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Cómo se rotula en cada autonomía con lengua propia

Galicia, Islas Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco gestionan las inscripciones públicas en los establecimientos de forma diferente

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  1. En Baleares se puede rotular por ahora en cualquier lengua

    El catalán se suscribe en los comercios y establecimientos públicos, en convivencia con el castellano
    El catalán se suscribe en los comercios y establecimientos públicos, en convivencia con el castellano - ABC

    En las Islas Baleares, en la actualidad se puede rotular el nombre de los comercios tanto en catalán como en castellano. Sin embargo, no siempre fue así. En 2001, el primer Pacto de Progreso aprobó la Ley de Comercio, que preveía multas para los establecimientos que presentasen rótulos sólo en castellano, informa Josep María Aguiló. En la pasada legislatura, el Ejecutivo popular de José Ramón Bauzá aprobó una nueva normativa autonómica que sustituía a la que estuvo vigente durante más de una década. En la nueva ley, la cuestión lingüística quedó fuera de una posible regulación, lo que en la práctica ha supuesto que por ahora no haya obligación de utilizar uno u otro idioma. La llegada del tripartito al Gobierno balear hace diez meses no ha implicado hasta el momento ninguna variación en esa cuestión.

  2. Comunidad Valenciana: no es obligatorio pero genera beneficios fiscales

    La vicepresidenta del Gobierno valenciano y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, informa sobre los pagos sociales que lleva a cabo el Gobierno valenciano
    La vicepresidenta del Gobierno valenciano y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, informa sobre los pagos sociales que lleva a cabo el Gobierno valenciano - EFE

    David Martínez informa de que en la Comunidad Valenciana no es obligatorio el uso del valenciano en la rotulación de los comercios, pero emplearlo generará beneficios fiscales a partir de 2017. El Gobierno autonómico de PSOE y Compromís prepara un «sello de calidad lingüística» para potenciar el uso de la lengua autóctona en los negocios. De esta forma, aquellos comercios y empresas que utilicen el valenciano en su rotulación o en su página web se beneficiarán de exenciones fiscales, según el proyecto que ultima la Dirección General de Política Lingüística, dependiente de la Consejería de Cultura.

    El proyecto del Ejecutivo valenciano no obliga a emplear la lengua autóctona, por lo que cada cual podrá seguir utilizando aquella que considere más conveniente para sus intereses comerciales. No obstante, si se emplea solo el valenciano o, al menos, se rotula en las dos lenguas, se podrá optar a las citadas bonificaciones. El proyecto también contempla incentivos para aquellos que empleen el inglés como idioma de su negocio (fundamentalmente en internet).

    El proyecto también contempla incentivos para los que empleen inglés como idioma de su negocio

    En cambio, el Gobierno valenciano sí va a imponer el conocimiento de la lengua autóctona como requisito indispensable para acceder a la función pública. Desde ahora, todo aquel que oposite para obtener una plaza en la Administración valenciana tendrá que acreditar conocimientos de valenciano en la oposición (hasta ahora, el valenciano otorgaba puntos extra pero no era imprescindible). Así lo avanzó hace unos días el consejero de Educación y Cultura, Vicente Marzá. Asimismo, el Ayuntamiento de Valencia obligará desde ahora a las empresas que quieran ser contratistas del Consistorio a emplear también el valenciano. Aquellas empresas que no lo hagan serán descartadas en las adjudicaciones.

  3. País Vasco destina subvenciones de forma bianual para potenciar el euskera

    Rótulos en castellano y euskera
    Rótulos en castellano y euskera - ABC

    Pablo Pazos informa desde Bilbao de que el Gobierno vasco destina de forma bianual subvenciones, que para los años 2015 y 2016 ascienden a medio millón de euros, a los que define como «grandes establecimientos comerciales», de tal forma que puedan traducir sus rótulos al euskera. La medida se dirige a empresas privadas del sector de la distribución. Otro de los requisitos es que dichas empresas dispongan de más de 200 trabajadores. Esta dotación también abarca la «capacitación en euskera de su personal»; es decir, cursos para que puedan manejar este idioma, así como «un protocolo que establezca cómo atender al cliente que se dirige en euskera».

    En el caso de las pequeñas empresas, las subvenciones para rotular en castellano y euskera dependen de cada Ayuntamiento, en el caso de que dispongan de una línea de subvenciones a tal efecto. Las fuentes consultadas especifican que «muchos» consistorios habilitan este tipo de ayudas, para que las tiendas rotulen en la lengua vasca además de emplear el castellano. Los edificios de la Administración Pública utilizan siemple los dos idiomas oficiales en sus rótulos.

  4. Galicia premia la convivencia

    La intención de Feijóo siempre ha sido armonizar la convivencia del castellano y el gallego
    La intención de Feijóo siempre ha sido armonizar la convivencia del castellano y el gallego - EFE

    La intención del Ejecutivo gallego de Alberto Núñez Feijóo ha sido siempre armonizar la convivencia del castellano y el gallego en todos los ámbitos de la vida diaria. Por ello, la Xunta aprobó en 2015 el denominado «Plan de dinamización de la lengua gallega en el tejido económico», que aspira a estar vigente hasta 2020, con el que pretende que el idioma autóctono de la Comunidad gane peso en las relaciones empresariales y comerciales, informa desde Santiago de Compostela Abraham Coco.

    En ningún caso existe una normativa que obligue a los comerciantes a rotular en gallego ni subvenciones económicas que lo incentiven. Se trata de una serie de iniciativas dirigidas a que en ámbitos como la hostelería, la alimentación o la banca estén disponibles ambas opciones. Para ello se vienen realizando campañas de promoción, realizando una labor divulgativa con los implicados, colaborando con distintas entidades o animando el etiquetaje en gallego.

    Durante el gobierno bipartito entre PSOE y BNG sí existió una ley que obligaba a rotular en gallego, aunque no se llegó a poner en práctica. Su afán de imponer una única lengua no gustó al sector, que celebró que con la llegada del PP a la Xunta en 2009 se abandonara esta pretensión.

  5. Cataluña sanciona

    Manuel Nevot fue sancionado por rotular en castellano. Su establecimiento apareció con pegatinas, con su rótulo en catalán
    Manuel Nevot fue sancionado por rotular en castellano. Su establecimiento apareció con pegatinas, con su rótulo en catalán - ABC

    Manuel Nevot es un célebre a su pesar en la historia de los ciudadanos que han plantado cara a las multas que la Generalitat impone a comerciantes que no rotulan sus locales en catalán. En 2007 le impusieron una sanción de 400 euros porque el rótulo principal de su inmobiliaria, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) rezaba «Fincas Nevot» y aunque en su escaparate también lucía otro letrero más pequeño en catalán, no se libró de la multa. 400 euros. Recurrió contra la Generalitat, perdió un juicio en primer instancia y presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) en 2010, auxiliado por la entidad Convivencia Cívica. Aún espera respuesta, informa Janot Guil.

    Su caso saltó a la fama en 2008, cuando el entonces candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, lo sacó a colación en un «cara a cara» electoral en televisión con Zapatero. Al poco, a Nevot le llenaron su tienda de pegatinas y pintadas animadas por el independentismo. «Fascista», «vete a casa», le decían él, nacido de una familia catalana que lleva cuatro generaciones en Vilanova. Hasta le rompieron el rótulo en cuestión.

    A sus 80 años, Nevot sigue esperando justicia. «Cerré el comercio hace tres años, pero aún lucho contra la multa», explica a ABC. Por no pagar 400 euros de sanción lleva gastados 20.000 en abogados y «papeleo». «Hubiera pagado, pero no me daba la gana que pisotearan mi dignidad».

    El de Nevot no es el único caso. Y se acumulan año a año. Según datos que facilitó la consejería de Empresa a preguntas del PP, la Generalitat informó hace pocos días de que en 2015 recaudó un total de 140.000 euros en multas por no rotular en catalán. Casi el triple de la recaudado en el año anterior, 2014, que fueron 51.350 euros.

    «Hubiera pagado, pero no me daba la gana que pisotearan mi dignidad»

    La Generalitat, pues, prosigue su guerra al castellano con más brío, si cabe, al calor del «procés» independentista. El Tribunal Constitucional podría acabar con esta política punitiva que no tiene parangón en otras comunidades autónomas con dos lenguas oficiales. Pero el alto tribunal acumula más de 5 años sin resolver sendos recursos contra la ley que ampara la sanciones –la Ley 2010 del Código de Consumo de Cataluña–que presentaron el PP y el Defensor del Pueblo.

    «Indignante»

    «Es indignante. Desde que me pusieron la multa me he vuelto un radical y sólo uso el castellano para dirigirme a la administración catalana», se confiesa Ángel Centeno, que hasta titubea al indicar el año en que le multaron. «Estaba Montilla (PSC) de presidente de la Generalitat, seguro», apunta. Y es que el segundo tripartito PSC-ERC-ICV superó incluso al gobierno de Pujol en multas impuestas.

    Centeno fue sancionado con mil euros por no rotular en catalán su comercio, también una agencia inmobiliaria. Se la impuso una inspectora pero sabe que la iniciativa partió de un ciudadano que denunció a varios establecimientos.

    Tras un recurso y un juicio, Centeno acabó pagando, aunque si hubiera aguantado un par de meses, se habría librado. Una sentencia de 2012 anuló por defectos de forma algunas multas impuestas al amparo de una ley de 1993. Una norma que en 2010 fue derogada y sustituida por la ley de 2010 aún vigente. Centeno pagó, pero no se rinde. «No he cambiado el rótulo», confiesa con orgullo.

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