Una de cada cinco personas que participaron en el programa de empleo de Cáritas consiguieron trabajo

Una de cada cinco personas que participaron en el programa de empleo de Cáritas a lo largo del año pasado consiguieron ingresar en el mercado de trabajo. Así se desprende del informe «Economía y personas. Cambiando el foco cambiamos los resultados», presentado este jueves por esta institución de la Iglesia.

De las 72.040 personas que fueron acompañadas por Cáritas en 2016 a través de sus itinerarios de empleo, 16.597 (23%) consiguieron salir del paro. Se trata de un incremento cercano al 11% con relación a 2015.

El perfil de las personas que participaron en estas acciones de inserción laboral fueron en su mayoría españolas (54% ante el 46% extranjeros), mujeres (62%) y mayores de 45años (32%). Por nivel formativo, el 46% tenían formación básica, el 25% estudios secundarios, el 16% eran bachilleres y el 6% universitarios.

El director de Desarrollo Social de Cáritas, Francisco Cristóbal, advirtió que estos datos demuestran que «a pesar de que parece que la situación económica mejora en España» no lo hace para las personas con las que trabaja esta institución. «Incluso el empleo no garantiza hoy en día la salida de la pobreza y la exclusión. El problema no son las crisis sino el modelo que deja en la cuneta a millones de personas», afirmó Cristóbal, durante la presentación de este balance.

La actividad económica desarrollada por Cáritas en 2016 en programas de empleo y de economía solidaria ascendió a los 73,3 millones de euros. De ese total, 26,9 millones correspondieron a la inversión destinada a las acciones de inserción laboral (un 10% más que en 2015), 9,6 millones a actividades de economía social y 36,6 millones de euros a la facturación de las 49 empresas de inserción social impulsadas por Cáritas.

49 entidades de economía social

En los peores años de la crisis económica, esta institución de la Iglesia ha pasado de contar con 37 entidades de economía social en 2013 a 49 en 2016. Solo el año pasado, esta red consiguió ofrecer un total de 1.445 puestos de trabajo, de los cuales 615 fueron puestos de inserción reservados para personas en situación de exclusión.

«Estos resultados son el mejor testimonio de que es posible realizar una actividad económica sostenible, en el que el beneficio económico es un medio para impulsar la promoción sociolaboral de las personas excluidas y en el que la rentabilidad económica está al servicio de una auténtica rentabilidad social», aseguró Cristóbal.