¿Qué son los asistentes sexuales para personas con discapacidad?

En España, en un marco de alegalidad, varias entidades y ONG promueven el acompañamiento desde el cariño, intimidad y confianza

Los asistentes sexuales acompañan a personas con discapacidad en encuentros íntimos MAYA BALANYÁ

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Francia ha anunciado recientemente que estudia regular la asistencia sexual para personas con diversidad funcional. En España, en un marco de alegalidad , varias entidades y ONG la promueven desde el cariño, intimidad y confianza. Pero el debate y la controversia sobre la figura del asistente sexual están encima de la mesa.

¿Qué es un asistente sexual?

La figura del asistente sexual se refiere a aquellas personas que acompañan a otras con diversidad funcional en encuentros íntimos para ayudarles a que se desarrollen en el plano sexual.

¿Implica que haya sexo en todos los encuentros?

La implicación de ambas partes se pacta por adelantado para garantizar la comodidad de las mismas. Puede haber sexo, aunque muchas veces no se pasa de caricias, abrazos y comentarios de cariño que generen complicidad e intimidad.

¿Cuánto cobran los asistentes sexuales?

No tiene por qué haber un pago. Las ONG y entidades que promueven esta asistencia no lo estipulan. Es algo que se decide entre ambas partes antes de llevar a cabo el encuentro. Algunas personas lo hacen por satisfacción personal.

¿Está regulado en España?

La Ley sobre Discapacidad de 2010 reconoció los derechos sexuales del colectivo, pero no desarrolló una norma ni integró la asistencia en el sistema , por lo que se mueve en un marco de alegalidad.

¿Cuál es la regulación en otros países?

En Europa, varios países se han enfrentado al debate que ahora surge en Francia. Suiza sí reguló subvenciones al sector, impone un máximo de asistencias mensuales y se prohíben ciertas prácticas , como la penetración en los encuentros. En Bélgica, Holanda y Dinamarca es alegal.

¿Cuáles son las principales críticas?

Como ha ocurrido en Francia al plantear su regulación, las quejas vienen de sectores de la izquierda, que lo consideran como un tipo de prostitución. Todo lo contrario piensan quienes lo apoyan, pues ven una forma de combatirla.

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