Una mujer se inyecta «botox»
Una mujer se inyecta «botox» - FOTOLIA

La alternativa al bótox dura dos años y ya está en España

Llega a España un sistema con efectos similares a los que logra la toxina botulínica, pero con una duración cuatro veces mayor

Madrid Actualizado: Guardar
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Si creíamos que la toxina botulínica era imbatible para alisar las arrugas de expresión, nos equivocábamos. Le ha salido una competidora, la radiofrecuencia ThermiRase, que tiene todas las papeletas para convertirse en una interesante alternativa. Se trata de una cánula que realiza «disparos» de calor (80º) en los nervios que causan las arrugas de expresión, consiguiendo «desactivarlos» por completo durante por lo menos 18 meses.

La diferencia con el «botox» es que éste adormece los músculos, y ThermiRase «duerme» los nervios que los mueven. Y los primeros se renuevan cada 5 o 6 meses, mientras que los segundos tardan 18 meses en recuperar su actividad. «Esto es como un enchufe, donde los nervios son la clavija y los músculos, el cable», explica el doctor Jorge Álvarez Marín, oftalmólogo y oculoplástico, y pionero en emplear la técnica en nuestro país.

«Asusta un poco la idea de que te toquen un músculo pero el tratamiento es mínimamente invasivo para el paciente y no hay error posible, si sigues los pasos indicados», tranquiliza este doctor.

Profesional médico

El tratamiento lleva realizándose un año y medio en EEUU, con la aprobación de la FDA, y en España la técnica la presentó el doctor Álvarez Marín, formador de la técnica para los profesionales de la medicina, en el último congreso de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética), en Málaga. «Por su complejidad requiere una formación y experiencia acreditada del profesional médico, preferiblemente experto en el área periocular (es la diana principal a la que va dirigida, y con experiencia en el ámbito quirúrgico», advierte. «Los primeros casos realizados en España han dado resultados espectaculares, convirtiéndose en una opción segura y duradera para corregir las arrugas de expresión y para el rejuvenecimiento del cuello o suspensión del platisma.

La sesión se realiza en tres pasos. En el primero se estimulan los nervios con un neuroestimulador por debajo de la piel para localizarlos. «Esto se llama mapear», explica. En el segundo se inyecta con una fina aguja una anestesia local (lidocaína al 4%) en los puntos a tratar. Y en el tercero se introduce la microcánula que realiza la ablación en el nervio, controlando cada disparo con una microcámara.

«Se puede realizar más de un disparo, porque como el resultado es inmediato, enseguida vemos si hace falta insistir o no», explica Álvarez Marín. Cada descarga es de un minuto aproximadamente, y duele durante los primeros 20 segundos, pero luego se pasa. «Estamos con los primeros casos, y muy contentos con los resultados, pero por el momento estoy siendo muy conservador y prefiero quedarme un poco corto», cuenta.

Patas de gallo

¿Para que tipo de arrugas es apropiado este tratamiento? «Servirá para las mismas que se trabajan con el botox. Las arrugas “dinámicas” que aparecen entre las cejas, la frente y patas de gallo, el código de barras y hasta la sonrisa gingival pero, de momento, solo está autorizado para alrededor de los ojos», indica.

¿El efecto es el mismo que con la toxina? «Es muy similar, pero la gran diferencia es que dura por lo menos 18 meses, frente a 4 o 5 meses». ¿Y el precio? 1.500 € aproximadamente por sesión. ¿Dónde? Por el momento, en el Centro Médico IOMilenium Tenerife y Barcelona.

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