Ola de cancelaciones en los alojamientos rurales que viven del puente

En algunos lugares, las plazas que aún mantienen sus reservas para este fin de semana próximo no supera el 10 por ciento

Liétor, Aýna y Molinicos , coquetos pueblos de la Sierra del Segura, en la provincia de Albacete, famosos por ser el escenario de la película « Amanece que no es poco », están de capa caída. Y el motivo no es la muerte, este mismo año, del creador de esta comedia, José Luis Cuerda, sino el rastro de cancelaciones que está dejando la segunda ola de la pandemia en los alojamientos turísticos de esta comarca. El Covid asesta el mismo golpe en Castilla y León.

Es en estas fechas otoñales cuando las empresas de turismo y casas rurales de esta zona hacen su agosto. Según la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , seis millones de madrileños atraviesan las dos Castillas en puentes como el que se aproxima.

En la sierra del Segura, dicen que el coronavirus se está cebando con ellos. Ante los cierres perimetrales decretados de Murcia, Castilla-La Mancha y también Madrid (aún debe despejarse), las cancelaciones de reservas están ya por encima del 80% . Y eso a la espera de la decisión final de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, lo que podría suponer la «estocada final» para muchos de estos negocios. Así se lo asegura Juan Ángel Martínez, alcalde de Aýna y presidente de la Asociación de Turismo Rural Sierra del Segura, que aglutina a cien empresas de la comarca que viven del turismo. «Aquí no hay industria. Tan solo un poco de agricultura y ganadería, por lo que el sector servicios es la principal fuente de ingresos», se queja Martínez, que expresa la «incertidumbre» que tienen los empresarios.

Si las casas y hoteles rurales lo están pasando mal, peor están las empresas de turismo activo y los bares y restaurantes. Tal es el caso también de la Sierra Norte de Guadalajara , donde las cancelaciones superan igualmente el 80%, de las cuales la mayoría -más del 60%- son de madrileños. El director de la central de reservas de alojamientos de esta comarca, Conrado Godoy auguraba, después un buen verano, un mejor otoño y más en el puente de Todos los Santos y el de la Constitución, «pero la situación es horrorosa y el panorama es muy negro», afirma.

El presidente castellano-manchego, Emiliano García Page , señaló ayer que «noviembre a muchos efectos es temporada baja», pero es consciente de que «es dolorosísimo no dejar visitar a los familiares en la tumba». «Todo lo que nos ha tocado en esta pandemia es muy doloroso», repitió ayer en el antiguo Monasterio de Santa Ana , en Ávila, sede de la Delegación territorial de la Junta de Castilla y León. El objetivo económico que subyace es «salvar la campaña de Navidad» con este cerrojazo.

La misma situación de las sierras manchegas se repite en Vinuesa y las comarcas sorianas que viven de la «campaña de setas». Isabel Díaz Ayuso subrayó ayer que un puente como el de Todos los Santos seis millones de madrileños se desplazan. Una riada que se dirigía, en otras ocasiones, hacia establecimientos rurales de Segovia (como Pedraza) y Ávila (como los de la sierra de Gredos). El miedo, la incertidumbre o la falta de recursos ya se habían hecho notar en las reservas . No se preveía alcanzar el lleno, pero los establecimientos han vivido esta semana una cascada de cancelaciones. Comentan a ABC que las plazas que aún mantienen no llegan al 10% de la ocupación total en lo que en un año normal sería temporada alta. El presidente de la Asociación Turismo Rural y Activo de Segovia, Domingo Asenjo , reconoce que el sector en esta provincia depende «fundamentalmente de Madrid», y la «alarma» ante un posible cierre está motivando cancelaciones en un puente en el que tenían puestas todas sus esperanzas. Si la situación epidemiológica permitía mantener la actividad, aunque fuera a un menor ritmo, en las escapadas de Todos los Santos, Constitución y Navidades se podría «salvar un poquito la etapa final» de este fatídico año.

Las esperanzas se van empañando a medida que pasan los días y se aprecia un aumento de casos de Covid que podría motivar el cierre de Madrid o Castilla y León o ambas, impidiendo el tráfico de turistas que nutre sus establecimientos. «Las pocas reservas que había se están cancelando» - rondaban el 15 y no llegan ahora al 5 por ciento - ante la «confusión» y los «datos cada vez peores», «a pesar de que el turismo rural es casi la opción más recomendable en estas circunstancias», argumenta.

Un panorama similar se dibuja en Ávila. En este caso, algunos puntos habían visto sus reservas llegar al ochenta por ciento de ocupación y actualmente rondan el diez, explica la presidenta de la Asociación Empresarios Gredos Norte, Isabel Sánchez . Las cancelaciones han sido una constante esta semana y «la realidad es que este puente se ha caído todo».

Se prevé que haya más cancelaciones y que prácticamente la reservas se reduzcan a su mínima expresión si se cierra alguna de las dos comunidades autónomas, pero hay que ser «realistas» y «comprender» la situación de este complejo año en el que, pese a una mala primavera, el turismo rural ha vivido un buen verano.

Eso sí, aunque los datos del estío permiten contrarrestar la caída durante la cuarentena, del conjunto del año no se espera un gran augurio. El otoño e invierno son temporadas fuertes para este sector y «buenas no van a ser», menos si existen restricciones de movilidad con Madrid, principal mercado emisor. Aún así, Sánchez quiere ser positiva y piensa ya en que cuando «se abran las puertas» los turistas quieran volver a un destino sin aglomeraciones, vistas de infarto y calles en las que no cruzarse con nadie.

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