El peso, el precio y otras preguntas que surgen sobre el traje antiébola
El peso no es un problema: solo son 250 gramos en total - fotos: josé ramón ladra
el ébola, en españa

El peso, el precio y otras preguntas que surgen sobre el traje antiébola

Son 250 gramos bajo un «sofoco» de 50 grados de presión. El ángulo visual queda reducido a 130 grados con las gafas. Existen seis tallas disponibles y no se reutiliza, sino que se incinera

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Son 250 gramos bajo un «sofoco» de 50 grados de presión. El ángulo visual queda reducido a 130 grados con las gafas. Existen seis tallas disponibles y no se reutiliza, sino que se incinera

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  1. ¿Pesa mucho? ¿Qué se siente, estás protegido?

    El peso no es un problema: solo son 250 gramos en total - fotos: josé ramón ladra

    El traje homologado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el amarillo Tychem-C, pesa alrededor de 250 gramos. Es el preceptivo de categoría 3 y pertenece al grupo IV, que es la ropa de protección química y del tipo 3B, de protección biológica. Solo el buzo son unos 190 gramos colocados encima del personal sanitario que lo emplea y se expone a un área contaminada, según explica a este periódico Armando Ramos, responsable de una de las poquísimas empresas proveedoras en España de estos equipos de protección frente al virus, que llega a tener una letalidad del 80%. El calor de hasta 50 grados que se siente bajo él y los siete elementos que lo integran es asfixiante, de modo que el protocolo certificado acredita que cada empresa no conlleve la utilización de más de 147 minutos. En los países de origen de esta epidemia, los trabajos se han limitado a 40 minutos. Es frecuente sufrir cuadros de estrés térmico si se prolonga el trabajo.

  2. ¿Te limita la capacidad visual y te reduce la movilidad?

    Las gafas, sobre la que se coloca el buzo y el capuz, limitan el ángulo visual hasta los 130 grados

    Sí, el campo de visión queda reducido. Las gafas colocadas sobre el capuz, el buzo, dejando por debajo la mascarilla del equipo de protección, limitan hasta un ángulo visual de solo 130 grados la capacidad de quien lo emplea. Por eso, Armando Ramos, responsable de Ramos STS, distribuidora de estos trajes fabricados por Dupont Neumors, insiste en que «no hay que correr» en cada empresa que se acometa. Se debe mantener siempre la tranquilidad e ir, con sumo sosiego, a realizar cualquier trabajo.

  3. ¿Es fácil o difícil el contagio?

    En Estados Unidos también hay una enfermera contagiada de ébola que estuvo expuesta al virus - afp

    Lo cierto es que hay que estar preparado para ponerse el mono y despojarse del traje con suma seguridad hacia lo que se está haciendo. De hecho, los expertos insisten en que es mejor hacer las maniobras sentados, cuanto más cómodos, mejor. En una zona limpia del hospital, en las esclusas y sobre una silla, el técnico sanitario se coloca parte a parte los siete elementos del traje, con precaución y atención máximas. Este proceso puede alargarse algo más de seis minutos para personas como los militares, muy habituados a su colocación. En cambio, para el personal poco adiestrado, se demora muchos más minutos. El desvestido es el momento especialmente crítico y se debe tener algo más que sangre fría para retirar cada elemento de la vestimenta a sabiendas de que está infectada y ha recibido la exposición al virus del ébola. «Es cuestión de ensayo y método, cuando te lo has puesto 800 veces entonces has comprobado que haces mal y te proteges mejor», dicen los especialistas de Ramos STS.

    El caso de la enfermera contagiada por ébola en Estados Unidos prueba que los sanitarios están expuestos en todo momento y que ante cualquier error humano, o accidente fortuito, y no tanto de protocolo, pueden contraer el virus del enfermo al que asisten.

  4. ¿Se puede desechar el traje, se desinfecta y reutiliza, se puede reciclar, se tira a la basura?

    Antes de quitarse las prendas, al salir del área contaminada, se pasa por una ducha de desinfección
    Antes de quitarse las prendas, al salir del área contaminada, se pasa por una ducha de desinfección

    Nunca. La respuesta de los Ramos, empresa familiar que se dedica desde hace décadas a la distribución de estos trajes ante riesgo NBQ (nuclear, biológico y químico) es tajante: si alguien en algún centro como el Carlos III esta reutilizando o reciclando la equipacion, entonces se está multiplicando la exposición al foco. El traje es incinerable y el único modo de matar el agente patógeno con garantías es quemarlo y carbonizarlo tras cada uso. Antes de quitarse las prendas, el personal sanitario pasa por una ducha de desinfección, con lejía y algún germinicida decretado por el centro. A continuación, se van quitando la cinta de sellado especial y adhesiva de la calzas y poco a poco, el resto. Se colocan en un contenedor que después se incinerará y se verán reducidas a una pavesa de apenas cinco centímetros, aduce Armando Ramos. Por paciente y día se requieren cien intervenciones, así que es necesario quemar cien equipaciones.

  5. ¿Existe una sola talla?

    Existen seis tallas del traje y en la parte derecha de la imagen se advierte la presilla que colocas en el pulgar para que la manga no abandone el traje en ningún momento
    Existen seis tallas del traje y en la parte derecha de la imagen se advierte la presilla que colocas en el pulgar para que la manga no abandone el traje en ningún momento

    Después de que uno de los médicos que se han expuesto al virus denunciase, con literalidad, que «el traje le estaba corto y no le cubría las mangas», la pregunta saltó de forma inevitable: ¿existe una sola talla? ¿Una persoan obesa lleva el mismo traje que una persona sumamente delgada? «No pudo ser así -contestan los especialistas-, a menos que en ese momento en el centro de ese facultativo solo hubiese tallas mucho más pequeñas de las que el necesitaba y no se pudiese o quisiese esperar para emprender una actuación». En todo caso, la respuesta nunca sería que no existan tallas.

    La empresa suministradora acredita que el pedido de la Consejería de Sanidad de Madrid fue variado y se componía de las seis tallas existentes para el traje Tychem-C. Con trajes de la S, M, L, XL, XXL Y XXXL estarían prácticamente cubiertas todas las necesidades de talla, a menos que se tratase de un caso realmente excepcional. Con la cinta de sellado y los dos pares de guantes, además de los «passe pus de los trajes o presilla elástica paraque el pulgar quede cosido al extremo de las manos) se logra que «las mangas nunca abandonen al traje» y se pueda colar el riesgo de contagio de virus por una mínima rendija abierta del buzo. De esta manera, no podría darse el caso que denunciaba el doctor a menos que se produjese una negligencia interna o del centro, por no disponer de trajes suficientes.

  6. ¿Han afectado los recortes de dinero público al pedido de trajes del ébola?

    La ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, durante una reunión del ébola
    La ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, durante una reunión del ébola - efe

    En principio, la respuesta sería que no. Desde la empresa proveedora aseguran que desde el pasado 7 de agosto cuando se materializó el primer pedido por la repatriación a España del religioso toledano Miguel Pajares, «no se ha cortado el suministro de trajes en ningún momento», habiéndose registrado tres picos importantes que han dejado a Ramos STS, radicada en la población madrileña de Villaverde, sin subsistencias. No en vano, estos buzos antiébola están agotados en toda España. La empresa tramita los pedidos a la firma Dupont Neumors y da fe de que en España se han provisto de trajes para acometer el brote llegado del continente vecino.

    El precio del traje cuesta entre 20 y 24 euros (cuesta 14 el buzo, a lo que hay que sumar el precio de elementos como la mascarilla y las gafas), mientras que el modelo Tychem-F, que permite respirar mejor dentro de la escafandra porque una turbina insufla aire dentro del traje, cuesta unos 50 euros y mil euros el motor. Este segundo traje disponible no ha sido certificado para el abordaje de la enfermedad, en los recintos sanitarios.

  7. ¿Es necesaria la presencia de una segunda persona?

    Compañeros de Teresa Romero, la auxiliar infectada, denuncian escasa formación previa sobre cómo colocarse el traje
    Compañeros de Teresa Romero, la auxiliar infectada, denuncian escasa formación previa sobre cómo colocarse el traje - efe

    Esta es una de las mayores incertezas que se han prodigado estos días. En los protocolos se advierte que el profesional médico y sanitario puede proceder a la colocación y retirada del traje por sí solo o con la ayuda de una segunda persona, pero en ningún momento sería obligatorio ese control. De hecho, cuanta menor exposición al retirar un traje haya, mejor, así qie si se trata de que alguien nos ayude a quitarnos el traje pero no lo haga mejor que uno solo, entonces no es recomendable.Otro asunto diferente estriba en la necesidad de que el personal que lo va a emplear haya sido entrenado para vestirse y desvestirse sin ningún riesgo: frente a la formación deficiente que denuncian profesionales sanitarios en el Carlos III, en EE.UU. reciben un curso de tres días y los miembros de organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) practican la maniobra durante al menos una semana antes de meterse en un área contaminada.

  8. ¿Es indiferente que el capuz vaya por fuera o por dentro del mono?

    A la izq., un trabajador sanitario en el Carlos III. Drcha., la colocación del traje con el capuz por dentro
    A la izq., un trabajador sanitario en el Carlos III. Drcha., la colocación del traje con el capuz por dentro - reuters / josé ramón ladra

    Después de comprobar las imágenes del personal que asiste a la propia Teresa Romero en el hospital Caros III de Madrid y a las personas que se encuentran en observación ante posible contagio, se observa que el procedimiento que rige en la actualidad para ponerse el traje, parte a parte, disiente en algo del riguroso explicado por Ramos STS a este periódico. En el recinto madrileño, el capuz blanco se coloca por fuera del buzo, si bien éste «no es uin método incorrecto -defienden los expertos-; solo es distinto al procedimiento usual». «Si el capuz va por encima o por debajo del buzo es indiferente porque protege igual», defienden desde la empresa responsable de su suministro en España, Ramos STS.

    Con asiduidad, e buzo debe colocarse primero por el tren inferior, después van las calzas o cubrebotas, el capuz, la mascarilla, las gafas... y así hasta cubrir cada parte del cuerpo sobre la ropa y calzado propios. Sin embargo, y pese a que desde la empresa radicada en Villaverde, Armando Ramos ha desgranado el procedimiento -tal y como ABC.es detalló gráficamente en este vídeo y también en páginas del rotativo- las imágenes demuestran que en el Carlos III el procedimiento que se sigue es distinto y se coloca el capuz por dentro del buzo amarillo. En términos visuales y pragmáticos, se puede resumir en que el elemento blanco debe ir colocado y bien cubierto por el amarillo, de manera que en el desvestido la parte externa -en contacto permanente con el virus dentro de la habitación de un paciente- es la primera que se extrae. Como explicó Ramos a este periódico, enfundado en primera persona en la piel del equipo, se sigue el «método de cáscara de plátano» para reducir las posibilidades de una infección, aunque el proceso es complejo y requiere extremar el cuidado.

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