El Papa Francisco firma una fotografía suya durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro
El Papa Francisco firma una fotografía suya durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro - efe

Así será el Sínodo de la Familia que arranca este domingo en el Vaticano

La asamblea de los obispos se abrirá con la intervención de uno de los 18 matrimonios participantes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Sínodo de Obispos sobre la familia, que el Papa inaugura este domingo, cuenta con la participación de 18 matrimonios y un total de 31 mujeres de gran nivel profesional, según ha informado el viernes el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo, en una conferencia de prensa en el Vaticano.

Además de mayor participación de matrimonios y mujeres, este Sínodo será el de mayor transparencia informativa en los cincuenta años transcurridos desde que Pablo VI creó la institución colegial permanente solicitada por el Concilio Vaticano II, y revitalizada ahora por el Papa Francisco.

La primera intervención de la asamblea, que durará del 4 al 25 de octubre en Roma, correrá a cargo de una pareja casada. Y el domingo 18 tendrá lugar la primera canonización de un matrimonio como tal. Se trata de los esposos Louis y Zélie Martin, relojero y empresaria de Alençon (noroeste de Francia), padres de Santa Teresa de Lisieux.

Una santa española

Junto con ellos, Francisco canonizará a una madrileña extraordinaria, Maria Isabel Salvat Romero (1926-1998), que bate todos los record de velocidad, exceptuado el de san Juan Pablo II. Al cumplir los 18 años, aquella muchacha de familia acomodada del barrio de Salamanca se incorporó a las Hermanas de la Cruz, fundadas por la sevillana santa Ángela de la Cruz (1846-1932), beatificada por Juan Pablo II en Sevilla en 1982 y canonizada por él mismo en Roma en 2003.

El extraordinario carisma de estas religiosas de clausura es dedicar la mayor parte del día a atender a enfermos pobres en sus casas. Con el nombre de madre María de la Purísima, Maria Isabel Salvat Romero fue su superiora general durante 22 años desde que fue elegida por primera vez en 1977.

Precisamente porque estas religiosas prestan su servicio en medio de familias con graves problemas y en los momentos más difíciles, el Papa Francisco ha querido que la canonización de Maria Isabel tenga lugar en el marco de este Sínodo de la Familia.

A diferencia del Sínodo de octubre del 2014, que era extraordinario y por lo tanto cada país estaba representado tan solo el presidente de su conferencia episcopal, este es un Sínodo ordinario, y el número de participantes es proporcional al tamaño de cada conferencia episcopal.

Cuatro obispos españoles

Los obispos españoles elegidos por sus compañeros han sido el presidente de la conferencia episcopal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el obispo de Bilbao, Mario Iceta.

El total de 270 padres sinodales está compuesto por 42 miembros “de oficio” -los presidentes de los 15 sínodos de las Iglesias católicas orientales y los jefes de los departamentos de la Curia vaticana-, 183 obispos elegidos por sus respectivas conferencias episcopales, y 45 padres sinodales nombrados directamente por el Papa. Entre estos últimos se cuenta el cardenal de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, junto con otros cardenales y obispos de gran valía e incluso dos sacerdotes, puesto que son los más cercanos a la realidad diaria de la familia.

Pero lo más llamativo es la presencia de un matrimonio italiano entre los 24 “expertos” y de nada menos que 13 mujeres a título personal y 17 matrimonios entre los “observadores”, lo cual permitirá gran número de intervenciones de personas con experiencia de primera mano en las alegrías y dificultades familiares.

A diferencia del Sínodo especial del 2014, dedicado a estudiar los problemas de la familia a partir de datos recogidos –con toda su crudeza- mediante una consulta mundial, el Sínodo que ahora comienza abordará sobre todo la “vocación” y la “misión” de la familia. Por lo tanto, se pasará del estudio de las patologías –absolutamente necesario pero que molestaba a algunas personas-, al estudio del modelo de familia que el Evangelio propone en las circunstancias de hoy.

El “tono” de la asamblea lo darán las dos primeras intervenciones del Papa: su discurso en la velada de oración con los fieles al atardecer del sábado 3 en la plaza de San Pedro, y su homilía de la misa de apertura el domingo 4 en la basílica.

El año pasado, el Papa sorprendió a todos los participantes invitándoles a “hablar con valentía y escuchar con humildad”. No quería un encuentro rutinario ni versallesco, sino un verdadero estudio de los problemas y una libre manifestación de opiniones, aunque fuesen enfrentadas. Y así fue.

Opiniones contradictorias

En esta ocasión volverá a suceder lo mismo. El cardenal Baldisseri, secretario general del Sínodo, recordó en la conferencia de prensa que “el Papa quiere que se hable con valentía. No hay que sorprenderse que haya opiniones contradictorias. Es el estilo del Concilio Vaticano II, en que también se presentaban opiniones divergentes pero después, al final, los documentos se aprobaban por mayorías abrumadoras”.

El cardenal Baldisseri se manifestó contento de que, “entre los dos Sínodos haya habido gran cantidad de congresos, y se hayan publicado muchos libros”. Reflejando el hecho de que mantengan posturas divergentes y que algunos autores tradicionalistas “pontifiquen” por encima del Papa o muestren excesivo nerviosismo, Baldisseri comentó con buen humor: “estamos en el mar, y es normal que haya algo de marejada”.

A lo largo de estas tres semanas, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, y otros cuatro ayudantes informarán cada día a los periodistas del contenido de las intervenciones en el Aula del Sínodo, pero sin mencionar al autor para respetar la confidencialidad de quien no quiera identificarse. Además, cincuenta padres sinodales, de todos los continentes e idiomas, acudirán a conferencias de prensa.

Ya desde el Sínodo pasado, el Papa Francisco eliminó el viejo sistema de ir entregando cada día a los periodistas textos enviados por adelantado por los padres sinodales, pero que no coincidían –a veces casi nada- con sus intervenciones en el aula. Era un sistema muy “cómodo” tanto para los padres sinodales como para los periodistas, pero transmitía en parte información falsa.

En cambio, igual que el año pasado, todos los participantes en el Sínodo han sido invitados a manifestar libremente a la Prensa el contenido de sus intervenciones reales, a divulgar los textos completos si lo desean, y a expresarse con frecuencia y con libertad ante los periodistas televisivos que estarán permanentemente en los pasillos para alimentar el “videoblog” del Vaticano con cientos de entrevistas.

Se harán también públicos, por primera vez, los textos de los 13 grupos de trabajo por diferentes idiomas. El problema práctico de este Sínodo va a ser el exceso de información.

Ver los comentarios