César Nombela

Innovación terapéutica

César Nombela
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El avance de la ciencia biomédica abre perspectivas para nuevos tratamientos. A diario, noticias científicas informan sobre hallazgos potencialmente útiles para diagnosticar y tratar enfermedades incurables. Es fundamental que la divulgación científica sea precisa, porque con frecuencia el interés por las expectativas que despierta o las esperanzas que suscita ante el tratamiento es muy superior al del hallazgo científico en sí. Resulta notorio el caso de las llamadas «terapias avanzadas» entre las que están, no de forma exclusiva pero sí muy destacada, los potenciales tratamientos con células madre. Parecería que en muchos casos, el tratamiento o al menos el alivio de algunas patologías sólo será posible con células madre, capaces de regenerar órganos o tejidos dañados por la degeneración patológica.

Entre ellas estarían trastornos de sistema nervioso (ELA, Parkinson, lesión medular, etc.) del metabolismo (diabetes) del sistema cardiovascular y otros. Sin embargo, la organización de nuestro sistema sanitario en los países desarrollados exige que cualquier terapia que se administra a un enfermo haya sido previamente ensayada para demostrar su eficacia y seguridad. Algo que ha de ser verificado por agencias públicas de medicamentos como requisito para que las autoridades sanitarias regulen su empleo.

En las circunstancias actuales la demanda de tratamientos para enfermedades incurables hasta el momento, se intensifica hasta hacer insuficiente la actual regulación. El estado norteamericano de Tejas plantea iniciativas propias, que bordean la regulación federal. Se trataría de que enfermos en situaciones de notable gravedad puedan acceder a tratamientos con células madre, aunque su eficacia no haya sido demostrada ante los organismos regulatorios. El criterio de un médico sería el requisito fundamental, al que se puede unir, por ejemplo, el que las células madre empleadas procedan del propio enfermo y su manejo en el laboratorio haya sido el mínimo. Se requieren nuevos caminos para que los tratamientos innovadores lleguen al paciente que los necesita, con la misma seguridad y eficacia, pero con mayor rapidez. Es un reto que obliga a agencias, empresas y todo el sistema sanitario a un verdadero perfeccionamiento.

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