China y Estados Unidos pactan reducir sus emisiones en Glasgow

Ambos países se comprometen a potenciar las energías limpias y bajar los niveles de metano

El primer borrador de la Cumbre del Clima impulsa a los países a presentar nuevos planes de descarbonización en un año

Una activista se dibuja la cifra de 1,5 grados de subida máxima de temperatura en la mano, el objetivo para proteger el planeta EP / Vídeo: China y EEUU anuncian un acuerdo sobre lucha climática - EUROPA PRESS

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Después de diez días de negociaciones, la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) comienza a moverse. La presidencia del encuentro, en manos británicas, publicó ayer el primer borrador de cobertura del acuerdo, un texto base sobre el que aún se harán modificaciones, en el que se insta a los casi 200 estados participantes a revisar en un año sus objetivos de reducción de emisiones a 2030. Es una forma de reconocer la enorme brecha que hoy separa los planes climáticos de los países con los recortes que serían necesarios para mantener la temperatura global del planeta en «umbrales seguros» de entre 1,5ºC y 2º sobre los niveles preindustriales.

Normalmente es en la recta final de estas negociaciones de dos semanas cuando se hacen las modificaciones más importantes a los textos, ya que es necesario que todos los participantes estén de acuerdo. Y ayer fue acogido con sentimientos enfrentados, entre quienes creen que el borrador se queda corto y quienes ven con agrado el intento de reforzar la acción climática.

Por ahora, la redacción pide a los participantes «revisar y fortalecer» sus planes de descarbonización en 2022 , antes de lo que estaba previsto, que era 2025. Sin embargo, algunos países no han cumplido el mandato de ahondar en sus recortes de emisiones de cara a esta cumbre, como se fijó en el Acuerdo de París. En aquel encuentro se determinó que todos los integrantes debían llegar a la COP26 habiendo aumentado sus esfuerzos. Pero según Climate Action Tracker, que analiza los planes climáticos de los estados, no hay mejoras significativas en los que han remitido países como Australia, Brasil, Indonesia, Rusia, Japón o México.

Límite del 1,5º

La insistencia en la necesidad de seguir recortando emisiones se debe a que esta cumbre se proponía mantener factible el límite de calentamiento en 1,5º, ya que, según los científicos, apenas quedan ochos años para que la ventana de oportunidad se cierre. Para lograrlo, es necesario que las emisiones globales caigan un 45% para 2030 y por ello el texto reconoce que se requiere una «acción significativa y eficaz» de todos los países en esta «década crítica» para lograrlo. También «señala con seria preocupación» que, según los compromisos actuales, las emisiones están en camino de aumentar un 13,7% para 2030.

Lo que no dice el borrador es cuánto más debería ampliar cada país sus objetivos para el próximo año, por lo que ayer algunos de los Estados más afectados por el cambio climático, como los pequeños países insulares, se mostraron firmemente disconformes. «‘Instar’, ‘alentar’ e ‘invitar’ no es el lenguaje decisivo que requiere este momento. Nos queda tiempo limitado para hacer esto bien », se quejaba el embajador de la coalición de pequeños Estados insulares, Aubrey Webson.

Recortar a la mitad las emisiones en la UE

En el caso de la Unión Europea, por ejemplo, el objetivo adoptado y al que también está sujeta España resultaría en una caída de emisiones del 52,8% por debajo de los niveles de 1990, lo que no sería suficiente para acotar el calentamiento a 1,5º, según los cálculos de Climate Action Tracker. Habría que tomar más medidas para que el recorte fuera de entre un 58% y un 70%.

Incluso China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, en una declaración hecha anoche por sorpresa junto con Estados Unidos, reconoció que hay una gran brecha entre los planes actuales y los objetivos fijados por el Acuerdo de París (2015). «Ambos países vemos que el riesgo del cambio climático es existencial» , aseguró el enviado especial chino para el clima, Xie Zhenhua, antes de anunciar un acuerdo bilateral para «reforzar la acción climática» en esta década. Se centrará en mantener vivo el objetivo de 1,5º, mediante recortes de emisiones en el metano o el impulso a las energías limpias , dijeron. «Tenemos que ser honestos. Hay que hacer más por el futuro», incidió por su parte el enviado norteamericano, John Kerry.

El texto de la COP26, además, incluye por primera vez un llamamiento explícito a que se acelere la eliminación de las subvenciones al carbón y a los combustibles fósiles . No obliga a hacerlo, pero este apartado tiene una carga política sobre su responsabilidad en el calentamiento global. Hay dudas de que este enunciado se mantenga en el texto final. «Arabia Saudí y Australia trabajarán para eliminar esa parte antes de que se cierre esta conferencia», vaticinó ayer la directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan.

Falta dinero

Sin embargo, algunos expertos temen que los textos se queden cortos en materias como la financiación de los estados en desarrollo, un punto central en esta cumbre, ya que los 100.000 millones de dólares que se comprometieron en el Acuerdo de París para 2020 aún no se han completado, y probablemente no se logre hasta 2023.

«Es un documento muy desequilibrado. Por un lado, hay mucho sobre el proceso para acelerar la reducción de emisiones. Pero sobre las demandas clave de los países vulnerables hay muy poco. Sobre las ayudas a estos países a adaptarse a los impactos climáticos y hacer frente a las pérdidas es muy difuso y vago», dijo Mohamed Adow, director de Powershift África. El texto reconoce que hace falta ampliar la financiación y pide apoyo a los países desarrollados y otras organizaciones para abordar los daños causados por el clima extremo y el aumento del nivel del mar en las naciones vulnerables.

El jefe de las negociaciones climáticas de la UE, Frans Timmermans, pidió a las naciones que aún no han comprometido dinero para la adaptación climática a hacer más. «Asegurémonos de que el texto sea la base de nuestra ambición. No cedamos en nada y sigamos siendo más ambiciosos», dijo Timmermans.

Por su parte, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró ayer que «es un primer borrador interesante y equilibrado donde aparecen por primera vez referencias a aspectos clave de la acción en materia de clima», pero, reconoció, «es posible que sobre esta base haya margen de mejora».

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