«Caso Pozoblanco»

El caso derivado de San Fermín: cuatro miembros de la Manada podrían sumar otros 7 años a su condena

El Tribunal Supremo eleva a 15 y 17 años la sentencia a los cinco amigos sevillanos por la violación múltiple en San Fermín. Pero dos meses antes, Cabezuelo, Prenda, Escudero y Guerrero presuntamente abusaron en un coche de una joven cordobesa

El exmilitar Alfonso Jesús Cabezuelo, en el vídeo grabado en el interior del coche conducido por Antonio Manuel Guerrero camino de Torrecampo a Pozoblanco ABC | Vídeo: Las condenas a los miembros de la Manada

E. M.

Solo faltaba en aquel coche Ángel Boza , que entonces tenía 25 años y cuya «prueba de fuego» fue San Fermín. Pero aquel 1 de mayo de 2016, pocas semanas antes de viajar a Pamplona juntos, Alfonso Jesús Cabezuelo, Jesús Escudero, Antonio Manuel Guerrero y José Ángel Prenda estaban metidos en un coche realizando presuntamente tocamientos a una joven de 21 años a la que habían conocido en la feria cordobesa de Torrecampo. Además, el ex militar está acusado también de un delito de maltrato a la víctima por golpearla. [Así hemos contado la encarcelación de la Manada un año después de pisar la calle]

La juez que instruye el caso en Pozoblanco, en Córdoba, decidió el pasado mes de septiembre de 2018 procesar a estos cuatro miembros de la Manada por delitos de abusos sexuales y delitos contra la intimidad. En enero pasado, el Ministerio Público solicitó tres años por un delito de abusos sexuales a la joven en el interior de un vehículo y cuatro años por otro delito contra la intimidad. Para el exsoldado, una multa de 12 euros diarios durante dos meses por causar lesiones leves.

Los hechos se remontan a dos meses antes de los abusos sexuales a una joven de 18 años en San Fermín en 2016, por los que han sido condenados a quince y diecisete años de cárcel por el Tribunal Supremo.

Tras salir de una caseta, la joven decide volver a Pozoblanco con los investigados y se monta en el coche propiedad del guardia civil, que era quien conducía, con Prenda de copiloto. La chica se sentó «en medio del asiento trasero, entre Alfonso Jesús [el militar] y Jesús [el peluquero]». Nada más subirse al vehículo, ella, recoge el auto de la juez dictado el pasado 21 de septiembre, «cae en un estado de profunda inconsciencia, estado que es aprovechado por los cuatro investigados para realizarle tocamientos en el pecho». El militar, como se ve en las imágenes que acompañan, «la agarra del cuello y le da varios besos en la boca», mientras Prenda lo graba todo con el móvil de Guerrero «y al mismo tiempo le toca el pecho». Escudero y el militar siguen tocando los pechos a la víctima y finalmente el guardia civil los imita «mientras conduce». La juez hace notar que estos «comportamientos van seguidos de risas bajas», por parte de los miembros de La Manada. «Esta es la Manada», dice Guerrero, grabado por su copiloto.

De acuerdo con el auto, los cuatro, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero abusaron presuntamente de una joven de 21 años en el coche del guardia civil Guerrero, que iba conduciendo, en el trayecto de Torrecampo a Pozoblanco. Además, pasaron los vídeos grabados a distintos grupos de WhatsApp: hablaban de ella como «la bella durmiente», porque iba bebida y bajo los efectos de alguna sustancia.

Según el auto, del pasado septiembre, cuando fueron procesados, las vejaciones no acabaron ahí. Cuando llegaron a Pozoblanco, Cabezuelo y la víctima se mudaron a los asientos delanteros y Prenda, Escudero y Guerrero se bajaron del vehículo. El militar le pidió que le hiciese una felación y, ante la negativa de la chica, le abofeteó en la cara, otra vez en el brazo, la echó del coche y la llamó «puta». La dejó tirada en el suelo, con las medias rasgadas y semidesnuda.

Vídeos difundidos por WhatsApp

El juzgado cordobés asumió el caso en octubre de 2016 , cuando el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona le comunicó el hallazgo de un vídeo donde veía indicios de abusos a una chica de esta localidad cordobesa. La Manada tardó 22 minutos en difundir los vídeos de la agresión a la joven de Pozoblanco y ella no había dado permiso.

Parte de su perdición ha sido precisamente este hábito por querer difundir todos los acontecimientos de su vida, incluidos los delictivos, a través de chats bautizados como «El Peligro» y «Verano». Esta otra joven, posible víctima de la Manada, declaró de forma voluntaria ante el juez y contó que no fue consciente de que la estaban grabando y que jamás ninguno le pidió permiso para difundir esos vídeos.

La mujer, que no recordaba aquella noche, supo que esos cuatro hombres habían abusado de ella cuando la Policía Foral de Navarra le mostró los vídeos, después de revisar los móviles de los acusados en la investigación de los abusos en Pamplona.

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