El economista australiano Martin Ravallion
El economista australiano Martin Ravallion - EFE

Alertan del incremento de los «refugiados climáticos» y la pobreza por el calentamiento global

El climatólogo Veerabhadran Ramanathan y el economista Martin Ravallion -ganadores de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento-, han coincidido en reclamar la puesta en marcha de políticas globales con el fin de combatir la pobreza y el cambio climático

MADRID Actualizado: Guardar
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El climatólogo Veerabhadran Ramanathan y el economista Martin Ravallion --ganadores de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en las categorías de Cambio Climático y Cooperación al Desarrollo, respectivamente--, han coincidido en reclamar la puesta en marcha de políticas globales con el fin de combatir la pobreza y el cambio climático, que están relacionados entre sí, al tiempo que han alertado de ambos factores influyen en el aumento de los «refugiados climáticos».

En rueda de prensa en Madrid con motivo de su presencia en la capital para recoger los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, cuya ceremonia de entrega tuvo lugar el pasado 21 de junio, ambos expertos han enfatizado la necesidad de poner en marcha políticas a escala global que tengan en cuenta la interrelación entre pobreza y cambio climático, sobre todo impulsando un cambio tecnológico.

Así, Ramanathan ha destacado la necesidad de reforzar las energías limpias, mientras que Ravallion ha explicado que sólo con políticas adecuadas se pueden paliar tanto el cambio climático como la pobreza. «Hace tres décadas, cuando empecé a investigar la pobreza, no hubiera considerado prioritarios los factores ambientales; ahora sí son una prioridad, y eso es alarmante», ha asegurado el economista.

Ravallion ha reconocido que el problema «no es simple» y que se debe asumir que, por lo general, un mayor desarrollo implica el aumento de las emisiones de CO2 a corto plazo, algo que «no es inamovible». «Es muy importante resaltar que con las políticas correctas, y con la tecnología correcta, esta relación se puede cambiar», ha insistido, para lograr que el desarrollo económico no se traduzca en más emisiones.

«Veo el problema del cambio climático en términos muy simples: los combustibles fósiles se han convertido en una tecnología del todo obsoleta, que debemos dejar atrás», ha añadido por su parte Ramanathan, para quién debe producirse «un cambio tecnológico urgente", no sólo en los países desarrollados, sino en las regiones que albergan a los 3.000 millones de personas con menos recursos y que más sufrirán los efectos de un clima alterado. «El reto es proporcionar acceso a energías limpias a los más pobres», ha apostillado.

Ambos expertos han destacado también el incremento de «refugiados climáticos» --consecuencia de las fuertes sequías y de la fusión de los glaciares-- «que ya no se recuperarán». «Estamos viendo el problema que supone la llegada a Europa de un millón de refugiados. ¿Qué haremos cuando sean muchos más?«, se ha preguntado el climatólogo, que ha reclamado la necesidad de una estrategia global que incluya la creación de instituciones y el trabajo conjunto de diversas disciplinas científicas.

Por su parte, Ravallion ha destacado que «los refugiados climáticos constituyen un problema mundial, y es necesaria una acción colectiva», pero es «complicado» que suceda porque no existe «un gobierno colectivo» por lo que ha insistido en la importancia de la cooperación internacional.

«Existen organizaciones internacionales como Naciones Unidas y el Banco Mundial que, teóricamente, deberían afrontar esta cuestión, pero los gobiernos locales no han dado voz a estas instituciones. Por tanto, es primordial fortalecer las instituciones mundiales y concederles el papel que merecen", ha subrayado.

A su juicio, «los flujos de refugiados actuales son preocupantes desde muchas perspectivas» pues «reflejan, en parte, la pobreza y la vulnerabilidad creada por los conflictos en Siria e Irak». «Algunos países ricos están ayudando a absorber a los refugiados, pero la mayor parte de la carga recae sobre los estados vecinos, que tienen ingresos medios. Por ello, es probable, que en los próximos años se produzca un descenso de la reducción de la pobreza", ha alertado.

La energía fotovoltaica, la eólica o eléctrica (también para el transporte); utilizar como combustibles el hidrógeno y los biocombustibles obtenidos de desperdicios de alimentos; el tratamiento de las aguas residuales; la reforestación y evitar el derroche energético mediante la construcción de edificios más eficientes son las otras propuestas que Ramanathan considera más prometedoras para atajar el cambio climático.

«Con el sol que tiene España podría convertirse en una potencia energética mundial, lo mismo que otros países lo son ahora con el petróleo", ha indicado, al tiempo que ha resaltado la importancia de «reducir las emisiones de contaminantes de corta duración, como las procedentes del carbón negro (hollín), el metano, los compuestos HFCs, el ozono troposférico generado y los óxidos de nitrógeno (NOx)".

Proyecto Surya

El climatólogo es una de las voces internacionales más reconocidas no sólo por sus investigaciones, también por sus iniciativas para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las aldeas, como es el 'Proyecto Surya' (en el que participan sus hijas) que tiene como primera iniciativa sustituir las cocinas de combustibles ineficientes (heces de ganado) de los núcleos rurales de la India por energías limpias, con lo que además de frenar las emisiones de gases contaminantes mejora la salud de las personas.

Ramanathan es miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y sus conclusiones están recogidas en la encíclica sobre el deterioro ambiental global, que el Papa Francisco dirigió el verano pasado a los católicos. Además, el climatólogo se ha reunido con el Dalai Lama y otros líderes espirituales para hablar de la cuestión. «Ellos pueden jugar un papel transformador en la sensibilización de la sociedad, e informar a la gente de su responsabilidad en proteger la naturaleza», ha afirmado.

Mientras, Martin Ravallion fue pionero en la medición de la pobreza con indicadores aplicables internacionalmente. En 1991 fue el primer firmante de un artículo que fijó en un dólar diario el umbral de la pobreza extrema por debajo del cual no se puede vivir, y que ha sido actualizado a 1,9 dólares.

Optimismo contra la pobreza

En el encuentro, Ravallion se ha mostrado optimista sobre la evolución de la reducción de la pobreza. Un informe de 2008, cuando estaba al frente del Grupo de Investigación del Desarrollo del Banco Mundial, estimaba que la pobreza extrema había caído de 1.900 millones de personas en 1981 a 1.400 en 2005, y en 2015 es de 836 millones, según las cifras de la ONU. En ese marcado descenso ha influido extraordinariamente la mejora del sector agrícola en China e India.

Precisamente, Ravallion descarta la hipótesis de que el actual estancamiento de la economía en China pueda tener un efecto negativo sobre la pobreza con el argumento de que «incluso aunque se den las tasas de crecimiento más bajas que prevén los analistas (5-6% al año), son altas para la mayoría del resto de los países".

Sin embargo, sí que admite la posibilidad de que «las menores tasas de crecimiento en China se contagien a otros países, en particular en África, donde varios países exportan materias primas a China». En cualquier caso, apostilla: «Con las políticas correctas, el progreso contra la pobreza se puede mantener».

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