Las Hermanas Hospitalarias de Palencia, una referencia en la atención de la enfermedad mental

El hospital fue creado en el siglo XIX pero aplica terapias y acciones innovadoras que han servido de ejemplo para otras instituciones de este tipo

Uno de los trabajadores acompaña a una residente del centro F. Heras

M. Antolín

Un amplio jardín da la bienvenida a un enorme complejo de 40.000 metros cuadrados construidos rodeados por nueve hectáreas de zonas verdes a las afueras de Palencia. Es el Centro sociosanitario de las Hermanas Hospitalarias, una de las instituciones más veteranas en el tratamiento de la enfermedad mental que ha sabido evolucionar y adaptarse a las nuevas circunstancias y demandas. De un antiguo hospital psiquiátrico tradicional creado en el siglo XIX ha pasado con los años y experiencia a ser un moderno y pionero centro que se ha convertido en una de las instalaciones de referencia en España en este ámbito con la aplicación de terapias y acciones innovadoras que han sido premiadas y han servido de ejemplo para otras instituciones de este tipo.

El último reconocimiento a esta institución sin ánimo de lucro e ideario católico le ha llegado por parte de los galardones ABC Salud, que han distinguido su extensa labor como el mejor centro sanitario privado. Con casi 130 años de historia -el primer centro fue inaugurado en 1889 por San Benito Menni en el centro de la ciudad-ha vivido toda la transformación de la asistencia psiquiátrica con una importante aportación por su parte al desarrollo de esta disciplina. Hoy por hoy se sitúa a las afueras de la ciudad y se divide en tres grandes áreas de asistencia que conviven en el mismo edificio: salud mental, discapacidad intelectual y personas mayores.

Poco tiene que ver el actual complejo con el inicial y tampoco con el de los últimos años, ya que ha sufrido una auténtica renovación en su estructura para adaptarse a su modelo de atención actual. Eso sí, su filosofía original sigue intacta: la persona es el centro de una asistencia integral basada en el método científico que aborda los aspectos biológicos, psíquicos, sociales, humanos y espirituales.

A diario atienden a unas 700 personas, entre aquellas que residen en el centro y las que participan en otros servicios como la ayuda a domicilio, con alrededor de 420 trabajadores. En torno a un pasillo central de 850 metros, conocido como «el kilómetro», se estructuran y conectan las enormes instalaciones. El área hospitalaria de Salud Mental tiene una capacidad de 200 camas distribuidas en unidades de corta, media y larga estancia rehabilitadora. «En este ámbito trabajamos con el modelo de recuperación, en lo que pueden hacer, con actividades que les demuestren que pueden continuar con sus vidas más allá de la enfermedad y en dejar de lado el estigma», explica el director gerente, Javier Arellano.

Por los pasillos, todos conocen y saludan a Emilio y Carlos -el director de Enfermería y el director médico del centro-. Y es que si algo caracteriza a la institución palentina es el «trato humano», indica Emilio Negro, el responsable de enfermería. «De los más de 500 residentes, conocemos el nombre de casi todos y ellos nos conocen a nosotros. Aquí no son un número de expediente, tienen nombre y apellidos», dice.

Unidades de convivencia

Al llegar al área de atención a la discapacidad intelectual, con 199 plazas residenciales, se percibe otro importante cambio respecto a una residencia al uso. Todo el espacio está estructurado en 18 unidades denominadas «de convivencia». Cada una de ellas está configurada como una pequeña casa, con habitaciones dobles e individuales y con todos los servicios, en las que conviven entre nueve y diez personas siempre bajo la atenta mirada del personal del centro.

«Se busca un ambiente normalizado que se parezca lo más posible a un hogar en el que puedan tener su autonomía y que puedan convivir con otras personas», explica Carlos Martín, el director médico.

Sobre una de las puertas de otra de las unidades de convivencia puede leerse «La Rosa». Éste es un espacio especializado con un contexto protegido que tiene un «matiz más hospitalario» donde se tratan los casos de personas -la mayoría jóvenes- con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental con graves alteraciones de conducta. El objetivo es siempre rehabilitador para que las personas que pasan por allí puedan regresar a a su entorno de origen.

Las Hermanas Hospitalarias siempre han sido conscientes de la necesaria evolución. «Hay que trabajar por la innovación e ir aportando las mejoras en ciencia y tecnología porque es la evolución la que nos ha hecho llegar hasta aquí», considera el director de Enfermería. También se busca la calidad. De hecho, casi el 70 por ciento del centro está acreditado como tal.

Por último, el área de personas mayores se estructura en siete unidades especializadas, de ellas, dos son también de las denominadas de convivencia y están diseñadas de acuerdo con el modelo «En mi casa» que ha impulsado la Junta de Castilla y León con espacios compartidos como una cocina equipada, un espacio conformado como un salón y habitaciones amplias. El objetivo, de nuevo, es que, pese a estar en un ámbito residencial, «puedan continuar con su proyecto de vida, pero con más apoyos», añade el gerente.

Dentro de las colosales instalaciones existe además una tienda, una biblioteca, sala de exposiciones y un museo, que configuran lo que puede ser considerado como «una pequeña ciudad». Pronto se unirá un nuevo edificio para grandes dependientes y cuidados paliativos.

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