La Fundación Botín invierte 19,5 millones en 2017, «el mejor año» de su historia

Se debió a la apertura del centro de arte diseñado por Renzo Piano sobrevolando la Bahía de Santander

Presentación de la Memoria 2017 de la Fundación Botín, ayer en Santander ABC

Rocío Fernández Ortiz

El 2017 fue, sin duda alguna, el año más importante de la Fundación Botín en su más de medio siglo de historia, por la ansiada apertura del centro de arte diseñado por Renzo Piano sobrevolando la Bahía de Santander. La inauguración de edificio, el 23 de junio por los Reyes de España, supuso un nuevo punto de partida para esta institución, encargada de promover el desarrollo social, económico y humano en Cantabria y, también, en el resto del país e incluso en el extranjero.

El pasado ejercicio esta entidad, creada en 1964 por Marcelino Botín Sanz de Satuola y su mujer, Carmen Yllera, destinó 19,5 millones de euros a sus programas y actividades, de los que 3,5 fueron a sufragar la construcción de la joya de la corona, cuyo coste final -presupuestado inicialmente en cerca de 80 millones- sigue siendo un secreto.

«A nadie se le escapa que el Centro Botín requiere de una inversión muy importante», evidenció ayer Iñigo Sáenz de Miera , director general de la Fundación, durante la presentación de la Memoria de 2017, acto en el que se rodeó de los responsables de todas las áreas y en el que desveló que la entidad ha vendido dos de sus activos patrimoniales: el edificio Villa Iris, en el santanderino Paseo de Pérez Galdós que acogía muestras y los talleres de artes plásticas, y la parte que tenía en propiedad de la sala de exposiciones de la céntrica calle Sanz de Sautuola, y que «no tenía ningún sentido» una vez que abrió sus puertas el edificio promovido por Emilio Botín y proyectado por el prestigioso arquitecto italiano.

Los ingresos obtenidos por ambas operaciones, que Sáenz de Miera declinó desvelar merced a un acuerdo de confidencialidad, se destinarán a la actividad de la Fundación en general, y en particular al área artística del Centro Botín. El nuevo reclamo cultural y turístico de la capital cántabra ha ayudado también al «vaciado» de la sede de Pedrueca de la Fundación, que a partir de ahora albergará otras propuestas, como el taller de artes plásticas que este año dirigirá Cristina Iglesias y que tradicionalmente se desarrollaba en la antigua villa de veraneo.

Descontados los 3,5 millones reservados para el centro de arte, el presupuesto de la entidad se aproximó a los 13 millones, lo que supone un incremento del 20% respecto al desembolso realizado en 2016.

«Lo importante empieza ahora: trabajar para que el Centro Botín cumpla su misión sin dejar de impulsar los programas e iniciativas que la Fundación desarrolla en el resto de áreas», aseguró Sáenz de Miera, que explicó que tendrán que pasar aún varios años -puede que cinco, diez o tal vez quince- para poder determinar si el proyecto ha sido un éxito o ha cumplido sus objetivos. Por ahora, más de un millón de personas se han acercado hasta el edificio, de las que cerca de 230.000 han accedido a sus exposiciones -las inaugurales de Carsten Höller y los dibujos de Goya , la retrospectiva de Julie Mehretu o el proceso creativo de Miró - o han participado en sus actividades.

En cuanto al resto de ámbitos y programas -educación responsable, talento solidario, apoyo a emprendedores o mejora del medio rural- que desarrolla la Fundación en torno a tres ejes -eficiencia, innovación y colaboración- su responsable subrayó el impulso que han recibido en los últimos meses y el avance logrado.

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