Un fenómeno poco estudiado, «cómo es el peatón sénior»: el 21% de ellos se queja de la ciudad

Las urbes están «poco» o «nada» adaptadas para su movilidad

Ancianos caminando en pleno centro de Madrid, abarrotado estos días por la marabunta de personas buscando regalos y compras navideñas ISABEL PERMUY

S. S.

El 21% de las personas mayores considera que los entornos urbanos están «poco» o «nada» adaptados para su desplazamiento a pie en los entornos urbanos, según el estudio «Seguridad Vial en Población Senior», elaborado por el RACE y Liberty Seguros.

Esta investigación analiza la movilidad de la población sénior en el entorno urbano con el fin de conocer las dificultades que éstos encuentran en sus desplazamientos y potenciar así acciones que mejoren su movilidad, accesibilidad y seguridad vial.

Dentro de los argumentos que se asocian a una «ciudad adaptada» están la presencia de rampas y ascensores (24%), la adecuada señalización y la falta de obstáculos en el tránsito peatonal (12%), la sensación de seguridad (11%) y las aceras y calles amplias (10%). Por otro lado, la «no adaptación» se vincula a la falta de mantenimiento de las calles (41%) o la falta de habilitación de instalaciones para mayores y personas con discapacidad (21%).

Así, si bien los accidentes en el ámbito urbano son claramente residuales (11% de los encuestados admite haber sufrido un percance en la vía pública), la mayor parte de ellos se atribuyen a elementos identificados como «barreras en la ciudad», especialmente las aceras en mal estado (64%).

Dentro de este contexto de adaptabilidad de los entornos urbanos a las necesidades específicas de las personas mayores, el estudio contempla también un ranking de medidas a adoptar para facilitar sus desplazamientos a pie: en primer lugar, la regulación de la circulación de bicicletas por la acera (27%) y el desarrollo de programas y campañas de concienciación para fomentar el respeto por parte de los conductores de vehículos a los viandantes mayores (20%), seguido de la subida del tiempo de cruce en los semáforos (12%) y la accesibilidad a las aceras (11%).

El peatón senior actual

Con el fin de entender qué caracteriza la movilidad de la gente mayor de hoy en día, este estudio ha elaborado también un perfil medio del conductor sénior. Así, los datos arrojan que el 71% de los conductores sénior son hombres, y un 58% tiene entre 65 y 70 años, reduciéndose a un 28% los de 71 a 75 años, y un 42% afirma no tener ningún problema asociado a su condición física.

Es relevante señalar que, en la mayoría de los casos, las dificultades físicas se pronuncian a partir de los 75 años , y son los no conductores los que confiesan con una mayor frecuencia dificultades asociadas a la visión o a la velocidad de reacción.

En su valoración del comportamiento de los peatones, un 52% de los conductores senior consultados los considera «prudentes» y «considerados». Y es que sólo el 6% de las personas mayores que conducen declara haber tenido un accidente en el que estuviera implicado otro vehículo, y sólo en el 10% de los casos dejando algún lesionado o herido.

Sin embargo, para la gente mayor los desplazamientos a pie siguen siendo la opción preferida para los trayectos cortos, considerándola más «cómoda» y «rápida», frente al transporte público o el tren.

Por otro lado, las personas mayores declaran sentirse «respetadas» por los conductores en un 55% , considerando un 34% «poco» o «nada».

El estudio se ha realizado por teléfono a 400 personas mayores de 65 años, 58% mujeres y el 42% hombres. De ellos, el 69% vive en entornos urbanos de entre 50.001 y 500.000 habitantes, y el 31% en entornos de más de 500.000.

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