Patrimonio

Al rescate del universo decorativo romano de la Necrópolis de Carmona

En las tumbas del Ritón y de Servilia se trabaja para evitar que desaparezcan los restos de pinturas murales que las adornan

Los trabajos incluyen la limpieza y consolidación de los restos pictóricos de dos de las tumbas A. M.

ALBERTO MALLADO

En la Necrópolis de Carmona se trabaja actualmente para salvar una parte de la huella romana, un trozo que tiene especial poder para contar sus inquietudes frente al más allá, su ideario común y sus gustos estéticos. Son los restos de pinturas murales realizados en dos de sus tumbas que corrían el riesgo de desaparecer y sobre los que se aplica ahora una intervención de limpieza, consolidación y salvaguarda.

La delegación provincial de Cultura de la Junta actúa en dos de las tumbas del conjunto, las del Ritón y la de Servilia. La primera de ellas es un enterramiento de pozo y cámara, excavado en la roca del alcor y con difícil acceso pero que esconde pinturas murales en buen estado de conservación. Se trata de motivos florales y arquitectónicos, guirnaldas de flores, un medallón con la cabeza de Medusa y en el centro el elemento que le da nombre, un ritón , un vaso ceremonial con forma de cuerno. En este caso se desarrolla una actuación integral sobre las patologías que presenta y que están provocadas sobre todo la humedad producida por el agua de lluvia. Se procede a la limpieza y consolidación de los estucos  sobre los que se desarrollan las pinturas que corrían riesgo de perderse para siempre.

La tumba de Servilia es la más monumental del conjunto. Un gran patio central porticado le da acceso y contaba incluso con su propio jardín. La actuación se centra en la cámara principal excavada en la roca con forma de bóveda, y a la que se accede desde el patio. Aquí fue hallada la estatua que le da nombre, la de Servilia, que se conserva en el museo de la Necrópolis. Aunque más bien la tumba debía denominarse la de los Servilios por su pertenencia a la familia de este nombre y que debió ser una de las más importantes de Carmona en torno al siglo I de nuestra era, época de construcción de la tumba y de buena de la Necrópolis.

 Aquí ya se garantizó la conservación de las pinturas de la galería de acceso, donde se conserva el paño de mayor entidad. Pero en la sala quedan más restos de pinturas. Algunos son visibles, pero otros están ocultos por sales. En este enterramiento se trata de una actuación de urgencia que asegure  tanto lo que se ve, como lo que no , a la  espera de futuras intervenciones. Y lo que se ve es una decoración muy delicada de flores delimitadas por marcos de color ocre. Están realizadas con pigmentos de gran calidad. Su análisis científico ha permitido conocer que algunos de los elementos empleados para lograr sus colores fueron traídos de Oriente , del otro extremo del Imperio, lo que además eleva el rango de la familia propietaria a una de las más importantes no solo de la ciudad de Carmo, sino de toda la Bética, como indica el director del conjunto arqueológico de la Necrópolis, José Ildefonso Ruiz.

La responsable de la empresa que realiza la intervención, Maribel Beceiredo, explica que junto a la intervención sobre los restos pictóricos que ha incluido la recogida de bordes de superficies estucadas y su fijación, la tumba ha sido sometida a un amplio proceso de limpieza con medios tanto mecánicos como químicos por la abundancia de clorafitos en la piedra de alcor de la tumba que hacían que toda la parte superior se viera de color verde. Su trabajo finalizará en el mes de noviembre.

El desarrollo de esta intervención servirá también para diagnosticar la situación actual de todas las patologías del monumento y proponer actuaciones futuras en este mismo complejo funerario. La dirección de la Necrópolis apuesta porque el siguiente punto en el que actuar sea la tumba de Postumio, donde también hay restos de los frescos que decoraban sus paredes y en la que hay un problema de conservación por estar excavada en un sustrato de piedra de poca consistencia.

En cualquier caso, en la Necrópolis hay donde elegir a la hora de intervenir, cuenta con 240 conjuntos funerarios conocidos y aún queda mucho enterrado y sin que nunca se haya excavado en las parcelas que ya son de propiedad pública y que esperan los fondos que permitan conocer la riqueza que alojan bajo tierra.

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