La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández
La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández - efe

Blanca Hernández Oliver: «Los niños eran hasta ahora víctimas silenciadas»

La Delegada del Gobierno para la Violencia de Género indica de que la nueva Ley de Infancia reconoce jurídicamente a los menores como víctimas de la violencia de género

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España está viviendo un «verano negro» en violencia doméstica y machista. La delegada de Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández Oliver, cree que con las últimas medidas se están dando un paso adelante en ofrecer una mayor protección a las víctimas.

—¿Cómo protegerá la nueva ley a las víctimas de violencia de género?

—Todo lo que se visibiliza, cuenta o explica llega a la sociedad y va formando conciencia. La ley pone a los hijos de estas mujeres y a ellas en primer lugar. Se les reconoce jurídicamente como víctimas de violencia de género. Además, se adoptan medidas para una mejor protección y seguridad de estos menores como formar por primera vez a los equipos psicosociales (aquellos que atienden psicológicamente en los juzgados a los niños y a las madres) en violencia de género.

Si no se está formado en violencia de género es muy difícil reconocer las conductas.

Además, en el caso de que el maltratador haya asesinado a las madres parecía muy enloquecido que percibiera la pensión de viudedad. Esa pensión ahora se puede suspender por el órgano judicial y además se incrementa la pensión de orfandad.

—¿Los menores eran hasta ahora los grandes olvidados en España en violencia de género?

—Estaban en un papel muy secundario. Yo creo que hasta ahora los niños eran unas víctimas enormemente silenciadas. Hacía falta ponerlos en primer lugar para ayudarles en su protección porque, además, hay que asistir a los niños desde el principio para que se recuperen y porque lo que ellos han visto es lo que han vivido del maltratador respecto a sus madres. Eso son roles que se van transmitiendo de una generación a otra y que hay que cortarlos desde el principio para que no entiendan que el lenguaje de la violencia y de la dominación es el que funciona.

—¿Puede un maltratador ser un buen padre?

—Creo que es muy difícil por no decir imposible. Nunca hemos encontrado un hombre que haya practicados malos tratos contra su mujer y al mismo tiempo que sea un buen padre. Creo que es prácticamente imposible ser un maltratador y buen padre.

—Hábleme del uso que hacen los padres de sus hijos como herramienta para vengarse

—A las mujeres se las pueda dañar de muchas maneras como insultándolas o agrediéndolas. Los hijos también entran en esas herramientas. Lo que nos repiten mucho las mujeres es que se las amenaza con que no van a volver a ver a sus hijos. A una madre le puede doler una agresión pero un maltrato a su hijo le puede doler mucho más. Es muy frecuente la amenaza respecto a los hijos y es una forma de hacerle daño a ella. Por eso, yo no creo que puedan ser también buenos padres. Muchas veces son maltratados directamente por el maltratador de la madre. El arma más cruel que puede existir contra una mujer maltratada es el hijo.

—¿Qué opinión le merece los casos de falsas denuncias de maltrato?

—Nuestro Código Penal prevé la violencia de género pero también la violencia doméstica, en el caso de que una mujer agreda a un hombre. Lo que pasa es que por 60 casos de un hombre que mata a una mujer, hay una o dos que son mujeres. El órgano judicial puede condenar por una denuncia falsa. Otro tema es que se hable de denuncias falsas cuando una mujer presenta una denuncia contra su marido y luego la retira o no declara. Es muy frecuente que una mujer que se atreve a denunciar y luego se echa para atrás por el miedo, la culpa, la vergüenza. A mí me parece que el ordenamiento jurídico tiene herramientas para condenar las denuncias falsas pero donde nos la jugamos verdaderamente es que de las mujeres asesinadas, un 80% no denunciaron. El problema está en que solamente el 20% presentó denuncia. Donde hay que trabajar es para que se rompa el silencio. Lo que no se conoce no se puede proteger.

—Con este dramático mes de julio en víctimas por violencia machista, ¿estas últimas medidas van a poder evitar casos similares?

—Esperamos que estas medidas nos ayuden. A lo mejor no evitan todos los casos concretos, pero están colaborando a que el problema se solucione. Garantizar absolutamente que nunca se va a volver a producir un caso, desgraciadamente es imposible pero esto es un paso más para evitar dramas como este. Creo que la suma de todas las actuaciones contribuye a erradicar un problema que es muy profundo y complejo pero que nuestro país se lo ha tomado muy en serio.

—¿Cuáles serían los estereotipos o barreras aún por superar?

—Hay barreras a superar relacionadas con los malos tratos, la violencia contra las mujeres. Creo que nuestro país ha avanzado mucho en tener una conciencia social mayor a la que había hace quince años pero hay que seguir avanzando. Todavía hay mujeres que tienen miedo de que no se las crea. Desgraciadamente, todavía hay prejuicios sexistas que pasan de generación en generación y contribuyen a mantener actitudes de violencia con las mujeres.

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