España es el cuarto país en importaciones de pescado y marisco
España es el cuarto país en importaciones de pescado y marisco - EFE

¿De dónde viene el pescado que comemos?

WWF ha presentado una campaña para promover la compra responsable de pescado y marisco de forma que se promueva la producción sostenible de este recurso tan limitado

MADRID Actualizado: Guardar
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¿Qué hay detrás de esa rica merluza en salsa verde o de esa lubina a la sal que nos llevamos a la boca? ¿Y de esos langostinos que no faltarán en ningúna celebración navideña? ¿O de esa bolsa que contiene unos filetes de una especie con nombre raro que hemos comprado en una gran superficie a un precio irrisorio? Que pensemos en eso, pero no ya cuando tengamos el plato delante sino antes de meterlos en nuestra cesta de la compra, es lo que pretende la organización WWF con una nueva campaña para fomentar la compra responsable de pescado y marisco. Se trata de una campaña de información al consumidor para promover una elección responsable. Porque seguramente usted no sabe que la pesquería de merluza del Mediterráneo está sobreexplotada, por lo que la elección recomendable en este caso sería merluza del Cantábrico o del Atlántico Norte.

O que las sardinas capturadas con dinamita serán saludables para nuestra dieta pero no para los océanos.

«Es importante que los consumidores estén informados, pero también los que nos sirven el género», explica José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF España. «Los consumidores tenemos derecho a saber el arte de pesca, la zona FAO, el caladero de procedencia, informaciones básicas para entender, no solo que el stock está en buena situación sino que el impacto de las técnicas de pesca se minimizan al máximo», explica Raúl García, responsable de Pesca de WWF. Por eso esta campaña tiene al consumidor como eje central pero también persigue motivar a los comercializadores, procesadores, distribuidores y minoristas a que busquen fuentes sostenibles y responsables de productos pesqueros en su gama de productos.

«Nuestra elección puede determinar que nuestros océanos se mantengan saludables o estén más degradados», dice García Varas, quien explica que en la demanda de productos pesqueros no solo incide el consumo, aunque sí es un elemento muy importante. «Si los consumidores nos informamos tenemos la llave para cambiar las cosas. Con nuestras demandas podemos conseguir que más empresas quieran certificar sus productos». En la actualidad el sello MSC, que certifica que los productos procedentes de pesca extractiva proceden de una pesquería bien gestionada, está muy extendido en países como Inglaterra o Alemania, pero no ocurre lo mismo en España, donde solo poco más de 300 productos disponen de este sello, apunta Rául García. A nivel global solo el 12% de las pesquerías del mundo están ya certificadas. La acuicultura también tiene su sello, ACS, unque menos conocido aún.

La gestión de los recursos cuesta dinero

Pero para aquellas pesquerías que por lo que sea no pueden ser certificadas hay otras fuentes de información para que el consumidor pueda tomar su elección. Y otra pista nos la da el precio: «No cuesta lo mismo que provenga de fuentes sostenibles o no, la gestión de los recursos cuesta», matiza García Varas. «Las especies más caras son las que están mejor conservadas, y no es casualidad».

Con este objetivo nace esta campaña, cofinanciada por la Comisión Europea, que se desarrollará durante los próximos dos años en España y en otros diez países (Bulgaria, Alemania, Francia, Grecia, Italia, Croacia, Austria, Portugal, Rumania, Eslovenia). La campaña se completa con una web en español en la que se puede ampliar toda esta información, así como un llamativo video con el que se quiere llamar la atención sobre los problemas que amenazan a nuestros recursos pesqueros.

La UE es el principal importador de pescado y mariscos del mundo, con un 23% de la producción internacional, de los cuales la mitad de los productos provienen de países en vías desarrollo.

En este escenario, nuestro país es el cuarto mayor importador del mundo y el noveno exportador. Por tanto, tiene un gran peso en el comercio mundial y debe mostrar su compromiso con la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura, ya que conllevan efectos directos sobre la pobreza y la seguridad alimentaria de más de 800 millones de personas, reclaman desde WWF.

Por otra parte, España es el tercer país con mayor consumo per cápita en la UE. Eso supone que tiene una gran dependencia de las importaciones, junto a una enorme influencia en la pesca internacional, factores de los que se deriva también una responsabilidad con la salud de los océanos y las comunidades dependientes del mar.

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