El virus ébola puede «refugiarse» en el semen durante al menos nueve meses

Un año después de que la peor epidemia de ébola estallara en África occidental, que dejó oficialmente 28.457 personas infectadas y 11.312 muertes, los científicos aún tienen mucho que aprender de este peligroso virus. Hasta el año pasado no había en realidad muchos supervivientes que analizar, porque la mayoría de los afectados moría y porque los que sobrevivían desaparecían de la vista de las autoridades en países con sistemas sanitarios precarios. Aún hoy, después de esta epidemia, las dificultades de seguir a la población en los principales países afectados, Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, dificultan estudiar al virus. Por eso no se sabe mucho acerca de las consecuencias del ébola a largo plazo entre aquellos que logran superarlo.

A pesar de todo, los estudios realizados en modelos animales y los que se hicieron en anteriores epidemias ya indicaron que elvirus tiene cierta capacidad para permanecer «arrinconado» en ciertas partes del organismo y sin provocar síntomas. Este miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y el Ministerio de Salud de Sierra Leona, han presentado un estudio cuya principal conclusión es que el virus ébola puede permanecer en el semen de pacientes hasta después de nueve meses de que desaparezcan los síntomas de la enfermedad. Esta información ha sido publicada en la revista « New England Journal of Medicine».

«Estos resultados llegan en un momento crítico, y nos recuerdan que mientras el número de nuevos casos de ébola cae en picado, los supervivientes y sus familias tienen que seguir luchando contra los efectos de la enfermedad», ha dicho Bruce Aylward, uno de los coordinadores de la OMS en la respuesta frente al ébola, en un comunicado. «Esto demuestra que los supervivientes necesitan ayuda, continuada y eficaz, cuando pasan entre seis y doce meses después de que desaparezcan los síntomas. Y que también hay que asegurarse de que sus parejas no puedan quedar expuestas al virus», añade.

Así, mientras que los estudios previos demostraban que el virus ébola podía encontrarse en semen y en fluidos vaginales hasta tres meses después de superar los síntomas, este trabajo amplía este plazo hasta los nueve en el caso del semen, lo que puede tener importantes implicaciones en la protección de la población.

Para averiguar esto, se ha buscado el material genético del ébola en 93 hombres mayores de 18 años y procedentes de Freetown, Sierra Leona, que llevaban entre dos y diez meses sin tener los síntomas de la enfermedad.

Transmisión vía sexual

Aparte de ampliar el plazo de permanencia del ébola en el semen a los nueve meses, este estudio abre nuevos interrogantes. Por una parte se ha averiguado que en algunas personas el ébola desaparece antes que en otras por algún motivo desconocido. Por otra, aún no se sabe hasta qué punto esto prueba que hay virus activos y capaces de infectar en el semen, por lo que el CDC estadounidense ha decidido tomar cartas en el asunto y estudiar este aspecto.

Esto es muy importante, porque el ébola podría comenzar a transmitirse en África a través de las relaciones sexuales de riesgo. De hecho, otro estudio publicado este miércoles en «New England Journal of Medicine» demuestra que hubo un caso de contagio de un hombre a una mujer a través del semen, en marzo de este año.

Las graves secuelas del ébola

Además de la transmisión vía sexual, las últimas investigaciones tratan de averiguar qué secuelas provoca una enfermedad tan agresiva como el ébola o si el virus puede reactivarse y provocar otras secuelas, como parece ocurrirle a la enfermera escocesa Pauline Cafferkey, en estado crítico desde este miércoles por «complicaciones» derivadas de una enfermedad que había superado en enero de este año.

Hasta ahora se sabe que el virus se refugia en ciertas zonas a las que el sistema imune no tiene un acceso muy directo, como ocurre en el fuido ocular, en el fluido espinal, en los testículos y en el cartílago. Pero no se sabe hasta cuándo puede durar esto, o si hay algún peligro de que el virus se reactive, ataque al organismo y provoque nuevas enfermedades.

Un médico estadounidense que superó la enfermedad comenzó a sentir una sensación de quemazón en los ojos. Varios días después su pupila, que era azul, se volvió verde a causa del virus. Otras supervivientes, que han sufrido el ataque devastador de un virus asesino y que provoca una respuesta inmune masiva, sufren dolor generalizado y síntomas parecidos a los del síndrome de fatiga crónica. Parece que el virus no ha dicho aún su última palabra, cuando se cumplen dos semanas en África sin nuevos casos de ébola.