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El ojo del huracán se acerca a Daytona Beach, Florida - Reuters

Matthew deja un rastro de al menos 900 muertes en Haití

El huracán indulta a buena parte de la costa de Florida

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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No hace falta que un huracán toque la costa para sentir su poder. «Matthew» que ha dejado una huella de destrucción y muerte en su paso esta semana por varias islas caribeñas, no llegó este viernes a tocar el territorio de buena parte de Florida. El huracán tomó rumbo Norte por la costa de este estado, manteniéndose a entre 50 y 65 kilómetros de sus orillas. Al cierre de esta edición, seguía rumbo Noroeste y mantenía una distancia de 50 kilómetros con Jacksonville, una ciudad costera del Norte de Florida, justo en la frontera con el estado de Georgia.

En las inmediaciones de la costa de Florida, «Matthew» perdió algo de intensidad y se convirtió en un huracán de grado 3, con vientos de cerca de 170 kilómetros por hora, por debajo del poder destructivo que mostró en otras zonas del Caribe, como Haití, donde el recuento de fallecidos ha sobrepasado ya las 842 víctimas.

A pesar de ello, la situación en Florida este viernes era muy complicada y el huracán ha dejado un rastro de cuatro muertos a su paso. Cerca de 600.000 personas se quedaron sin luz eléctrica, según anunció el gobernador del estado, Rick Scott, y una persona falleció en el condado de St. Lucie: una mujer sufrió un paro cardiaco, y los servicios de emergencia no pudieron acudir por los fuertes vientos producidos por el huracán. El presidente de EE.UU., Barack Obama, declaró este viernes el estado de emergencia en Florida, Georgia y Carolina del Sur, tres estados donde se ha recomendado la evacuación a dos millones de personas que habitan las zonas costeras.

3.000 vuelos cancelados

En Florida era donde este viernes se habían tomado más precauciones: varios aeropuertos cercanos a la costa estaban cerrados, con cancelaciones de 3.000 vuelos; los servicios de tren se suspendieron y los cruceros que abarrotan la costa fueron desviados hacia otras rutas; se sacaron cientos de pacientes de hospitales costeros, había miles de personas pasando la noche en refugios y se multiplicaron las colas para comprar gasolina y abastecer la despensa. También se temía por el impacto en la zona de Cabo Cañaveral, donde se asienta parte de la industria aeroespacial y donde se sintieron vientos de hasta 160 kilómetros por hora.

Scott aseguró este viernes que era «una bendición» que «Mathew» no hubiera entrado de lleno en el Sureste de Florida y hubiera peinado su costa en una trayectoria paralela.

Hace más de diez años que un huracán no toma tierra en Florida. Fue Wilma, en octubre de 2005, que arrasó partes de Haití, México y Cuba antes de entrar en territorio estadounidense. Fue también un huracán de grado 3, que provocó cinco fallecimientos y enormes daños materiales.

«Es un monstruo»

A pesar de ello, las autoridades insistieron en la capacidad destructiva del huracán aunque se mantenga a algo de distancia de la costa. La Organización Meteorólogica Mundial recordó que el huracán es muy peligroso tanto si toca tierra como si no lo hace. «Es un monstruo», dijo Scott.

Este viernes, la mayor preocupación era las inundaciones que la fuerza de los vientos podrían provocar en los 800 kilómetros de costa bajo alerta. Se temía que se produjera un aumento del nivel del mar de entre dos y cuatro metros.

Con el paso del día, la parte sur de Florida quedó fuera de peligro y la parte central se reduce a alerta por tormenta tropical. Se temía sobre todo por Jacksonville, una ciudad de casi 900.000 personas y que, al contrario que otras urbes costeras, no tiene barreras de islas que la protegen del Atlántico. La ciudad no sufre la llegada de un huracán desde hace 17 años. «Lo peor está todavía por llegar», advertía ayer el alcalde de Daytona, una ciudad que está una hora y media al Sur de Jacksonville.

Imagen de la ciudad de Jeremie (Haiti) tras el paso del huracán
Imagen de la ciudad de Jeremie (Haiti) tras el paso del huracán - EFE

Las autoridades trataban de recordar la importancia del fenómeno meteorológico, aunque su primer impacto en EE.UU. haya sido menor del esperado. «Presten atención a lo que les digan las autoridades locales», pidió Obama. «Si les dicen que hay que evacuar, tienen que salir de ahí y trasladarse a zonas más altas».

Envío del Ejército a Haití

El presidente de los Estados Unidos también ordenó este viernes el envío de tropas y personal de emergencias a Haití para trabajar con las autoridades locales en la reconstrucción del país tras el paso del huracán.

Al menos 842 personas han muerto en el país caribeño, pero la lista de víctimas mortales no para de aumentar a medida que los equipos de rescate acceden a los lugares más remotos afectados por la tormenta.

La última actualización ha sido proporcionada por fuentes de Protección Civil y autoridades locales a la agencia Reuters. Las autoridades calculan que más de 60.000 personas se han refugiado en los lugares habilitados ante el paso de la tormenta.

Ayuda urgente

Un avión de fletado con toneladas de suministros humanitarios aterrizará en Puerto Príncipe en las próximas horas. El cargamento, que proviene de UNICEF Oficina Regional de América Latina y el Caribe, incluye kits de saneamiento e higiene, productos para verificar el estado del agua y tabletas de purificación, equipamiento de salud y nutrición para los niños y las mujeres, y kits de desarrollo infantil y educación temprana, para su distribución inmediata en las zonas más afectadas por el huracán Matthew.

Se calcula que el número total de afectados por el huracán esté en torno a las 500.000 personas. UNICEF necesita de manera inmediata 6 millones de dólares para entregar salvamento y asistencia humanitaria a los niños más afectados de Haití y otros países, y requerirá fondos adicionales a medida que el alcance de la tragedia se haga evidente.

Unicef ha habilitado una website para recabar ayuda: www.unicef.es/huracan-matthew y también puede hacerse a través de mensajes SMS, enviando la palabra UNICEF al 38080 (Coste del servicio, 4 euros; donación íntegra), o de las cuentas bancarias de ING: ES98 1465 0100 95 6000000000, Santander: E26 0049 1804 16 2610410756 o Caixabank: ES39 2100 5731 7002 0000 5001.

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