Muere la primera mujer en Argentina por un aborto clandestino tras el rechazo a la ley

La víctima llegó al hospital con un cuadro de shock séptico tras introducirse una hoja de perejil en el útero

Centenares de personas a favor de la ley del aborto se manifiestaron el pasado 8 de agosto en el exterior del Senado en Buenos Aires (Argentina) EFE

ABC

La polémica vuelve a Argentina por la primera muerte de una mujer por aborto clandestino tras el rechazo a la ley el pasado 8 de agosto, por el senado argentino. El proyecto fue rechazado con 38 votos en contra y 31 a favor, evitando que hasta el comienzo del nuevo curso legislativo, el 1 de marzo de 2019, el Congreso pueda volver a discutir sobre la propuesta.

Liz, como se llamaba la víctima, tenía 34 años y un hijo de 2. El pequeño ha quedado huérfano tras perder a su madre mientras intentaba abortar con la ayuda de un perejil, un método casero y barato. Cabe la idea de que esta planta herbácea expulse al embrión, después de que las mujeres se incluyan en su útero los largos tallos. Pero lo más común es que el aborto quede incompleto y la infección que se ha causado provoque dolores y fiebre, hasta extenderse por todo el cuerpo y aumentar las posibilidades de morir.

Acudió inconsciente al hospital Manuel Belgrano de San Martín (Argentina) el domingo por la noche, con un cuadro infeccioso general. Tras atenderla, los médicos descubrieron que lo que había provocado aquella reacción era un «cuerpo extraño» dentro del útero.

No hizo falta que su madre y su hermana, que la acompañaban, contaran lo que pretendía su hija. Las autoridades sanitarias lo tuvieron claro desde el principio: un aborto casero.

Por falta de medios la trasladaron al hospital Magdalena Villegas de Martínez en Pacheco, donde tras realizarle una histerectomía la internaron en terapia intensiva. Los médicos intentaron salvar su vida sin éxito ya que la infección estaba muy avanzada. Su cuerpo no pudo soportar los daños que había sufrido y murió el lunes por un shock séptico.

No era el primer aborto que realizaba, sino el tercero. Desde el medio «Clarín» se pusieron en contacto con Sebastián Crespo, de la «Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decir», que aseguró que «nunca hubiera ocurrido este suceso si el aborto fuera legal. Tampoco habría mujeres que se hacen tres abortos , porque en los centros de salud se deberían entregar anticonceptivos para que nunca vuelva a suceder».

Una de las médicos que le atendió, Ana Paula Fagioli, apuntó al medio «Infobae» que «aunque intentaron hacer todo lo posible, este tipo de infecciones avanzan muy rápidamente y el cuadro era gravísimo».

¿Por qué se produjo la muerte?

«El útero es estéril, no tiene gérmenes. Cuando se introduce un tallo ascienden los gérmenes del perejil, los de la vagina y los del medio en el que viva la mujer. Eso genera una corioamnionitis, que es una infección del contenido del útero» detalló Fagioli.

«Cuando eso llega al estado en el que estaba se provoca lo que se conoce como síndrome de Mondor, donde el útero se transforma en un foco séptico y la infección se disemina y provoca una infección generalizada. Sucede muy rápidamente». Esto provoca la muerte de un 80% de las personas que lo sufren.

Campaña por el aborto legal

La Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito realizó un comunicado en el que hablaba de la muerte de la primera víctima tras el rechazo de la propuesta de ley. Además asegura que «desde el 8 de agosto, cada muerta y presa por abortar, es responsabilidad del Poder Ejecutivo Nacional y de los 40 senadoras y senadores, integrantes del Poder Legislativo, que se abstuvieron o votaron en contra de del derecho a la vida, a la salud y al reconocimiento de la dignidad».

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