¿Cuándo se cambia la hora?

La madrugada del sábado 25 al domingo 26 de marzo de 2017 entra en vigor el horario de verano en todos los países de la Unión Europea. En concreto, a las dos de la madrugada, hora peninsular española. Será en ese momento cuando todos los relojes deberán adelantarse una hora.

La consecuencia del cambio de horario es que los europeos dormiremos 60 minutos menos, encontrando la consolación en el hecho de que, al día siguiente, tendremos una hora más de luz solar por la tarde.

La medida se debe a una directiva europea que estableció, en 1981, que el último domingo de marzo y el último de octubre se adelantarían y retrasarían los relojes, respectivamente, esa hora.

Una medida que ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años desde entonces, según explica el Ministerio de Industria, Energía y Turismo español.

A esta costumbre se sumaron también en Norteamérica, Irán y Mongolia con el paso de los años. El objetivo final, el mismo: ahorrar energía. Si anochece más tarde, habrá más horas de luz que coincidan con la jornada laboral de la mayoría de los europeos y las empresas realizaran un gasto menor en electricidad. Y además se abría así la posibilidad de aprovechar más el día para nuestras actividades extralaborales.

La práctica comenzó a generalizarse de forma desigual un poco antes, a partir de 1975, dos años después de que se produjera la primera crisis del petróleo, que afectó a Europa de manera importante. A raíz de ello, algunos países decidieron comenzar a adelantar el reloj una hora para poder aprovechar mejor del sol y, por lo tanto, consumir menos electricidad. Si todavía había luz, se consumiría menos electricidad en las casas y las empresas, entre otros beneficios para el comercio o la seguridad vial.

Un ahorro de 300 millones

El ahorro potencial en iluminación ha sido calculado en España por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que estimo que el cambio de hora puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico del país, en lo que a iluminación se refiere. Es decir, unos 300 millones de euros aproximadamente.

Por otro lado, los opositores alegan que existen estudios que cuestionan este ahorro. En Estados Unidos, por ejemplo, uno publicado en el estado de Indiana en 2008, dos años después de que se comenzase a aplicar este horario de verano en este país, aseguraba que con esta política lo que buscaba era precisamente lo contrario: incrementar el consumo energético de los hogares un 1%.