Beatificación de mártires de la persecución religiosa

«El hecho de ser religiosas era un motivo para matarlas»

La Iglesia beatifica a 14 monjas concepcionistas asesinadas durante la Guerra Civil

Más de 200 religiosas concepcionistas asistieron el sábado a la ceremonia de beatificación en La Almudena ABC

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Prefirieron morir a traicionar su fe. Así se podría resumir en una sola frase la biografía de las 14 religiosas de la orden de la Inmaculada Concepción asesinadas durante la Guerra Civil y beatificadas este fin de semana en la catedral de la Almudena en Madrid. Diez de ellas pertenecían a la comunidad madrileña del monasterio de San José; dos a la comunidad de Escalona (Toledo) y las otras dos a la de El Pardo (Madrid).

Todas murieron de una forma cruel , pero sin guardar «ningún tipo de odio en el corazón», recordó este lunes a ABC el postulador de su causa, el fraile capuchino Alfonso Ramírez. «El hecho de ser religiosas era un motivo para matarlas. Puede parecer extraño pero murieron sin odio y sin renegar de la fe», subrayó.

«Nunca se supo nada más»

La causa abierta en el Vaticano para su beatificación no ha sido sencilla, sobre todo en el caso de las diez religiosas del convento de San José –ubicado entonces en la calle Luis Sagasti y sustituido en 1946 por el nombre de Mártires Concepcionistas–. Las monjas fueron desalojadas de su monasterio en 1936 y se refugiaron en un piso de la madrileña calle Francisco Silvela. El 7 de noviembre de ese año, un grupo de milicianos irrumpió en esa casa para fusilarlas tras ser denunciadas por la portera de un edificio vecino . Nunca más se supo nada de ellas.

«Puede parecer extraño pero murieron sin odio y sin renegar de la fe», afirma el postulador de la causa

«En los últimos tiempos me ha llegado información de que fueron asesinadas en mitad de la calle y luego pasó un camión y se llevó los cadáveres», comentó el padre Alfonso, que lleva más de 30 años dedicado a distintas causas de canonización.

«Profunda vida interior»

Algo parecido ocurrió con las monjas de El Pardo el 21 de julio de 1936. Tras echarlas de su convento fueron llevadas hasta un descampado en el barrio madrileño de Vicálvaro, donde las fusilaron. «No debemos olvidar de que se trataba de unas pobres mujeres sin defensa ninguna, que no solo sufrieron un martirio material, sino también psicológico. En el caso del convento de San José tiraron a una hermana que iba en silla de ruedas por las escaleras. Llevaban meses sin comida ni nada. A las religiosas de Escalona las llevaron a la Dirección General de Seguridad en Madrid y las tuvieron varios días sin darles agua antes de fusilarlas en octubre de 1936», señaló el postulador.

La crueldad que soportaron estas religiosas sin que llegaran a renegar de su fe solo se explica –según el fraile capuchino– por su «intensa vida de oración». «Sin la oración es imposible tener esa fuerza con la que estas religiosas afrontaron los malos tratos y los insultos que recibieron. Tenían una profunda vida interior», recalcó.

Más de 200 religiosas concepcionistas de todo el mundo asistieron el sábado a la ceremonia de beatificación presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Becciu. Entre ellas, sor María Torres Ros, presidenta de la Federación de Conventos Santa Beatriz de Silva de Castilla.

«Nuestras hemanas que murieron en el martirio nos han dejado un testimonio muy bello de fidelidad y entrega a su vocación religiosa», comentó sor María.

Las religiosas concepcionistas están hoy presentes en casi todos los continentes y suman más de 1.200 consagradas. «Su martirio no fue improvisado, se fue forjando día a día en su vida religiosa», añadió sor María, quien subrayó que estas 14 monjas les enseña hoy a «vivir de una manera coherente la vocación que el Señor nos pide».

Solo se conservan dos

En el momento de proclamación de la beatificación en la catedral de La Almudena se desplegó un tapiz con la imagen de las 14 concepcionistas franciscanas ya beatas , reproducción de un cuadro pintado para la ocasión por el granadino Luis Ruiz. El mural presidirá la capilla dedicada a las beatas en el protomonasterio de las concepcionistas franciscanas de Toledo, casa madre donde se veneran los cuerpos de las dos monjas del monasterio de El Pardo, únicos que se conservan.

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