El Fiat 500L del Papa, en el país de las limusinas

El Papa Francisco recorre desde el martes las calles de Washington a bordo de un modesto Fiat 500L, el modelo elegido para su visita a la capital estadounidense. El modesto vehículo de la marca italiana, de color gris oscuro, ha sorprendido en la capital estadounidense pese a las conocidas preferencias del Pontífice. No tanto a las miles de personas que han acudido esta miércoles a saludar a Francisco, primero en el entorno de la Casa Blanca, y después, alrededor de la catedral de San Mateo.

El vehículo desde que el que saluda el Papa a los fieles, que este miércoles va a conducirle a la esperada canonización de Fray Junípero Serra en la Basílica Nacional de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, resulta una verdadera paradoja en el país de los grandes vehículos y de las conocidas limusinas. El Fiat 500L, que es el hermano mayor del Fiat 500 minicar, no supera en el mercado los 20.000 dólares antes de impuestos.

El martes, durante la retransmisión en directo de la llegada del Papa a la base Andrews, los presentadores de la cadena CNN destacaban el contraste de «un coche tan sencillo y reducido en una ciudad donde se utilizan coches amplios y limusinas».

Además de la imagen de sencillez, la intención de Francisco siempre ha sido dar ejemplo en todo lo relacionado con el consumo de combustible y el cuidado del medio ambiente, por lo que el vehículo es de bajo consumo.