La caída constante de ceniza procedente del volcán de La Palma no respeta nada a su paso: barrios enteros, vehículos, tejados. Los vecinos se afanan por limpiar sus casas y coches para evitar daños mayores pero los rugidos del cono anuncian que esta 'lluvia' tan dañina seguirá inundándolo todo con su manto gris.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión