Narcotráfico cádiz
Las claves de la investigación del asesinato de Barbate: la narcolancha, las dos antenas, el trazado, las imágenes del puerto...
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Las primeras pesquisas incluidas en el sumario del caso apuntan a que los seis detenidos sí eran los que tripulaban la 'goma' que atropelló a la de los agentes
Las defensas de los acusados solicitan que se practiquen nuevas pruebas como la inspección a otra semirrígida hallada a las horas en Chiclana, un nuevo vídeo o el peritaje de otra parte que no sea la Guardia Civil
Los investigadores recogieron agua del puerto de Barbate para cotejarla con la ropa de los detenidos
Uno de los episodios más dolorosos y crueles de la historia negra de Cádiz relacionada de manera directa e inequívoca con el narcotráfico tiene pendiente su siguiente página por escribir. La que se vaya dictaminando en los juzgados sobre la culpabilidad o no de sus presuntos autores.
De momento los hechos ya se han conocido de sobra debido en gran parte a la gravedad de las circunstancias que los envolvieron y a la cantidad de imágenes que han trascendido. Dos agentes de la Guardia Civil perdían la vida el pasado 9 de febrero al ser arrollados por una narcolancha en el puerto de Barbate. David Pérez Carracedo, de 43 años, miembro del Grupo de Acción Rápida (GAR), y Miguel Ángel Gónzalez, efectivo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Algeciras. Además, otro de sus compañeros estuvo a punto de fallecer y todavía se recupera de las graves lesiones que sufrió y el resto, aunque pudo sobrevivir del ataque aún resultando también heridos, continúan padeciendo las terribles secuelas psicológicas que todo este terrible capítulo les ha ocasionado.
Y en el punto de mira se encuentran los seis detenidos acusados de ir en la semirrígida que les pasó por encima a los agentes. Según la acusación fiscal, «con intención clara» y «coordinada» de acabar con sus vidas. Los investigados se enfrentan a dos delitos de asesinato, cuatro de asesinato en tentativa, atentado, resistencia y pertenencia a organización criminal. Pero para que realmente sean castigados penalmente por lo que supuestamente hicieron, primero, habrá que probar a todos los efectos que fueron ellos, y además, en qué grado y con qué intencionalidad.
La narcolancha: el arma
Y una de las claves en las que se está centrando esta investigación judicial es precisamente el supuesto arma que emplearon: la narcolancha. Por dos motivos: en primer lugar, por saber quiénes iban en ella, quiénes formaron parte de ese asesinato y son sus responsables. Y por otro lado, porque el examen que se le haga a esta embarcación podrá precisar cómo fue el impacto y la voluntad de la colisión.
Pues bien, según se desprende del sumario al que ha tenido acceso LA VOZ, en las primeras inspecciones oculares realizadas a la narcolancha interceptada en la playa de La Hacienda de La Línea, supuestamente abandonada tras los hechos, y en cuya interceptación se detuvo a tres de los sospechosos (entre ellos el que presuntamente pilotaba, Kiko El Cabra), se encontraron daños «compatibles con el choque coincidente con otra embarcación». Así se desprende del informe realizado por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial -quien está realizando parte de las pesquisas- y que se ha remitido al juzgado de Barbate.
En dicho análisis se destacan las características de la 'goma' intervenida, con cuatro motores y dos antenas en la popa. Estos detalles se mantienen como supuestas pruebas de cargo ya que sirven para identificar la lancha que embistió entre todas las que se encontraban esa tarde noche en la bocana.
El hecho de que tuviera dos antenas, «que no es habitual» -una de wifi y otra de navegación, una de ellas sin la carcasa superior de color blanco- se mantiene como uno de estos elementos probatorios clave. Así se desprende también de las declaraciones de tres testigos, en la que éstos, marineros que iban a faenar y «a los que se les presume conocimientos náuticos», hablan también de esas dos antenas. Además tiene unas cintas adhesivas grises presentes en la cuatrimotora que estuvo fondeada en Barbate.
Por otro lado, el informe hace especial mención a los daños que tiene esta narcolancha como resultado presuntamente del atropello a la zodiac del GEAS. Los daños de la semirrígida-se concreta- están presentes en la popa, en el balón neumático de estribor, en el casco de fibra, en la quilla de proa, y principalmente, daños por raspadura observados en la proa de la narcolancha, elevados por encima de la línea de flotación y por tanto, «compatibles» con un colisión «de frente». Además se refiere al hallazgo de unas «trazas rojas y amarillentas» en estos arañazos, que coincidirían con el color «rojo y anaranjado» de la embarcación donde iban los agentes.
El seguimiento y la localización: las cámaras del puerto
La implicación de esta narcolancha intervenida el día posterior al ataque ha sido cuestionada por las defensas de los acusados que han mantenido en su declaración judicial que ellos estuvieron en la bocana en esa misma 'goma' pero que no fueron los que embistieron a los agentes. En este sentido han solicitado que se analicen unos vídeos que dice portar uno de ellos y también otra semirrígida de similares características encontrada abandonada a las horas en Chiclana. Estas diligencias han sido ya autorizadas por el juzgado y se tendrán que practicar.
Sin embargo la investigación también detalla en profundidad el seguimiento que se le hizo a la lancha desde el momento del impacto hasta que fue encontrada y todos sus ocupantes detenidos. Primero, los que esa misma noche desembarcaron por Sotogrande y, después, los que fueron apresados en la playa de La Hacienda. En esta misma línea se pronunció la fiscal para solicitar el ingreso en prisión provisional de todos sus tripulantes.
Para dar esta versión el informe se apoya en las imágenes captadas en el puerto tanto por los testigos, por la GoPro que uno de los agentes llevaba en su casco y por la cámaras de videovigilancia del recinto portuario. Así por ejemplo en estas últimas a las 16.36 horas de ese mismo día se capta al grupo de narcolanchas abarloadas en dos grupos de tres y «en la parte central» la cuatrimotora sospechosa con las dos antenas. En estas imágenes se identifica también la ropa que llevan sus tripulantes: prendas «técnicas de navegación» de diferentes colores que se indican, gorros y bufandas tubulares.
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La lancha embarrancada y la ropa mojada
En el atestado también se recoge el seguimiento que se le hizo a la embarcación sospechosa. Desde el puerto de Barbate, en torno a las nueve de la noche, hasta Sotogrande, por los medios técnicos del SIVE -el sistema de cámaras de seguridad del litoral- y por un avión de la Guardia Civil. Fue en Sotogrande cuando desembarcaron los tres primeros (J.J. P., J. A. C. y D. G.) y cuando fueron detenidos.
Tras esta parada, el avión incluso observó, según dicho informe, como en la continuidad de su trayecto, la narcolancha se refugió tras un carguero, hasta que por la mañana, al día siguiente, ya se aproximó a la playa de La Hacienda, en La Línea. Allí J.I. A., F.J.M.P. alias 'El Cabra' y M.C. embarrancaban intencionadamente la semirrígida -la que ha sido inspeccionada- y la abandonaban. Los tres tripulantes huyeron y se ocultaron entre la vegetación.
Sobre las 12.00 horas de ese 10 de febrero el dispositivo de cierre que se activó encontró también ropa mojada y tirada muy cerca de donde habían dejado la lancha. A las 14.30 horas el operativo da con ellos. Todos estaban mojados y desprendían un «fuerte olor a gasolina».
