El hijo de Antonio Tejero al frente de la parroquia de Totalán que ha atendido a los rescatadores de Julen

La Iglesia de Santa Ana se ha convertido estos días en un gran comedor para atender a los equipos de salvamento

Un grupo de voluntarias preparan la comida en la parroquia de Santa Ana ABC

ABC

La parroquia de Santa Ana en Totalán también ha estado estos días «entregada al rescate del pequeño Julen», ya que desde el principio ha convertido sus salones en una gran comedor para atender a los cientos de profesionales, entre bomberos, mineros, agentes y otros profesionales que han participado durante 13 días en el rescate del pequeño Julen.

La parroquia curiosamente está al frente del sacerdote, Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, el teniente coronel que asaltó el Congreso el 23-F. Los voluntarios que ayudan en la iglesia aseguran que desde que se produjo la caída del niño al pasado 13 de enero, han estado «atentos a cualquier necesidad que se pueda atender».

El obispado de la diócesis de Málaga también ha explicado en un comunicado que las «feligresas de la parroquia han dedicado muchas horas a preparar alimentos destinados a los voluntarios implicados en el rescate».

«Unas 3.000 croquetas, caldo caliente y pollos donados por un asador han sido preparados en los salones parroquiales, gracias a la solidaridad de los vecinos y el compromiso de las Cáritas de las parroquias de La Cala del Moral y Totalán», precisa la nota del Obispado.

Esperanza de vida

Asimismo, han recordado que el pasado domingo, en la misa de las 13.00 horas de la parroquia de este municipio, se rezó tanto en favor del pequeño Julen como de sus familiares.

Al conocer el fallecimiento del pequeño, el sacerdote ha escrito: «Aunque el corazón nos encoja el alma, las campanas de gloria resuenan en Totalán, porque desde la fe sabemos a ciencia cierta que la absoluta inmensidad del cielo es la gran promesa de Jesús. La gran verdad de la fé es el gozo de la Eternidad, el saber y sentir que estamos de paso y que nuestra patria es el cielo.

El trabajo no ha sido en balde ha sido tan solo la generosa entrega de aquellos que sabiendonos inmensamente pequeños luchábamos con la firme esperanza de la vida terrena, pero ha vencido la firme convicción de saber y sentir que nuestra verdadera patria no está en este mundo sino la tierra de promisión.

Pedimos a Julen que interceda por nosotros y nos nos haga descubrir cada día nuestra fragilidad ante la grandeza infinita de la fe cumplida».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación