento es posible que haya que hacerlo, pero no somos partidarios. Lo importante es que no haya sensación de impunidad», afirmó ayer Navarro.
El problema es demoledor. Y en él España camina en la misma tónica que toda Europa, destacó el responsable de la DGT. «He llegado al convencimiento de que cada sociedad tiene los fallecidos en carretera que está dispuesta a aceptar. Tengo la sensación de que en este país la gente resuelve sus problemas bebiendo» si no se propone rebajar comportamientos como estos, que llegan a «banalizarse» , enfatizó, de forma controvertida, Navarro. Manteniendo la línea de años anteriores, en 2017 el 42,1% de los conductores que fallecieron lo hacían bajo los efectos de alcohol o estupefacientes, según las 651 autopsias (de los 1.171 fallecidos en carretera) realizadas por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. El año anterior fue un 1% más alto, si bien los positivos en conductores se mantienen estables prácticamente desde 2011.
Además de ese porcentaje, otro 34,3% de los peatones atropellados (y esta tasa sí que está en aumento, un 2,6%) transitaban por la calle en las mismas condiciones, de acuerdo a los análisis practicados a 143 cadáveres de los 351 peatones atropellados el año pasado por el Instituto del Ministerio deJusticia.
El fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, opinó que no se trata solo de reforzar los controles en las carreteras, sino que definió la ingesta de sustancias incompatibles con la circulación como «un grave problema de salud pública». El director de Tráfico llamó la atención sobre un apartado que recoge el trabajo del Instituto de Toxicología. De los peatones que murieron tras ser arrollados en ciudades y vías, hay un elevado porcentaje que camina embriagado «o empastillado», como dijeron ayer los responsables de forma coloquial. «A los conductores todavía se les puede fomentar la idea de que tienen que viajar con alguien, un conductor alternativo que no haya bebido cuando se sale de fiesta o de cena, y que sea él quien coja el coche de vuelta. Pero a los peatones no les vamos a hacer controles en la calle. Solo les podemos decir que intenten no regresar solos después de una considerable ingesta de alcohol», sugirió el responsable de la Dirección General de Tráfico, intentando hacer pedagogía.
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