Niños muestran una pancarta de Adiós a los hidrocarburos (mensaje en francés) en el parque de Le Bourget, donde se celebró la Cumbre del Clima, a las afueras de París
Niños muestran una pancarta de Adiós a los hidrocarburos (mensaje en francés) en el parque de Le Bourget, donde se celebró la Cumbre del Clima, a las afueras de París - EFE

Los científicos ven inconsistente el Acuerdo de París

Consideran que para alcanzar el objetivo de 1,5 grados, la economía mundial debe de estar descarbonizada en 2050

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El objetivo del Acuerdo de París es contener el incremento de la temperatura media global del planeta «muy por debajo» de los 2ºC con respecto al nivel preindustrial, y continuar los esfuerzos para limitar ese aumento en 1,5ºC. Para lograr este objetivo a largo plazo los países tendrán que alcanzar su pico de emisiones «lo antes posible» -reconociendo que alcanzar ese pico costará mas tiempo a los países en desarrollo-, y llevar a cabo reducciones rápidas posteriormente «de acuerdo a los avances de la ciencia» para alcanzar un equilibrio entre emisiones antropogénicas y sumideros de carbono en la segunda mitad de este siglo.

Este es uno de los puntos donde se ha suavizado la redacción y, en parte, la ambición, pues la versión anterior hablaba de alcanzar para esa fecha la «neutralidad en emisiones».

La versión elegida dice lo mismo, pero el término neutralidad de emisiones levantaba ampollas entre los países petroleros. Y «descarbonización», que aparecía en los primeros borradores, no podría ser aceptado por otros países y tampoco por la Unión Europea, que tiene entre sus socios a Polonia, con la mayor minería de toda Europa.

¿Pero qué dicen los científicos sobre estos límites y los instrumentos que recoge el texto para abordarlos? Según denunciaron estos días en París el contenido del acuerdo es «inconsistente» con el objetivo que persigue: evitar un aumento de temperatura «muy por debajo de 2ºC» y tratar de que no supere los 1,5ºC sobre el nivel preindustrial. Hay que tener en cuenta que los últimos datos publicados por la Agencia meteorológica británica (Met Office) indican que en 2015 la temperatura media global del planeta ya está 1ºC por encima del nivel preindustrial.

En este sentido, Hans Joachim Schellnhuber, director del Instituto Potsdam de Estudio del Impacto Climático de Alemania, explica que «nuestra frustración es que los compromisos propuestos por los países para cumplir esa metas son absolutamente insuficientes e inconsistentes, el acuerdo sobre la mesa es un documento entre débil y peligroso, muy alejado de una agenda para salvar la humanidad». Y es que aunque se aplicaran en su totalidad las planes nacionales de recorte de emisiones prometidos por los casi 190 países que los han presentado ante Naciones Unidas la temperatura media del planeta aumentaría al menos 2,7ºC a final de siglo.

Los investigadores, entre los que se encuentra Kevin Anderson, director del Centro Tyndall de Investigación Climática, se mostraron tajantes: para lograr el objetivo de que la temperatura no supere los 1,5 grados, «la economía mundial debe de estar descarbonizada en 2050», y para que no aumente más de 2ºC las emisiones deben disminuir al menos un 70% en 2050 respecto a los niveles de 2010. Esa referencia a una reducción del 70% de las emisiones mundiales en 2050 aparecía en los primeros borradores del texto del acuerdo, y era defendida por la Unión Europea y los países más vulnerables al calentamiento, que veía en esa fecha, además, un hito intermedio y una guía importante para conseguir el objetivo a más largo plazo.

«Si comienzas un acuerdo diciendo que la meta del mismo debe ser no superar los dos grados de aumento de temperatura, ese texto debe marcar una senda de compromisos e hitos racionales para lograr ese objetivo, o de lo contrario demuestras voluntad política pero falta de realismo y verdad», aseguró Kevin Anderson. Por su parte, Schellnhuber añadió que «si queremos estar a salvo de los graves riesgos del cambio climático necesitamos la descarbonización total de la economía en 2050, y que los países se pongan a trabajar desde el lunes en hojas de ruta nacionales para lograrla». «El objetivo que persiguen los países se puede lograr, pero no esperando a 2020 -fecha en la que entraría en vigor el acuerdo de París- sino reduciendo las emisiones entre un 10 y un 15 % antes de esa fecha, poniéndoles pico en 2020 y caminando hacia emisiones cero a mitad de siglo», agregó.

En este sentido, el Acuerdo de París recoge que en 2018 se hará una valoración de las contribuciones nacionales realizadas por los países teniendo en cuenta la mejor ciencia disponible -se invita al IPCC a elaborar un informe técnico en 2018 sobre los impactos de un calentamiento de 1,5ºC y las sendas de reducción de emisiones que serían necesarias para lograrla- para que sean actualizadas al alza en 2020. A partir de ahí la revisión y actualización se hará cada 5 años.

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