La mejor generación de España

Marta Gómez, 27 años, hematóloga del Hospital Clínic de Barcelona: «‘Podemos salvarte’ es la mejor noticia que he dado en mi vida»

Marta Gómez ha elegido el camino más duro y el más difícil. Trabaja cerca de la muerte para defender la vida en las circunstancias más difíciles. Dar malas noticias forma parte de su día a día, pero gracias a su trabajo es posible la esperanza

Salvador Sostres

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-Oye, Marta, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.

-Idiota no y víctima tampoco.

-¿Pobre?

-No, pero es cierto que la situación es complicada. Venimos de una generación que nos lo ha dado todo y ahora nos damos cuenta de que tenemos que trabajar para mantener el nivel. Y hay gente que no le gusta trabajar.

-También dicen que sois la primera generación que viviréis peor que vuestros padres.

-No viviremos ni vivimos peor que ellos. Tenemos más oportunidades y vivimos en un mundo más amable. Pero se nos ha hecho creer que podemos tener todo sin esfuerzo y no es así.

-Tu padre es un héroe.

-Por la noche trabajaba en la administración de la empresa de transportes públicos de Barcelona. Por la mañana repartía carne por Mercabarna. Y aún sacaba tiempo para vernos, y nos veía. Se sacrificó mucho para que nosotros pudiéramos tener lo mejor.

-Te diste cuenta de que eras rara.

-Ya en Primaria. Tenía problemas de encaje en el grupo. Tenía una amiga. Ella encajaba pero a mí me invitaban a las fiestas porque invitaban a todas.

-¿Sufrías?

-No es que no me aceptaran, es que no me interesaba lo más mínimo su mundo y me quedaba al margen. Ahora finjo mejor, y ya no me siento culpable cuando alguien no me interesa.

-Medicina.

-Mis abuelos a los que más quiero se pusieron enfermos a la vez y tuvimos que ir varias veces al hospital.

-Los hospitales.

-Hay gente que siente rechazo por los hospitales, yo sentía impotencia por no saber nada de Medicina, por dejar la vida de dos personas a las que quería tanto en manos de terceros.

-¿Y no podías estudiar para enfermera, que es más fácil?

-No, a mi me gusta saber.

-Y se te da bien aprender.

-Sí, esto también es importante. Yo estudiaba mucho, pero notaba que para entender las cosas tenía que esforzarme menos que mis amigas.

-Marta, tú y yo podríamos montar una empresa conjunta sobre cómo quedar bien con todo el mundo en pocas líneas. La sangre.

-Me gusta lo difícil, lo que no está al alcance. Cuando empecé a estudiar hematología vi que era muy complicado pero que todo tenía un sentido.

-Los huesos.

-No me interesaban nada porque no hay una lógica. Se llaman así porque así lo hemos decidido, pero no hay ningún razonamiento. No tiene sentido. -Hematología, hemoterapia.

-Hematología, hemoterapia.

-La hematología es el estudio de las enfermedades de la sangre y la hemoterapia el uso de la sangre para el tratamiento de las enfermedades.

-Y tú te dedicas a lo más severo.

-Por supuesto. A la parte clínica de la oncología. El tratamiento de la leucemia y los linfomas.

-Todo muy agradable.

-De vez en cuando me tocan algunas enfermedades benignas y es un alivio.

-Cómo puede ser benigna una enfermedad.

-Son graves, pero no son cáncer.

-Tú tratas con el cáncer cada día.

-Es duro pero es mi elección. Sabía dónde me metía. Nadie se levanta con ganas de dar malas noticias, pero trabajar en el Hospital Clínic de Barcelona es un privilegio porque podemos ayudar a personas que están al límite.

-¿No desgasta?

-Sí, y necesito tener mucho autocontrol. Hablo con mis pacientes como la doctora Gómez, no puedo expresar mis opiniones, ni mis emociones, ni enfadarme con ellos.

-Esperanza.

-Aplicamos tratamientos moleculares, dirigidos. Son enfermedades muy duras, y no todas se curan, pero hemos avanzado mucho en los últimos 30 años. Lo que antes había que hacerlo mediante un trasplante de médula, con su 30% de mortalidad, ahora lo tratamos con una pastilla.

-Futuro.

-Es la inmunoterapia, es decir, manipular nuestro sistema inmunitario para que ataque con más eficacia a las enfermedades cancerígenas.

-Cronificar.

-El cáncer de mama metastásico era fatídico hasta hace muy poco. Hoy no se cura pero se puede cronificar durante 20 ó 30 años.

-También a veces das buenas noticias. Paciente de 34 años con leucemia aguda. 2020.

-Yo aún no le conocía. Ingresó, le hicieron una quimioterapia intensiva e iba bien hasta que su médico, que le tenía sentado enfrente explicándole cuál sería el siguiente paso en su tratamiento, recibió una llamada diciéndole que los resultados de la última prueba habían salido mal.

-Tratamiento de rescate.

-Cuando menos responde un paciente, más experimental es el tratamiento que se le aplican. Significa que los demás no han funcionado.

-Justo cuando se queda sin opciones es cuando tú le conoces.

-Lo peor es que él se encontraba bien y yo tuve que decirle que nada había funcionado y que sólo nos quedaban tratamientos paliativos para cuando empezara a encontrarse cada vez peor. He de admitir que aquella conversación me dejó destrozada.

-Se volvió a su tierra, al sur.

-Sí, pero manteniéndose en contacto semanal con nosotros. Como se encontraba bien, quiso hacerse nuevas pruebas. A mí me pareció bien y le pedí que me mandara los resultados.

-Un jueves. Estabas pasando visita.

-Y me empiezan a llamar de todas partes del hospital que el paciente andaluz quería hablar conmigo.

-Los milagros existen.

-Muy pocas veces, y no se puede dar esperanza si no está claro.

-Los resultados, los resultados.

-Dieron que de repente había desaparecido la enfermedad, y que le podíamos trasplantar.

-Tiempo récord.

-En el Clínic no habíamos visto nunca nada igual y cuando se confirmaron los resultados fuimos a por todas. Ese mismo domingo ya estaba ingresado para empezar el procedimiento. Decirle que le podíamos salvar es la mejor noticia que he dado en mi vida.

-¿Se puede tener novio con un trabajo tan absorbente?

-Es una buena pregunta. Yo también lo quiero saber. En medicina, y supongo que en todo, para lograr la excelencia hay que hacer grandes sacrificios en la vida personal. El día que tuve que darle la mala noticia al paciente andaluz, por la tarde quedé con una amiga que me contó no sé qué riña con el tercer novio que tenía en un año. No podía dejar de pensar que habría estado mejor descansando un poco en casa.

LA MEJOR GENERACIÓN DE ESPAÑA

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