Amor en tiempos de adversidad

Cambio de rumbo para acompañar a su pareja en el peor momento: «Ha sido un aprendizaje para ambos»

Cisco García sufrió un accidente haciendo 'snowboard' que lo dejó en silla de ruedas

Sin piernas ni brazos, Davide se agarra a la vida y a Cecilia: «El amor no se mide en extremidades»

Raquel y Cisco en Córdoba Álvaro Carmona

Andrea Muñoz

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El 28 de diciembre de 2015 la vida de Cisco García cambió por completo . Un accidente de 'snowboard' dañó su médula y lo dejó sin movilidad de cintura para abajo. En ese momento, hacía un año que había empezado una relación con Raquel, una joven cordobesa estudiante de Medicina que estaba haciendo su residencia en Badajoz.

Todo empezó con una llamada de un amigo de Cisco, Pepe, desde la estación de esquí austriaca de Mayrhofen, en la que le comentaba a Raquel que su novio se había «escurrido» en las pistas. «La llamada me dejó intranquila, sabía que había pasado algo grave », recuerda. Acto seguido, llamó a todos los hospitales de la zona, hasta que dio con uno en el que le explicaron que habían llevado en ambulancia a un chico, ‘Francesco’, que era español. Por ello, no dudó un segundo en comprarse los primeros billetes de avión con destino Austria . Cuando llegó al hospital y cruzó una mirada con Cisco se sintió aliviada al ver que la reconocía. Más tarde, cuando los médicos pasaron a dar el parte le enseñaron a Raquel la resonancia. «No hizo falta que me explicaran nada, la lesión medular era completa », revive.

Pero lo difícil llegó después, con la vuelta a España, Raquel viajó hasta Badajoz a continuar con su formación y Cisco comenzó su rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. «Fue muy duro porque no nos veíamos casi . Yo sentía que en ese momento tenía que estar con él», cuenta. Por esa razón, pidió una rotación externa en la capital castellanomanchega: «Me daba igual el hospital al que me destinaran, quería acompañarle». Y se la concedieron. «Pude vivir el proceso en primera persona , fue un aprendizaje para ambos», narra.

ÁLVARO CARMONA

Como consecuencia de la situación en la que se encontraban y del poco tiempo que llevaban juntos, nadie apostaba por su relación. En cambio, no se han separado ni un minuto desde que se conocieron y tienen un hijo de dos años, Gonzalo, y otro en camino. «Cisco es totalmente independiente. Esto no nos ha impedido viajar, al año del accidente nos fuimos a Japón y fue uno de los mejores viajes que hemos hecho juntos», relata. Pese a que los dos están de acuerdo en que la vida no es fácil, han aceptado la situación: «Una buena actitud es clave para superar todos los obstáculos que vengan».

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