El Papa Francisco, con una palma durante la celebración del Domingo de Ramos
El Papa Francisco, con una palma durante la celebración del Domingo de Ramos - reuters

Papa Francisco: «Nuestros hermanos perseguidos, los mártires de hoy, no reniegan a Jesús»

Abrió la Semana Santa invitando a «seguir el camino de la humillación de Jesús»

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En tono serio y dolorido, el Papa Francisco subrayó en su homilía del Domingo de Ramos que la pasión de Jesús continúa hoy «en la humillación de quienes, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne».

El Santo Padre afirmó que «nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy, no reniegan de Jesús y soportan condignidad insultos y ultrajes». La palabra «mártir» significa testigo, y también hoy se da «una nube grande de testigos», como en la Carta a los Hebreos.

En una mañana soleada pero muy fría, Francisco presidió la procesión de los ramos desde el obelisco central de la plaza de San Pedro hasta el altar donde celebró la misa.

Entre los fieles se notaba la presencia de millares de jóvenes venidos de todo el mundo para vivir la Semana Santa en Roma.

El Papa tenía aspecto cansado, pensativo, durante la lectura del Evangelio de la Pasión. Después, en su homilía, afirmó que «el estilo de Dios y del cristiano es la humildad. Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades» como relata el Libro del Éxodo, detallando las críticas y murmuraciones de los israelitas en el desierto contra quien les estaba liberando de la esclavitud.

Habló también de la humildad voluntaria de Jesús, que aceptó ser vendido por treinta monedas, «tratado como un malhechor, abandonado por sus discípulos, condenado a muerte, azotado, ultrajado…». Este es «el camino de Jesús, no hay otro, y no hay humildad sin humillación».

Por contraste, el Obispo de Roma, lanzó un mensaje de aviso a quienes se dejan llevar por la «mundanidad» y entran en «el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito», seguido por tantas personas en nuestros días.

El Papa celebrará los oficios del Jueves Santo en la cárcel romana de Rebibbia, donde lavará los pies a doce reclusos y reclusas, como ya hizo ya hace dos años en la prisión de menores de Roma.

El Viernes Santo presidirá el Vía Crucis nocturno en el Coliseo y el Sábado Santo por la noche, la vigilia de la Resurrección. El domingo celebrará la misa de la Pascua en la plaza de San Pedro y al mediodía impartirá la bendición «Urbi et Orbi», a la ciudad y al mundo entero.

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