Alemania lleva la vacuna obligatoria al Parlamento

Ni si quiera ha esperado a ser investido canciller para comenzar a incumplir sus promesas electorales. Reiteradamente se declaró Olaf Scholz contrario a la vacuna obligatoria como candidato electoral del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones del 26 de septiembre, en una campaña fuertemente marcada por la pandemia . Pero antes incluso de tomar posesión del cargo de canciller, se declaró partidario de la vacuna obligatoria, al tiempo que desde su oficina se filtraba que será legislada de inmediato, que un equipo de la 'coalición semáforo' comenzará a trabajar en ello desde el lunes y que el Bundestag podrá votar antes de finales de febrero de 2022. «La vacunación es la salida a esta pandemia » , había defendido la semana pasada, cuando solamente había modificado su posición respecto a la vacunación obligatoria de sanitarios y cuidadores de ancianos. Ayer, en cambio, introdujo la idea en una reunión con los presidentes de los 'Bundeslander' y sugirió que se dejará a los diputados que voten en conciencia, ajenos a la disciplina de partido.

Scholz justificó el proyecto con la necesaria protección de la población. El portavoz del gobierno, Steffen Seibert , confirmó la intención de los gobiernos federal y regionales para tomar una decisión rápida sobre un requisito general de vacunación, «para lo que ha sido convocada oficialmente la Conferencia de Presidentes el jueves». «Tanto el gobierno federal como los Länder están convencidos de que son necesarias medidas adicionales para reducir las infecciones y rebajar la presión en los hospitales», explicó, y recordó que la Academia Nacional de las Ciencias, la prestigiosa Leopoldina, había hecho público un documento en el que pide a las autoridades alemanas nuevas medidas para frenar esta cuarta ola, agravada por la amenaza de la variante Ómicron.

Los presidentes regionales, en una reunión previa mantenida ayer con Scholz y con la todavía canciller en funciones Angela Merkel, abordaron además varias propuestas, como una nueva restricción de contacto para personas no vacunadas, incluso en reuniones privadas, que solamente podrán reunirse hasta un número de cinco y procedentes solamente de dos núcleos familiares. Esta medida seguirá en vigor durante las celebraciones navideñas.

Alemania se plantea además, entre las medidas que serán definitivamente aprobadas mañana jueves, que los clubes, bares y discotecas permanezcan cerrados y que la Bundesliga vuelva a los denominado 'partidos fantasma', en los que solamente se permitirá la entrada a una tercera parte del público según la capacidad de los estadios. En algunos de los Bundesländer, como Baviera, los partidos se jugarán completamente sin público, decida lo que decida la Conferencia, según adelantó ayer el presidente regional Markus Söder. Los gobiernos federal y estatal están reafirmando el objetivo prioritario de expandir significativamente el número de vacunas, hasta 30 millones de vacunaciones antes de Navidad. Para ello se permitirá a las farmacias y a las consultas de dentistas, que los alemanes visitan con regularidad para los controles dentales obligatorios, aplicar gratuitamente la vacuna a todo el que lo pida, con cargo a la Seguridad Social.

Quieren extender además a todo el territorio la normativa 2G, que excluye a los no vacunados de cualquier espacio público cerrado, y establecer la calidad de 'vacunado' expirare automáticamente, a los seis meses de aplicación de la segunda dosis, lo que convierte la vacuna en un requisito periódico. Söder declaró que hay «una gran unidad» para implementar todas estas medidas y celebró que «Scholz ha estado mejor d elo que yo esperaba», a propósito del cambio de opinión del muy posiblemente próximo canciller alemán respecto a la vacuna obligatoria. «Vamos en la dirección correcta», dijo, consciente de que la tasa de vacunación en Alemania con la pauta completa sigue anclada por debajo del 70%, concretamente en el 68,5%, muy por debajo de la de otros países europeos, mientras que la incidencia semanas acumulada en siete días descendió ayer hasta los 452,2 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, pero sigue en niveles máximos desde el inicio de la pandemia.