La mejor generación de España

Guillermo M. Gauna-Vivas, 27 años, fundador de Ayúdame3D: «Hay 100 millones de personas que necesitan un brazo»

Salvador Sostres

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Si lo puedo hacer, ¿Por qué no lo voy a hacer? Guillermo M. Gauna-Vivas es fundador y CEO de Ayúdame3D, una 'startup' que fabrica y distribuye prótesis de brazos, y las entrega gratuitamente a los necesitados. Es premio Princesa de Girona.

-Guillermo, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.

-Absolutamente no.

-¿Qué te debe el mundo?

-Nada.

-También dicen que sois la primera generación que viviréis peor que vuestros padres.

-Vamos algo atrasados respecto de su cronología. Ellos a los 23 ya estaban casados, eran padres y habían empezado a pagar una casa. Yo estoy a muchos años de podérmelo permitir.

-Pero tienes iPad.

-Y más ambiciones, más independencia. También somos más dispersos.

-Y tenéis unas prestaciones que tus padres ni podían soñar.

-Sí, ayer volviendo de vacaciones, aluciné con las carreteras que tenemos.

-El problema son las vacaciones.

-Disfruto de mi trabajo. De hecho me lo he inventado para poderlo hacer. Pero deseo las vacaciones, estar con mis amigos, con mi pareja.

-Trabajar es vivir.

-Trabajar es algo impuesto.

-¿Cuándo fue la primera vez que te sentiste raro?

-Me interesaba más cómo funcionaba la lavadora que un partido de fútbol. Tiraba un mando a distancia de un noveno piso para ver qué pasaba.

-Yo lo hacía por el gusto de verlo caer. Pero claro, yo quería ser poeta.

-En la ESO me di cuenta de que la curiosidad sería el motor de mi vida.

-Ingeniería, robótica.

-Antes de las ‘alexas’ y estas cosas yo ya había creado mis dispositivos para encender con la voz la luz o la calefacción de mi habitación.

-Era más práctico el interruptor.

-Sí, pero con la voz podía fardar ante mis amigos. Y además, y esta es la clave, disfrutaba aprendiendo.

-En 2017 tenías 22 años.

-Estaba estudiando ingeniería industrial y ya hacía mis primeros pinitos con la impresión 3D en casa.

-Una amiga tuya había ido a Kenia.

-Y a mí me atraía mucho la cultura africana, de modo que acordamos que iríamos juntos de viaje.

-Solidario.

-Íbamos a un orfanato a enseñar inglés e informática a los niños, pero la verdad es que yo pensaba que África con su esplendor me iba a enseñar mucho más a mí que yo a los niños.

-Una casualidad.

-Tres meses antes de partir, descubrí que con mi impresora 3D podía hacer brazos fáciles de acoplar, y pregunté al orfanato si necesitaban brazos.

-Es lo que en casa siempre preguntamos, antes de viajar.

-Es una pregunta rara. Y la primera respuesta fue que no, pero luego preguntaron en la comunidad y me mandaron 5 fotos de personas sin brazos.

-No habías puesto nunca brazos.

-De hecho no existían este tipo de dispositivos fabricados con impresión 3D. Sólo manos para niños sin dedos.

-Pero tú creaste brazos.

-Para personas sin codo, con un mecanismo de hilos y gomas. Cuando subes el hombro, la mano se cierra.

-Y cuando bajas el hombro.

-La mano se abre.

-Los niños.

-Pueden valerse e ir al colegio y no tienen que quedarse mendigando.

-Los adultos.

-Son más independientes, comen solos y acceden a trabajos mejores.

-Viajaste a Kenia con 5 brazos.

-Y allí lo vi claro. Si lo puedo hacer, por qué no lo voy a hacer.

-Y todo esto, ¿quién lo pagaba?

-Al principio lo costeaba yo pero a partir de Kenia creé un bote online para que no me costara dinero.

-Tuviste repercusión en los medios.

-Fui acumulando para comprar impresoras y llegué a otros países como Colombia, Cabo Verde o México.

-También España.

-Aquí, la Seguridad Social te facilita un dispositivo muy concreto y por ejemplo los ancianos no pueden con el peso de un brazo biónico, y el nuestro sólo pesa 500 gramos.

-Mientras tanto trabajabas en una fábrica de juguetes electrónicos.

-Era mi trabajo soñado. El mecanismo de las cosas. En mi tiempo libre imprimía brazos y los enviaba.

-En 2019 estabas en 35 países.

-Y no pude más. Sólo trabajaba. No veía a mis amigos. Me sentía solo.

-Dejaste tu trabajo soñado.

-Llevaba tres años ahorrando y pensé en cómo dedicarme plenamente a imprimir brazos y a ofrecerlos gratuitamente, pero pudiendo vivir de ello.

-Colegios.

-Creé el ‘pack’ educativo Helping para fomentar el valor de la tecnología en las escuelas. Con los beneficios de la venta de este ‘pack’ puedo pagar a las seis personas -entre ellas, yo- que trabajamos en Ayúdame3D.

-He visto que el último propósito de cualquier persona inteligente y sensible es siempre ser generoso.

-Cuanto más conoces el mundo, más entiendes que hay que ser agradecido.

-No se puede ensuciar.

-Contaminar, aprovecharse, monopolizar: es lo mismo. Hay que buscar alternativas.

-¿De dónde le viene este impulso?

-De mis padres: son muy empáticos, aunque sin demasiados recursos.

-¿Familia pobre?

-Digamos que no somos ricos.

-La primera norma es salvarse uno.

-La segunda es ayudar a la gente de tu alrededor, aunque sólo sea porque si no les va bien, van a perjudicarte.

-¿Si hubieras sido rico, habrías trabajado tanto?

-Trabajar es una imposición pero no creo que no hubiera hecho cosas. De hecho, cuando eres joven, eres millonario, porque no tienes cargas, y yo ya imprimía brazos en mi tiempo libre.

-¿Cuál es el siguiente paso?

-Me di cuenta durante la pandemia, imprimiendo máscaras faciales. Podemos hacerlo todo. Podemos mejorar la vida de muchas personas y en muchos aspectos. Ahora fabricamos cajitas con dibujos de superhéroes para envolver las bolsas de quimioterapia que se administran a los niños.

-¿Les ayuda?

-Por lo menos les anima, porque les decimos que les transferimos superpoderes y se ponen contentos.

-I+D

-También invertimos mucho en innovación para poder imprimir utensilios rarísimos para casos únicos que nadie más se molesta en crear porque no son rentables.

-Imprimir piernas.

-Es mi reto, pero es muy difícil, porque tienen que soportar mucho peso. No es lo mismo coger una cuchara que aguantar el peso de tu cuerpo.

-Hoy estás en 50 países.

-Y el año que viene espero estar en 100. Hay 100 millones de personas en el mundo que necesitan un brazo como los nuestros.

LA MEJOR GENERACIÓN DE ESPAÑA

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